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En la mira: Concreto Azul, las catacumbas más luminosas de Valpo

Publicado: 20.09.2018

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Alguna vez hubo una imprenta y luego una compañía de títeres. Hoy es un espacio para libros y actividades anexas. “La librería se llama Concreto Azul porque ese es el título de uno de los libros del poeta Ennio Moltedo, figura de la generación del 50. Lamentablemente poco conocido fuera de Valparaíso, Moltedo desarrolló toda su obra poética y su trabajo editorial en esta bahía. En ese sentido, Concreto Azul es un proyecto que busca rescatar y proyectar la tradición poética y cultural del puerto que es riquísima. Pero también convertirse en una especie de factoría de contenidos y experiencias culturales”, dice Jaime Pinos, escritor y fundador del proyecto junto a Nicolás Muñoz, Pamela González, Gaspar Peñaloza y Rafael Cuevas. Entre otros escritores, han estado allí leyendo los poetas Elvira Hernández, Pepe Cuevas, Carlos Cociña y Verónica Zondek, además de visitantes de Argentina, Perú, Italia, Alemania, Haití, Estados Unidos, Birmania.

Publican una revista digital y ofrecen servicios editoriales como otra forma de financiarse. Porque es sabido que la venta de libros no siempre da. En los 90 Pinos fue editor de la revista La Calabaza del Diablo y de la editorial del mismo nombre en sus inicios. Junto a Marcelo Montecinos abrió una librería en el barrio Bellavista, que aunque no fue top en ventas, generó un circuito cultural a su alrededor. Posteriormente integró el Colectivo Lanzallamas en la segunda mitad de los 2000, publicando una revista digital y al menos un par de libros. “Contextos distintos pero, en lo esencial, la misma política y la misma poética. Trabajar colectivamente en la construcción de espacios donde sea posible el diálogo y el intercambio. Aportar a la difusión creativa y el desarrollo del pensamiento crítico donde sea y como se pueda. Hacerlo sin tomar compromisos que condicionen la propia independencia. No es fácil, pero así se ha venido sosteniendo la cultura en este país desde la dictadura y durante la eterna posdictadura. La poesía no debería existir en un país como este, casi copado por el consumo y la estupidez. Sin embargo, paradójicamente, existe y goza de buena salud. Eso, gracias a los lugares que fundan y los trabajos que pequeños grupos desarrollan en todo el país. Veo un signo alentador en esa persistencia y en la creciente convocatoria de gente joven en las lecturas poéticas, por ejemplo”, dice el escritor.

En Concreto Azul se encuentran ejemplares de literatura, arte, filosofía, ciencias sociales, historia, nuevos y usados. Muchas publicación independiente y de microeditoriales o autoediciones difíciles de encontrar son anunciadas por sus propios autores como materiales disponibles en este espacio de la subida Cumming. Por las actividades que están ocurriendo y por ocurrir en el subsuelo, se ha dicho que se trata de las catacumbas más luminosas de Valpo.

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