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Subsecretaria Albagli destaca mayor aceptación LGBTIQ+: “Estamos en una mejor situación”

Por: Talía Llanos Chacón | Publicado: 15.10.2023
Subsecretaria Albagli destaca mayor aceptación LGBTIQ+: “Estamos en una mejor situación” Subsecretaria Andrea Albagli | Cedida
En conversación con El Desconcierto, la subsecretaria de Salud Pública, Andrea Albagli, destacó que la Enssex entrega “información valiosa para poder modificar las políticas públicas, y también identificar cuáles han sido los logros de la política pública hasta la fecha”.

Esta semana se entregaron los primeros resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Sexualidad y Género (Enssex) 2022-2023, a 25 años desde su última realización, dirigida por el Ministerio de Salud.

Entre los descubrimientos del sondeo lanzado en su primera versión, enmarcada en el Día Mundial de la Salud Mental, el gobierno destaca un avance para la comunidad LGBTIQ+. Esto es que un 80,8% de las personas aceptan la homosexualidad como forma de “vivir la sexualidad”. En 1998, este índice se situaba en 3,4%.

Al respecto, la subsecretaria de Salud Pública, Andrea Albagli, destacó a El Desconcierto que, aunque queda mucho por avanzar, el cambio es “abismal y muy positivo porque lo que existe detrás de esto es que todas las personas hoy que son parte de la diversidad sexogenérica pueden vivir en un espacio de mayor seguridad emocional y psicológica, con menos discriminación y con menos violencia”.

Por otro lado, se identificó que 63% de las mujeres de 18 años y más han tenido uno o más eventos de acoso callejero y que, para hombres y mujeres, el promedio de edad frente al abuso sexual fue a los 12 años.

En ese sentido, la subsecretaria releva que “todas las experiencias de violencia son una vulneración a los derechos de las personas en primera instancia y además son un factor de riesgo para el desarrollo de trastornos de salud mental”.

Con los resultados de la encuesta, añade por otra parte, se logra “facilitar la conversación” en torno a los abusos y “desnaturalizar” la práctica, además de que entrega “información valiosa para poder modificar las políticas públicas y también identificar cuáles han sido los logros de la política pública hasta la fecha”.

-¿De qué se trata la encuesta?

La Enssex es la encuesta nacional de salud, sexualidad y género, que se implementó en Chile, esta versión, el año pasado. El 2022 hicimos el terreno y se entrevistaron a un total de 20.392 personas. Eso es un tamaño muestral muy grande. Es una de las encuestas nacionales más grandes que hemos hecho y eso hay que rescatarlo porque lo que te entrega es una gran precisión estadística. Ahora, la Enssex es el segundo estudio de este tipo que se hace en Chile, el primero fue la llamada COSECON en 1998 y es la encuesta de caracterización de comportamientos sexuales del Cono Sur.

Lo interesante es que, además que la Enssex nos permite caracterizar el fenómeno de la salud sexual y de género en el presente, también en algunos indicadores nos permite comparar con el 98 y desde ahí ver cómo ha evolucionado en algunas cosas fundamentales la sociedad chilena. Es muy interesante y a nosotros nos entrega información valiosa para poder modificar las políticas públicas, y también identificar cuáles han sido los logros de la política pública hasta la fecha.

-¿Y por qué es tan importante que se realice este tipo de encuestas, considerando que la última fue hace muchos años?

Porque la sexualidad es parte vital de la vida de las personas y así también, por ende, es una parte importante de la salud y el bienestar de las personas. Y es por eso que tenemos que entender en mayor profundidad cuáles son las prácticas sexuales que tienen las personas, cuáles son las medidas de autocuidado que acogen al tener prácticas sexuales y también dentro de eso los fenómenos que se dan de género y de bienestar, porque también capturamos información sobre violencia de género, sobre acoso callejero, sobre abuso sexual, sobre educación sexual… Son fenómenos que están alrededor de la sexualidad y que, como afectan al bienestar de las personas, tenemos que saber cómo se está comportando nuestra población.

-¿Qué indicadores destacan desde el gobierno?

En este primer lanzamiento hicimos una priorización de indicadores clave con algunos criterios. El primero es aquello que nos permite hacer comparaciones entre la COSECON del 98 y el 2022 en elementos importantes de la sexualidad, tanto aspectos normativos como, por ejemplo, la percepción de las diversidades sexogenéricas, que es una manera en que ha cambiado impresionantemente el país, y lo otro son aquellos indicadores que se refieren al bienestar y la salud mental, ya sea como estado de salud mental de la población, como también factores de riesgo a la salud mental. El 10 de octubre fue el Día Mundial de la Salud Mental y por ende todo el mes vamos a estar focalizando nuestra atención en concientizar y poder comunicar sobre salud mental, y por eso hicimos esta primera selección de indicadores.

Entonces yo destacaría al menos tres. Hay más, pero destacaría al menos tres. El primero, las orientaciones normativas, es decir, la percepción de las personas hacia la homosexualidad. El segundo, la altísima frecuencia de experiencias de violencia sexual y acoso callejero. Y el tercero, también algunas cosas sobre el estado de salud mental, como la sintomatología ansiosa y depresiva, y también la depresión postparto.

Lo primero es que en el 98 y en el 2022 se le hizo la pregunta a las personas sobre cuál es su percepción sobre la homosexualidad. Y si es que la homosexualidad es o no considerada una forma válida de vivir la sexualidad como cualquiera. Voy a ponerlo en positivo primero, en el sentido de las cifras de las personas que dicen estar de acuerdo con el planteamiento de que la homosexualidad es una forma válida de vivir la sexualidad. En el 98, en Chile, solamente el 3,4% de la población decía aceptar la homosexualidad. Versus el 2022, donde un 80,8% de la población dice aceptar la homosexualidad como una forma válida de vivir la sexualidad.

