Crucero “mundialero” a Brasil: El fallido negocio del exjefe de Seguridad Pública de Piñera

En plena fiebre futbolera, con Chile clasificado al mundial y un campeonato a unas cuantas horas en avión, la idea terminó por entusiasmar a un grupo de empresarios. Las expectativas eran altas y el proyecto prometía, al menos, una rentabilidad del 40%.  Eso fue lo que plantearon quienes esbozaron el plan: la familia Musiet y el empresario dueño de Vantrust Capital, Patricio Nazal.

La idea buscaba capitalizar la clasificación de la selección nacional al mundial de Brasil, a partir de lo que parecía un negocio redondo. Ofrecer a los miles de hinchas que llegarían a Río de Janeiro una experiencia incomparable: la estadía en un lujoso crucero, con todo incluido, mientras se desarrollaba la fiesta deportiva más grande del mundo.

Se trataba de un paquete completo que incluía no sólo el alojamiento, sino también el traslado en avión y boletos para presenciar los partidos de la Roja. Al cabo de unas cuantas presentaciones, se sumaron al proyecto alrededor de 35 socios, entre ellos Aníbal Mosa y las familias Albagli y Chacra, reuniendo entre todos un poco más de 7 millones de dólares.

La sociedad se llamó Crucero Mundial y fue constituida en noviembre de 2013. La familia Musiet, dueña de la aerolínea PAL se quedó con el 60% y el 40% restante quedó en manos de un fondo de inversión a cargo de la VNT I, una sociedad que a su vez administra los fondos de Vantrust Capital, perteneciente a Patricio Nazal.

Patricio Nazal

El paquete turístico de 11 días con sistema “all inclusive” se lanzó en diciembre de ese mismo año y costaba casi seis millones de pesos por persona. Los inconvenientes, sin embargo, comenzaron a aparecer de inmediato debido al escaso entusiasmo de las agencias de turismo, las limitaciones publicitarias y la suspensión de vuelos que afectó a la compañía aérea.

Todos estos factores disminuyeron los niveles de venta y, a medida que se acercaba el evento, la desesperación por no alcanzar las metas comerciales obligó a bajar los precios y generar otro tipo de ofertas como “dos por uno” y viajes sólo por el día para ir a ver un solo partido. Las ventas apenas alcanzaban para pagar el crucero.

Vantrust prestó 600 millones de pesos para evitar la debacle del negocio. El crucero, finalmente, se instaló en Río de Janeiro, pero sin alcanzar las expectativas económicas planteadas en un comienzo. Fue el inicio de las discrepancias comerciales entre los socios y el punto de partida de una batalla judicial en tribunales.

Hasta ahora se sabía de tres demandas, entabladas por diversos socios, solicitando la restitución de acciones y la nulidad de los contratos. El último en ingresar un recurso hace unos día atrás fue Jorge Nazer Rodríguez, dueño de la empresa ALTO y exjefe de la Dirección Nacional de Seguridad Pública en el primero gobierno de Sebastián Piñera.

La cartola

Jorge Nazer fue elegido el año 2008 como parte de la red de jóvenes líderes de El Mercurio, tras consolidar a la empresa ALTO como la compañía más efectiva en el mercado en el control de robos en supermercados y el retail, reduciendo en un 50% el denominado robo hormiga.

El éxito de la compañía no sólo lo llevó a expandir el negocio en otros países de Latinoamérica, como en México y Colombia, sino también fue reclutado por el ministro del Interior Rodrigo Hinzpeter, durante la primera administración de Piñera, como flamante Director Nacional de Seguridad Pública.

Nazer fue el encargado de la elaboración del Plan Chile Seguro y ayudó a la conformación de la Secretaría de Prevención del Delito. Luego de siete meses en el cargo, renunció y se sumó como asesor en materias de seguridad del ministro Rodrigo Hinzpeter. Los rumores entonces apuntaban a la eventual incompatibilidad de su gestión con sus negocios personales.

Una prueba de esto es que, en el mismo periodo en que prestaba asesorías en La Moneda, Nazer se involucró en el negocio del Crucero a Brasil junto a una pléyade empresarios que vieron en el mundial una oportunidad de obtener dinero de manera rápida con ganancias exorbitantes. Nada de eso se concretó.

El empresario y fundador de la Asociación Chilena de Emprendedores acaba de querellarse por el delito de administración desleal en contra de Patricio Nazal Saca, dueño de Vantrust y administrador de la sociedad de inversiones VNT I. S.A., encargada de administrar el fondo de inversión privado “Crucero Mundial”.

En la querella, Nazer asegura que suscribió con el fondo el 19 de diciembre de 2013, en calidad de “aportante”, la suma de USD$ 100.000 que habría sido pagada al contado y en dinero en efectivo, “confiando en la diligente administración de los fondos aportados por parte de la administradora”.

Jorge Nazer

Jorge Nazer acusa al dueño de Vantrust –sancionado por la Comisión para el Mercado Financiero por entregar información falsa al mercado en el año 2019–, y a otros administradores del fondo, de conflicto de interés debido a que serían al mismo tiempo accionistas, miembros del directorio y apoderados del fondo de inversión.

El empresario señala que los miembros de la administradora, entre ellos, José Miguel Saavedra, Jorge Selman, Julio Naray, Álvaro Eckholt y Víctor Sabag, habrían actuado en contra de los intereses del fondo, generando perjuicio a través del “ejercicio abusivo de sus facultades”.

“Administraron en forma dolosa los recursos del fondo de inversión privado Crucero Mundial, ocasionando que el negocio que se proyectaba no se llevara a cabo, incumpliendo reiteradamente las obligaciones contenidas en el reglamento interno”, explica el documento judicial al que tuvo acceso El Desconcierto.

Así las cosas, en diciembre del año 2022, Jorge Nazer recibió una cartola donde se indicaba que el valor unitario de cada cuota del fondo de inversión que partió en un dólar y donde el empresario había aportado 100 mil de la divisa norteamericana -equivalente a 100 mil colocaciones- había descendido a la suma de 0,0010 dólar. O sea, tuvo una pérdida de más del 99% del valor aportado.

La querella solicita una orden de investigar a la Brigada de Delitos Económicos de Policía de Investigaciones de Chile y que se cite a declarar a los empresarios eventualmente involucrados en el delito. El Desconcierto se contactó con los abogados del empresario dueño de la empresa ALTO, pero hasta el cierre de esta edición no obtuvimos respuesta.