Aunque en este último tiempo me he sentido más cautivada por la novela histórica, esta vez quiero recomendar un libro que pertenece al género que me introdujo al mundo de la lectura, el de la novela negra y policial. Se trata de La bruja, de la sueca Camilla Läckberg. Es el último de su serie, que comenzó con La princesa de hielo y que relata las investigaciones del policía Patrik Hedström y la escritora Erica Falck. Ambos viven en la costa oeste de Suecia, específicamente en la localidad de Fjällbacka, otro protagonista de sus historias. Esta novela significa un verdadero avance en la exitosa carrera de Camilla. No es solo un best seller sobre un asesinato. Si bien siempre la novela negra muestra las distintas dimensiones del ser humano y Läckberg lo hace magistralmente, esta vez da un paso más allá, mostrando una Suecia desconocida para el resto del mundo. Mediante la desaparición de una niña, Linnea, se abren las heridas de un asesinato ocurrido treinta años antes, lo que hace que se pueda adentrar en temas tan actuales como racismo, bullying y agresiones sexuales.
Lo que más me gustó es la forma distinta en que la escritora aborda el feminismo. Si bien en prácticamente todas sus novelas Camilla Läckberg usa varias líneas temporales, aquí añade a la investigación del presente y la de hace treinta años, la historia de una mujer en 1672. Cuesta entender en un principio por qué está, pero la historia de Elin Jonsdotter, herbolaria acusada injustamente de brujería por sus conocimientos del poder de las hierbas curativas que usaba para ayudar con dolores, enfermedades y partos, tenía un sentido claro: recordarnos que las feministas actuales “somos las nietas de las brujas que no pudiste quemar”, una frase que se repite en las marchas chilenas y de toda Hispanoamérica.
Habitualmente leo novelas con protagonistas femeninas fuertes y reflexivas. También me gustan los libros que me introducen en mundos distintos y de verdad que en este caso descubrirán una Suecia muy distinta a ese paraíso del progresismo que percibimos desde Latinoamérica, porque Camilla no teme mostrar los defectos de su pueblo. Desde hace algunos años también, leo mucho sobre feminismo y aquí encuentro todos los ingredientes. Una novela negra, una novela histórica, protagonizada por mujeres de distintas épocas y con un claro mensaje feminista. He leído tres novelas más de Camilla y un libro de cuentos cortos de la misma saga, pero en estos últimos se agrega un toque de humor que demuestra la evolución de la escritora sueca.