Marcela Gracia Ibeas y Elisa Sánchez Loriga se conocieron cuando eran dos adolescentes en 1885, en la Escuela Normal de Maestras de A Coruña, en Galicia, España. Los padres de Marcela no aprobaron nunca esta relación y enviaron a su hija a Madrid. Ambas se reencontraron un tiempo después, cuando terminaron sus estudios, ya ejerciendo ambas como maestras en dos pequeños pueblos de esta región del oeste de España.
Cansadas de la clandestinidad, se les ocurrió una forma de oficializar su situación: Elisa pasó a ser Mario Sánchez. Recortó su melena, cambió las faldas por pantalones e incluso se inventó una infancia en Londres y un padre ateo que no quiso bautizarlo de niño. El cura de la parroquia no sospechó nada y, tras bautizar a Mario, las casó el 8 de junio de 1901, a las siete y media de la mañana. Pasaron la noche de bodas en una pensión.
Pero solo días después, el diario local La Voz de Galicia publicó la noticia, con el titular “Un matrimonio sin hombre”. El diario recogía detalles como que tras la boda los esposos «tomaron chocolate en el domicilio de la madrina, salieron de compras y a la vez fueron a retratarse a la fotografía del señor Sellier”. La noticia corrió por muchos otros medios, provocando el rechazo y la condena de la sociedad: se les acabaron las opciones de empleo y comenzaron a sufrir todo tipo de burlas y menosprecios por su condición sexual.
En busca del anonimato, se fueron a Portugal, donde vivieron hasta que Marcela tuvo una hija, quizás para dar más credibilidad al matrimonio. Allí las detuvieron y arrestaron, acusadas de falsedad documental y travestismo. El proceso de extradición terminó con su absolución y puesta en libertad. En 1902 partieron a Buenos Aires, donde trabajaron como criadas hasta que Elisa se casó con un anciano, con la esperanza de enviudar y disfrutar la herencia junto a Marcela. El hombre descubrió la trama, dando al traste con el plan. Ahí se pierde el rastro de las dos mujeres.
Pese a que no se sabe del cierto si las dos maestras son o no realmente las primeras lesbianas casadas por la iglesia, pues sólo llegan hasta nuestros días las historias de aquellos y aquellas que no lograron pasar desapercibidos, ésta será la historia que la directora de cine española Isabel Coixet llevará a la gran pantalla.
La flamante ganadora de los Goya empezará a rodar la cinta en mayo, según la productora Rodar y Rodar. En estos momentos, se están cerrando acuerdos con las actrices que podrían protagonizarla. Los derechos ya han sido adquiridos por Netflix, para que el film sea distribuirlo a través de su plataforma unos cuatro meses después del estreno en las salas de cine.