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La «Antirrevolución» de Fernando Milagros: «Ya no son tiempos para hacerse la víctima»

Publicado: 05.10.2019

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«¿De qué me hablas cuando me hablas de amor? ¿De qué me hablas cuando hablas de revolución?».

Esas son las dos preguntas con las que Fernando Milagros (39) comienza su «Antirrevolución», último sencillo y también último avance de «Serpiente», su sexto álbum próximo a estrenarse el 1 de noviembre.

Segundos después, el mismo Milagros se responde: «Yo sólo siento que mi revolución nunca saldrá de esta habitación«.

Esta búsqueda interior es el principal mensaje de la canción, que sorprende con una notable colaboración de la rapera Catana. La propuesta, cuenta, es volver a la sencillez para componer sus canciones.

Muchos han afirmado que en este disco Milagros vuelve a la “raíz”, como se aprecia en sus dos sencillos anteriores: “Tú” y “Serpiente”. Sin embargo, el cantante afirma que simplemente buscó hacer un grupo de canciones que no se supiera en qué época fueron escritas y que no siguieran las tendencias actuales.

“Así empezaron a aparecer canciones que fueron trabajadas de manera muy sencilla. Sin Pro Tools, sin Ableton, dejando afuera los loops y los arreglos para concentrarse en la artesanía de la canción. Por eso el disco se llama ‘Serpiente’, haciendo un guiño a esos discos de los 60′ donde el nombre del disco era el mismo que tenía el sencillo”, explica Milagros.

Esta forma de encarar el proceso creativo también surgió por su visión de la influencia que ejercen las redes sociales y los likes en la música actual.

“El ejercicio de hacer algo fuera de época es porque siento que lo único que nos queda a los artistas es hacer cosas que no tengan que ver con las tendencias. Si estás pensando en perseguir esos likes, te vas a perder ahí. Es como si uno hiciera las cosas por plata. Si haces las cosas por plata vas a terminar ganando plata, pero haciendo puras hueás. Si persigues la plata y los likes, el día que no tengas eso vas a dejar todo tirado y vas a hacer otra cosa”, plantea a modo de previa presentación de su nuevo disco el próximo 16 de octubre en el Teatro Nescafé de las Artes.

—¿Por qué decidió nombrar “Antirrevolución” a tu último sencillo?

—La canción se llama “Antirrevolución” a modo de llamar la atención por la palabra. Está tan manoseada la palabra (revolución), está tan asumida por los poderes, por el capital. Todo está tan marketeado que decir «antirrevolución» es estar en contra de ese marketeo. La canción habla de esa gente que habla de cambiar las cosas y en verdad, los que tenemos que cambiar somos nosotros. Vamos a tener que aprender a adaptarnos a todos los cambios que se vienen. Habla de una revolución más interior.

—¿La canción busca retomar algún discurso político?

—A mí no me interesa retomar ningún discurso. Yo hago canciones no más. Un día amanecí más o menos inspirado y escribí esta canción. No pretendo salvarle la vida a nadie tampoco. Es una canción no más. Es lo que significa para mí. A lo mejor a otra persona le va a significar otra cosa. Hay mucha gente que está pasando por cambios. Hay muchas instituciones que están pasando por cambios. Uno va cambiando todo el tiempo a medida que va creciendo también. A mí la experiencia me ha enseñado eso, que no puedes echarle la culpa a los demás, sino que uno es el responsable de aceptar las circunstancias que estás viviendo. Puedes vivir en un castillo y ser un desgraciado, o puedes vivir al lado de un río y ser feliz. Depende de uno no más.

«Se está cayendo todo. La Iglesia, los pacos, los políticos. Está tan en evidencia que todo es mentira que, al final, lo único que nos queda es vernos las caras entre nosotros y hablar con la verdad. Hablar desde adentro. Soy majadero en eso. Hay que partir por uno primero. Estar echándole la culpa a los demás ya no va. Ya no son tiempos para hacerse la víctima», señala.

