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Menstruar en cuarentena: Los efectos del encierro en el ciclo de las mujeres

Publicado: 03.07.2020

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Real que en contexto de pandemia se altera tu ciclo menstrual. Hasta en las mejores matronas pasa”. Ese fue el mensaje que publicó a su cuenta de Facebook la presidenta del Colegio Regional de Matrones y Matronas, Katiuska Rojas. La matrona abría así un debate en sus redes sobre los efectos del confinamiento en el ciclo menstrual. Una simple búsqueda en Twitter da cuenta del impacto que el encierro y los cambios de hábitos han producido en las personas menstruantes.

Un estudio de la compañía sueca Intimina aplicado en España revela que el 63% de las mujeres de este país de entre 26 y 45 años ha experimentado cambios en su ciclo como consecuencia del confinamiento. Según datos de la encuesta, el tramo de edad que más ha padecido estas alteraciones es el comprendido entre los 26 y los 35 años. La mayoría afirma haber sufrido retrasos de cinco días de promedio y dolores más intensos de los habituales.

Katiusca Rojas comenta que en el consultorio virtual impulsado por el Colegio de Matrones y Matronas de Santiago han recibido muchas preguntas acerca de las irregularidades de la menstruación en tiempos de pandemia. “Los métodos que regularmente te marcan el ritmo del ciclo no están haciendo efecto, en muchos casos, producto del estrés, la ansiedad y la angustia”, asegura. “El estrés segrega una hormona llamada cortisol que siempre afecta al período menstrual”, agrega María José Oyarzún, matrona e integrante de la Asociación Chilena de Protección a la Familia (Aprofa) y de la Mesa de Acción por el Aborto.

Oyarzún, que recalca que estas alteraciones pueden ocurrir tanto a las mujeres que utilizan métodos anticonceptivos como a las que no, identifica otros factores que inciden en las alteraciones de la regla, como los cambios en el horario de sueño, debidos a una sobreexposición “permanente” a pantallas que impone el teletrabajo y a las dificultades para desconectarse de los aparatos electrónicos: “Algunas han comenzado a tomar medicamentos para conciliar el sueño o también para la ansiedad y eso impacta, quizás, no directamente en el ciclo, pero sí las sensaciones que generan”, apunta.

Otro factor son los cambios en la alimentación, por ejemplo, por el consumo de mayor cantidad de carbohidratos o frituras durante estos meses de encierro que, además, coinciden con más bajas temperaturas. “En la cuarentena las mujeres están comiendo mucho más y en distintos horarios: se almuerza más tarde, algunas no toman desayuno porque están en la casa teletrabajando y cuidando de otras personas, otras comen más comida chatarra o a deshoras y todo eso impacta en nuestro desarrollo hormonal”, sostiene Katiuska Rojas. Nuestra alimentación, dice, influye sobre nuestro metabolismo y el metabolismo influye de forma directa en ciclo menstrual. Rojas pone énfasis en ciertos hábitos, “gatillados por el impacto psicoemocional de la pandemia” que también tienen consecuencias en la menstruación, como consumir alcohol o fumar.

La disminución de la actividad física es otro factor determinante. Muchas mujeres han visto interrumpidas sus rutinas en el gimnasio u otras actividades que demandaban mayor movilidad, como en el mismo traslado a lugares de estudio, trabajo o reuniones sociales. “El movimiento corporal provoca que las glándulas se activen y secreten las hormonas que regulan nuestro ciclo menstrual. Sin movimiento esto también se altera”, sostiene Rojas.

Otro elemento a considerar y que, según Bárbara Rivas, matrona y especialista en medicina integrativa y yoga para mujeres, ha pasado muy desapercibido, es la falta de exposición a la luz, encargada de aportar al organismo la vitamina D. “Nos afecta en el ciclo porque cumple muchas funciones relacionadas con las hormonas sexuales”, precisa. Rivas resume que cuantas más variaciones haya provocado la cuarentena en nuestras rutinas cotidianas, más alterado estará nuestro período. Sin embargo, aconseja no alarmarse: “Debemos empezar a preocuparnos si, en más de una ocasión, nuestro ciclo menstrual fluctúa en más de siete días y si el sangrado dura también más de siete días”.

Recomenadaciones

Si bien las profesionales explican que los cambios en la ciclicidad son normales en este contexto, es muy relevante diferenciar cuándo podría responder a una sintomatología de un cuadro mayor que podría requerir una atención presencial y la evaluación de exámenes para establecer un diagnóstico adecuado.

Tabata Prelle, matrona de un cesfam en Lo Espejo, señala que en los consultorios se han reconocidos los cambios en los ciclos durante este tiempo. Precisamente, para esta y otras atenciones, en la red de asistencia pública han habilitado números directos con matronas y ginecólogas que ayudan a despejar las dudas de las pacientes. “Muchas no reconocen que están pasando por un proceso de estrés hasta que notan estos cambios, por ejemplo, que se atrasa la menstruación o se ausenta por unos meses”, agrega.

Las profesionales plantean algunas recomendaciones para aminorar los efectos que podrían conllevar estas alteraciones.

 

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