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Tiago Correa: El ajusticiamiento ciudadano habla de una carencia de políticas públicas

Por: Greta di Girolamo | Publicado: 29.03.2016
El actor asegura que es necesario desarrollar políticas públicas que se hagan cargo tanto de la situación de los menores abusados como de los abusadores en conversación con eldesconcierto.cl.

Sin buscarlo, una periodista llamada Amira se ve involucrada en una compleja trama policial cuando un enigmático enmascarado que se hace llamar Mirubín le envía videos que muestran las torturas a las que somete a un grupo de pedófilos que ha secuestrado. Cuando el caso comienza a ser investigado por la Policía de investigaciones (PDI), la periodista se verá en el dilema de si seguir las vías legales o permitir que el hombre misterioso haga justicia por sus propias manos.

La historia es la trama central en la que se basa la película chileno-colombiana Talión, del director Martín Tuta, cuyo nombre hace relación a la conocida «Ley del Talión», un principio jurídico donde se impone un castigo que equipara la situación de la víctima y del victimario.

Se espera que la cinta, que fue galardonada Festival Internacional de cine de Santa Bárbara con el premio a «mejor película en español», superando a la argentina «El Clan», sea estrenada en el mes de junio en los cines nacionales en un contexto marcado por detenciones ciudadanas grabadas y difundidas a través de internet. Por mientras, eldesconcierto.cl tuvo acceso a su preestreno, ocasión en la que entrevistamos a uno de los actores del elenco: Tiago Correa.

¿Cuál es tu opinión sobre el ajusticiamiento en manos propias?

– Creo que el ajusticiamiento en manos propias no debe pasar. Eso es lo interesante del guión de la película: justamente poner el ajusticiamiento propio, o sea el «ojo por ojo, diente por diente», como una opción y hacerla efectiva, pero no puede pasar. Imagínate en la sociedad que nos vamos a transformar si el ajusticiamiento es en la calle a través de nosotros mismos. Y obviamente eso habla de una carencia de políticas públicas y políticas judiciales que hay que profundizar muchísimo. Depende de nosotros, desde el lado de la comunicación, o sea cine, medios de comunicación, poder seguir hablando sin miedo de esto: de que faltan muchas políticas públicas, cómo prevenir, enjuiciar, tratar al menor  que pasó por un abuso y también cómo tratar al abusador. También ahí hay que hincarle el diente, no sacamos nada con decir «sólo los voy a llevar a una isla perdida en cualquier parte del mundo. Y eso tiene que ver con que es un tema que nos duele. Los chilenos tenemos una cualidad de que cuando nos duelen las cosas nos quedamos callados. Hay que hablar de este tema, ponerlo sobre la mesa y generar políticas públicas que sean fuertes en este ámbito.

En la película se muestra una red de pedofilia vinculada al poder político, económico. ¿Por qué se hace eso?

– Hay un juego muy lindo en el guión, que habla del poder. Se personifica el poder a través de una red de pedofilia donde se involucra mucha gente que tiene poder político, pero también en una relación de abuso hay una relación de poder; el abusador tiene más poder que el niño. Entonces es muy interesante cómo en la película traspasan ese rollo a través de una red de pedofilia donde el poder también es súper fuerte y pasa a ser muy difícil contrarrestarlo. Al final nosotros como sociedad, como grupo familiar, estamos sintiendo un poco lo que siente el niño en el momento en que se enfrenta con un pedófilo a través de esta agrupación de gente poderosa: alcaldes, cocejales… una jerarquía. Es súper interesante esa metáfora que hace la película.

¿Crees que de alguna forma la pedofilia es una expresión más del machismo?

– No lo creo porque una de las cosas que me sorprendieron al momento de hacer la película y la investigación a través de mi personaje, que es el psicólogo que trabajaba con la gente con problemas de abuso sexual, es que no necesariamente los abusadores son 100% hombres. Hay muchos casos de abusadoras también, o sea no tiene que ver con un género que sea el abusador. El tema es preguntarnos por qué llegan esas personas a ser abusadores. Qué pasó con ellos cuando chicos, a lo mejor ellos también fueron abusados, entonces ¿dónde cortamos esa cadena?

Conociste casos de cerca, ¿qué sentiste con todo esto?

– Sí, hicimos mucha investigación, fue un proceso de casi tres meses muy duro donde se me partió el corazón en muchas entrevistas. Fue duro para todo el equipo, pero eso también nos unió mucho y logramos sacar esta belleza de película. Me convencí en el momento de hacer la investigación de que esto le tiene que pasar a todos: pasar por aceptar, enfrentar y conocer casos y tener una opinión de cómo salir de esto, cómo cortar esta cadena.

Revisa a continuación el trailer de la película:

https://www.youtube.com/watch?v=XOwamStQagA&feature=youtu.be

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