—¿Por qué decidió ponerle «Serpiente» a su nuevo disco?

—La serpiente como animal y como símbolo es un elemento que no pasa desapercibido, para bien o para mal. En nuestra cultura judeo-cristiana, la serpiente representa el mal, lo prohibido. Estudiando me di cuenta que la única cultura que ve a la serpiente de esa manera somos nosotros. En la cultura Tolteca, en la India, en la Amazonía, en muchas otras culturas, se ve a la serpiente como un símbolo de sabiduría, de abrazar el cambio y el conocimiento. Es muy bonito darse cuenta de ese contraste. Por eso quise ponerla en la carátula y nombrar el disco así, a pesar de todos los tabúes. Creo que hay claves ahí para descifrar muchas cosas. La humanidad estaría mucho mejor si tuviera aceptados todos esos tabúes que puede representar la serpiente como la lujuria, la oscuridad y el mal, que no es más que la sabiduría. El mundo católico tiende a satanizar todo conocimiento porque los que tienen el conocimiento son las autoridades. Siento que estamos en una era donde se están cayendo esos paradigmas. Esas imágenes patriarcales que tienen el poder ya no son tan respetadas. Es bacán anunciar que ya está bueno, que se están viniendo cosas nuevas. Ahora tenemos la oportunidad de establecer contacto de todo tipo directamente con las cosas que queremos. No necesitamos un intermediario, un vendedor, un cura, un paco. Esos son los tiempos que se vienen. Por eso me interesa anunciar de manera sutil esos cambios.

—¿Por qué es necesario hablar de estos tabúes?

—Hablar del sexo es tabú, hablar de la muerte es tabú, es como si hablaras de caca. Y es todo lo contrario, hay que empezar a hablar de eso porque son las cosas que son más básicas. Lo único seguro es que te vas a morir y nadie habla de la muerte. Nadie habla de cómo hay que prepararse para morir porque es de mala educación. Todo eso nos han enseñado y son valores que hay que desarmar. Hay que deconstruir todo eso porque no nos sirve. Por eso siento que es bueno meterse en los tabúes, porque ahí hay claves.

—¿Cambia la forma de experimentar la espiritualidad sin lo intermediarios?

—Siento que es algo súper patente. Por ejemplo, si quiero tener acceso a una vida espiritual más plena y todo lo que ha hecho mi cultura para enseñarme a tener una vida espiritual plena es a través de la religión. Eso significa que tiene que haber un viejo en frente, que tiene otros intereses, que te está diciendo cuál es la verdad. Y uno tiene que aceptar que es esa verdad y no cuestionársela porque si se la cuestiona, estás faltando a ese dogma y puedes caer en el pecado y te vas a ir al infierno. Entonces, ahora como nos estamos dando cuenta que todos esos intermediarios son más del lado oscuro que del lado luminoso, te das cuenta de que si sacas a esa persona de al medio, puedes tener contacto directo con tu espiritualidad, sin ninguna culpa, sin ningún problema. Eso es un poco lo que se viene.

– En la canción “Tú” también también habla del amor. ¿Qué significa para usted esta palabra?

– Uno pasa por tantas visiones de la palabra. Ahora voy a cumplir 40 y tengo un hijo. Por suerte aún no se han muerto mis viejos. He experimentado distintos tipos de amor. Amor de pareja, amor de papá, amor de hijo y tienes esos conceptos, pero también tengo la certeza de que ese concepto de amor es mucho más amplio que esa cosa que uno siente. Yo podría visualizar que esa palabra y esa sensación es como si fuera una malla que lo envuelve todo. Si sacamos la moral del medio -y aquí de nuevo están los intermediarios-, el amor juega un rol fundamental, porque encierra tus cosas buenas y malas. Llegar a darse cuenta de eso es muy reconfortante: que al final del día, estemos bien o estemos mal, el amor existe y va a existir y es algo que va más allá de nuestra línea temporal. Es una cosa que está más allá de todo lo imaginable.

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