-¿Y en negativo?

Si lo ponemos en negativo, hablando de las personas que rechazan la homosexualidad y por ende podríamos conceptualizarlo como homofobia o como homonegatividad, en el 98, un 94,6% de las personas decían abiertamente rechazar la homosexualidad y eso disminuyó a sólo un 15% actualmente.

Entonces acá ya hay un cambio que es abismal y es muy positivo porque lo que existe detrás de esto es que todas las personas hoy que son parte de la diversidad sexogenérica pueden vivir en un lugar, en un espacio de mayor seguridad emocional y psicológica, con menos discriminación y con menos violencia. Aún existe, por cierto, y tenemos que seguir avanzando en esto, pero tenemos que reconocer que hoy día estamos en una mejor situación de la que estábamos en el 98.

-¿Qué aspectos resaltan en la encuesta respecto a la violencia sexual?

Sobre la violencia sexual la encuesta pregunta respecto a experiencias de acoso callejero de distinto tipo y también pregunta sobre experiencias de abuso sexual. Lo primero que resalta es que a nivel nacional el 52,4% de la población general en Chile ha tenido alguna experiencia de acoso callejero en lugares públicos alguna vez en la vida. Esa cifra es mayor en mujeres, es el 63% de las mujeres. 6 de cada 10 mujeres ha experimentado al menos un evento de acoso callejero en lugares públicos alguna vez en la vida.

Esto incluye agarrones, punteos, acercamientos intimidantes o exhibición de genitales sin su consentimiento. Esos son todos los tipos de acoso callejero que están conceptualizados. Y en términos de abuso sexual, un 11% de las personas en Chile y un 16% de las mujeres en Chile reportan que han sido abusadas sexualmente alguna vez en la vida. Es importante la distinción, porque la encuesta tenía dos modalidades. Siempre fue con un encuestador, pero esta pregunta, como es tan sensible, se le permitió a las personas contestar directamente desde una tablet sin que tuvieran que divulgar su respuesta al encuestador para poder dar mayor privacidad.

Y estas cifras son muy importantes porque hasta la fecha en Chile solo tenemos datos desde las denuncias que hacen las personas, pero las denuncias subestiman el fenómeno de la violencia. Esto también es súper importante porque todas las experiencias de violencia son una vulneración a los derechos de las personas en primera instancia y además son un factor de riesgo para el desarrollo de trastornos de salud mental. Por eso también escogimos esto como un indicador a hablar dentro del paraguas de salud mental.

-¿Qué otros factores de la encuesta se relacionan con la salud mental?

También relacionado con salud mental son los síntomas asociados a la ansiedad y depresión, que es una caracterización de nivel nacional. El 47% de la población presenta algún síntoma asociado a ansiedad y depresión. Solamente el 53% no presenta síntomas. Concordante con otras encuestas, es mayor en las mujeres que los hombres, pero lo que es nuevo e interesante es que también es mayor en las personas de la diversidad sexogénerica. O sea, las personas que son homosexuales o lesbianas o bisexuales, o se identifican con otra orientación sexual que no es heterosexual, tienen mayor prevalencia de síntomas de ansiedad y depresión tanto leves como moderados y severos.

En cada una de esas categorías es más alta la frecuencia de síntomas de ansiedad y depresión. Sobre todo en jóvenes de edad de diversidad sexual entre 18 a  29 años, porque el 21,9% tiene síntomas moderados y el 5,1% tiene síntomas severos. Y lo otro que nos llama la atención es la depresión postparto. Se consultó a todas las personas que han gestado y que en su último parto tuvieron depresión postparto. Un 9,3% dice que tuvo un diagnóstico de depresión postparto y de este porcentaje solo un 60% dice que accedió a tratamiento. Entonces acá hay una brecha de la cual tenemos que hacernos cargo para poder atender mejor la salud perinatal de las personas.

-Considerando los resultados de acoso callejero y violencia sexual, ¿qué materias o políticas públicas se van a levantar desde el gobierno para hacerse cargo?

Lo primero es decir que es una responsabilidad de todos los actores del Estado en su conjunto. No es una agenda que el sector salud pueda levantar por sí mismo. De hecho yo creo que ahí hay experiencias importantes en torno a la regulación que tenemos sobre el acoso callejero, que probablemente con el tiempo esperamos ir disminuyendo las cifras a las cuales estamos enfrentados ahora. Pero esto es una agenda que tiene que ser transversal y evidentemente dentro de eso una de las cosas que tenemos que hacer sí o sí es hablar de estos temas, conscientizar para desnaturalizar el acoso callejero y el abuso sexual. Ese es el primer paso.

Entonces creemos que esta encuesta en sí misma es una forma de facilitar esa conversación y de desnaturalizar su ocurrencia. Cuando a una mujer o a una persona se le acercan de manera intimidante en la calle, cuando hay una tocación sin consentimiento, eso es violencia y eso es acoso. No hay ningún contexto que lo justifique en absoluto y hay que reconocer y seguir poniendo en el tapete que son las mujeres quienes desproporcionalmente están mayormente afectadas por esto y por eso tenemos que seguir levantando insistentemente una agenda discursiva y mantener el discurso público para proteger los derechos de las mujeres y de todas las personas.

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