Publicidad

Aquí está mi cara, hablo por mi diferencia: Las crónicas radiales de Pedro Lemebel

Publicado: 23.01.2018

Publicidad

La ausencia del autor chileno más importante de las últimas décadas pese a ello, nunca ganó el Premio Nacional de Literatura se siente. No sólo en el campo de las letras, donde su particular forma de escribir dejó una marca imborrable e inigualable hasta el día de hoy. También en la arena política se extraña que esté aquí, en este momento, para volver a repetir las últimas palabras que pudo pronunciar antes de que su garganta no pudiera más: «Piñera conchetumadre».

Pedro Lemebel no conoció el clóset. Su obra tampoco. Ensayista, poeta, novelista. Escritor a secas, aunque el rótulo quede chico para describir los alcances de su propuesta. Fue un 22 de octubre de 1988 cuando nace el colectivo «Las Yeguas del Apocalipsis» con su primera performance: regalarle una corona de espinas al poeta Raúl Zurita. Un año después, para la conmemoración de la llegada de Cristóbal Colón al continente, la dupla compuesta por Lemebel y Francisco Casas hace temblar la Comisión Chilena de los Derechos Humanos bailando cueca sobre vidrios rotos de una botella de coca-cola, que a su vez descansaban sobre un mapa de América del Sur.

Pero fue en 1994 cuando Lemebel logra romper las paredes del nicho de la escena artística chilena y se cercano a audiencias más amplias. Su programa radial, «Cancionero», consistía en una selección variopinta de música que acompañaba la lectura de sus crónicas. El éxito fue tal, que el espacio estuvo al aire hasta el año 2002. En la década de los noventa, donde nadie se atrevía a decir nada, existía este lugar donde Lemebel lo decía todo, sin pelos en la lengua.

Revisa en este enlace el material recopilado por Isaac Gajardo, que reúne algunas transmisiones, rescatadas en formato digital.

Publicidad
Contenido relacionado

«¿Quiere ganar la elección o el Copihue de Oro?»: Redes reaccionan a insólita aparición de Joaquín Lavín

CyberDay 2020: Usuarios denuncian a empresas por inflar sus precios y hacer cobros excesivos en despacho

Publicidad