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Autora de la ‘Cueca del Apruebo’: «Me siento muy feliz de ser parte de esta transformación»

Por: Elisa Montesinos, texto (entrevista realizada junto a Eduardo Gálvez en la Radio Manuel Rojas) | Publicado: 02.10.2020
Autora de la ‘Cueca del Apruebo’: «Me siento muy feliz de ser parte de esta transformación» @Mitzy Macbeth |
De niña creció en el campo y se formó en la raíz de la música popular y campesina que luego fue enriqueciendo con otros ritmos. En sus letras habla del feminicidio, critica a la Iglesia y la educación y también habla del Apruebo. Es Fabiola González, La Chinganera.

Organizó la presentación de cantoras populares en el show de Mon Laferte en el festival de Viña pasado, donde subieron 50 mujeres al escenario. Hace clases de poesía popular en la USACH, mientras trabaja un disco de canciones de todo América acompañadas por el cuatro venezolano que toca un amigo desde Maracaibo y un invitado o invitada de voz en cada tema. A la vez avanza en el disco de su autoría, Hija Natural, junto al músico Pedro Villagra. El 18 su música se volvió masiva con la ‘Cueca del Apruebo’.

El verdadero rock es la cueca

-Cuéntanos cómo nació la Cueca del Apruebo’ que se escuchó y bailó este 18 y se sigue oyendo

-La gente de Acción Ciudadana de Fuerza Cultural me contactó para integrarme al equipo de trabajo junto a otros músicos y artistas. Una invitación bastante amorosa porque es muy importante hoy día que los cantores populares, los folkloristas, los cantautores estemos en constante retroalimentación con la gente, con las necesidades sociales que tenemos de manera colectiva. Entonces yo puse la letra, hicimos algunas adaptaciones líricas para cuadrar la cueca que me habían propuesto y terminamos haciendo una obra que ha tenido harto impacto. Acá en mi barrio la gente en sus casas la escuchaba y la bailaba la noche del dieciocho, así que super bonito.

-¿Qué se siente que una obra tuya logre esta masividad y una relevancia política por las necesidades de cambio de este país? 

-Cuando uno hace una canción de sentimientos personales, uno la saca como de sus entrañas y la entrega y otras personas también se van identificando. Pero una canción como esta yo nunca la sentí mía. Me sentí un puente entre lo que iba escribiendo, que en el fondo es como que la gente lo redacta, te lo dice al oído. Es lo que la gente necesita escuchar, lo que nosotros necesitamos decir como sociedad, entonces desde ese lugar no tengo la vanidad de decir «es mía» o «sentí tal cosa». Estoy super agradecida que me hayan elegido como puente, qué bacán que haya sido de esa manera. Me siento super halagada que me hayan tomado a mí como este instrumento y qué bueno que ha tenido efectos no necesariamente dieciocheros, porque los folkloristas hacemos folklore todo el año. Está ahí, está viva, es algo que hicimos en conjunto a través de mis palabras, pero lo hicimos en conjunto, es algo social, es una obra social.

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-Tocando en un festival de rock, decías que la cueca es el verdadero rock, ¿cómo se da esta unión entre el campo y la ciudad y distintos ritmos, para seguir en el fondo siendo parte de una tradición de raíz popular y a la vez hacerla más vigente?

-En Chile tenemos muy mala formación sobre qué es el folklore. Se entiende el folklore o al folklorista como un personaje que está cien por ciento conectado con la raíz, que está desconectado de todo lo demás, que no necesariamente hace una canción política o social. Creo que eso responde a la mala formación que tenemos, porque el folklore es justamente lo contrario.

El folklorista es un personaje estudioso de sus raíces, de la tradición oral, la mantiene vigentes e integra todo lo que está pasando en la sociedad, sino no tendría vigencia y si no tiene vigencia no podría ser folklórico. Por lo tanto, que yo tenga incursiones con armonías jazzeras o que toque en un festival de rock o que cante una canción sumamente política como la ‘Cueca del Apruebo’ es parte de ser folklorista. Yo crecí en el campo, también viví en la ciudad, estudié música en la universidad, he tocado con músicos de todas partes del mundo. He tocado con rockeros, con jazzistas, con músicos, cantautores, con gente que hace música antigua, docta, estudié canto lírico. Los folklores son tan diversos que me parece que este lugar que yo ocupo es super propio, no podría hacerlo de otra manera.

