El errático nombramiento del titular del Ministerio de las Culturas dejó en evidencia un problema de institucionalidad que no termina por solucionarse. Tras la llegada de la ministra Consuelo Valdés, sigue vacante el puesto de director del Servicio de Patrimonio, que hoy ocupa de manera subrogante Javier Díaz. Para peor, dos de las instituciones culturales más importantes del país siguen sin conducción.
Tanto el Museo de Bellas Artes como el Museo Histórico Nacional aún no encuentran a la persona que se hará cargo de dirigir la institución. El primero quedó sin director hace 48 días, luego de que a Roberto Farriol se le solicitara la renuncia advirtiendo una «pérdida de confianza en su gestión». Desde entonces, ha asumido María Arévalo, de Relaciones Públicas, como directora provisoria.
Tampoco hay noticias sobre el nuevo líder de la principal pinacoteca del país, aunque desde el Servicio del Patrimonio señalaron que el o la encargada podrá anunciarse durante el mes de octubre. Actualmente el perfil es analizado por el Ministerio de las Culturas y recién en un mes se abrirá una convocatoria al respecto.
El Museo Histórico Nacional, en tanto, tampoco tiene a su director, tras la polémica salida de Pablo Andrade. En mayo pasado, el entonces director renunció luego de que se incluyera una imagen y una cita del dictador Augusto Pinochet en la muestra «Hijos de la libertad». Desde entonces, Isabel Alvarado es la directora provisoria, aunque la etapa de búsqueda para el nuevo líder del museo está más avanzada, pues ya se inició la revisión de los postulantes.