Implementar un programa social de cirugía plástica, el sueño del doctor Héctor Valdés

Fueron 10 mil solicitudes las que el cirujano plástico Héctor Valdés, muy destacado en su ámbito gracias al resultado de sus intervenciones, recibió en un acotado espacio de días, luego de una convocatoria que efectuó a través de su cuenta de Instagram con motivo de las celebraciones de fin de año últimas, en especial Navidad, para regalar dos cirugías plásticas a costo cero, que ante la demanda evidenciada decidió triplicar, beneficiando a seis personas.

«Entiendo que la cirugía plástica tiene el inconveniente de que, normalmente, no hay una institución que se haga cargo. Ni las isapres, ni el Estado, ni Fonasa. Y hoy la línea divisoria entre la cirugía plástica, reparadora y estética es muy flexible», reflexiona el médico especialista antes de profundizar:

«¿Quién le puede decir no a una señora que tuvo embarazo, lactancia y el busto caído, que es incómodo o que tiene un busto genéticamente de gran tamaño, en el caso de la gigantomastia, que tiene un busto de un kilo en cada lado…?», dice Valdés asumiendo que hay casos que ameritan plantearse el tema desde un lugar más sensible y empático.

Necesidad Social

«Uno no puede decir que es una cirugía estética. Estas personas o tienen millones de pesos para poder financiárselo por su cuenta, o simplemente tienen que vivir muchos años así. Obviamente afecta mucho», agrega al tiempo que nos comparte su experiencia recepcionando muchos casos de personas que le plantean sus inquietudes.

«Me escriben personas y me dicen, ‘doctor, qué ganas de (operarme), es un sueño, pero para mí es imposible’. Afecta mucho y te das cuenta de que hay una necesidad en una sociedad que efectivamente necesita dar solución a esto», se explaya.

De hecho, no es la primera vez que el cirujano pone su talento a disposición de personas que requieren de una cirugía.

«Yo, de hace muchísimos años, regalo mi trabajo y mi tiempo, pero la paciente tiene que pagarse un hospital o una clínica. Una clínica buena para una cirugía de esta envergadura puede costar dos o tres millones de pesos. Sólo la clínica. Y es mucho dinero para una persona de clase media que vive justo, que tiene hipoteca, que tiene gastos del día a día, es imposible», comenta respecto de su motivación para ayudar a quienes realmente necesitan una intervención.

10 mil postulantes

De esta manera, decidió que iba a regalar dos cirugías y terminó regalando seis con la integridad de los gastos cubiertos. «Me sorprendió darme cuenta de una realidad social en Chile tremenda, porque me escribieron 10 mil personas», relata.

«Hay casos de niños, de nacimiento, que nunca se les ha dado una solución. Fue tal la avalancha, que dos cirugías no es ni el 1%, entonces decidí aumentar a cuatro y después a seis», cuenta transparentando que le ha costado mucho decidir.

Salud pública

«Hice un llamado a la gente con poder», detalla compartiendo su inquietud por implementar un sistema que pueda dar atención a la creciente demanda que hay en este ámbito, asumiendo la complejidad de muchos casos, como el de niñes trans, además de otras realidades que requieren de un abordaje humano y consciente desde la medicina y su especialidad.

«La definición de lo que es salud de la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) es que hoy salud no es sólo una enfermedad física, es también una enfermedad emocional y mental», releva argumentando su inquietud por movilizar voluntades a través de gente con poder para dar respuesta a esta dimensión de la realidad que subyace prácticamente invisibilizada para la medicina tradicional y para la sociedad.

Proyecto Social

Valdés sabe bien de qué habla, por eso espera que el llamado que recibió de una importante clínica del país tras su posteo en Instagram se traduzca en una opción real que logre generar soluciones concretas, asumiendo además que, como él mismo relata, hay muchos médicos de su especialidad que están disponibles para poner su conocimiento al servicio de esta causa.

«Hay muchos pabellones que los domingos están desocupados», agrega entusiasmado con el proyecto que espera poder materializar.

Lo que se requiere, comenta, es un quirófano estándar de un hospital, que «cumple con todas las condiciones». Y agrega que también «hay personas, profesionales que encantados están dispuestos a esta solidaridad».

«Me ilusiona poder, efectivamente, ayudar a resolver y apoyar esta necesidad que realmente daría una enorme alegría a miles de personas», dice entusiasmado, esperando que su convocatoria prontamente se pueda transformar en un gran proyecto de ayuda social.