Un canto de mujeres

-Folkloristas como Violeta Parra, Margot Loyola, Gabriela Pizarro, siempre tocaban con hombres. Ahora han surgido nuevos grupos completamente femeninos que le dan otro estilo, otra onda, una sensación más inclusiva del folklore y principalmente a la cueca que uno la veía como tan de hombres antes.

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-El canto campesino ha estado vigente desde siempre, desde que existe la ruralidad y ha estado siempre a mano de las mujeres de manera no absoluta, pero principalmente ha sido un canto de mujeres. La guitarra campesina, la guitarra traspuesta en afinaciones campesinas que yo cultivo, es una herencia al canto femenino, por algo la Violeta Parra hizo esa recopilación. En lo urbano, claro, siempre ha habido más presencia masculina, estos conjuntos de huasos. También en la paya, en la décima, en el mundo del canto a lo poeta, siempre ha habido más varones porque es una competencia más intelectual. A la mujer se la dejó para la entretención, que la gente bailara, y la parte más intelectual profunda y seria la hacían los varones.

La mujer era como un poquito la decoración de esta institución folklórica, pero eso es como en términos mediáticos. En lo profundo de lo real, la cantora ha sido quien ha sostenido el folklore rural siempre, desde los anales del tiempo. Estas cantoras que habemos hoy día no somos más que la herencia directa de esa fuente, nosotros hemos bebido de esa fuente. Algunas directamente, como yo que crecí en el campo, y otras compañeras que lo han aprendido en la ciudad a través de estudios. Ese canto siempre estuvo relacionado con lo social, con el entorno, con los territorios. Entonces, claro, hoy día tal vez se podría mirar desde la industria de la música que hay una presencia femenina más poderosa, porque también los tiempos están cambiando y la sociedad lo acepta y lo entiende. 

@Mitzy Macbeth

El despertar

-¿Cómo se ha dado esta presencia femenina en la historia musical de nuestro país?

-Antes de la Violeta estaba Ester Soré, que era la intérprete más importante; pese a ser de origen peruano hizo su carrera en Chile. La herencia del canto femenino ha sido muy poderoso siempre, el movimiento de la cueca en Chile de los años noventa, de los años dos mil, lo comenzaron las mujeres. El grupo Las Capitalinas, que fueron anteriores a Los Tricolores, al Daniel Muñoz, fueron mujeres. Lo que pasa es que la historia siempre ha sido contada por hombres.

Isidora Zegers en la música clásica fue la primera que hizo una academia de piano y así para adelante. La música psicodélica que hizo Aguaturbia encabezado por una mujer, el rock folklórico de raíz que hacía la Sol Domínguez y la investigación del folklore la han llevado la Violeta Parra, Margot Loyola, Patricia Chavarría, Gabriela Pizarro, un montón de mujeres que han sido súper importantes. Lo que pasa es que la sociedad no estaba preparada, siempre se ha mirado la mujer como este personaje que entretiene. De hecho, yo siendo universitaria recibí rechazo y bullying constante por ser folklorista, por ser creadora, porque las mujeres estaban para cantar y para cantar bonito y punto.

-¿Crees que ahora la sociedad está preparada?

-Sí, está preparada. Es super bonito lo que está pasando, me siento muy feliz de ser parte de esta transformación, porque creo que todas las personas estamos aprendiendo. Nosotros los de mi generación, yo tengo cuarenta y dos años y crecí en dictadura, crecí con el lenguaje machista, con el lenguaje homofóbico, con el lenguaje racista. Crecimos en ese ambiente y era normal decirle hueco a un homosexual, decirle marimacho a una niña que era un poco masculina, decirle negro y tratar de esa manera a un migrante, a una persona afrodescendiente. Nosotros crecimos así y para atrás era peor. Entonces este cambio lo estamos haciendo todas las personas desde el arte, desde la política, desde nuestros trabajos. Estamos todos en un despertar social integrativo, inclusivo, maravilloso. Entonces, me parece fantástico. El mejor momento para desarrollar mi carrera como folklorista es este.

 

 

 

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