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Comida pop: Gastronomía con espíritu treinteañero que le da sabor al Barrio Seminario

Por: Felipe Rodríguez | Publicado: 13.01.2024
Comida pop: Gastronomía con espíritu treinteañero que le da sabor al Barrio Seminario Restaurante El Ciudadano | Cedida. Felipe Rodríguez.
Con una carta que pone énfasis en los gustos masivos, El Ciudadano le saca brillo a una fórmula que le ha otorgado buenos réditos. Es un lugar tranquilo y que invita al relajo por sus destacados cócteles, variedad de pizzas y platos tan frescos como tradicionales.

Desde su inauguración hace casi veinte años –se cumplen en 2024-, El Ciudadano fue un sitio que generó interés. José Luis Merino, su chef y dueño, con años de trabajo, pese a su juventud, apostó por una idea que para ese barrio –Seminario con Santa Isabel– fue un acierto: platos a precios moderados y comida sabrosa y de gusto masivo.

Tuvo contratiempos. Y severos. La primera vez que asistí al local en febrero de 2007 –dada las recomendaciones-, estaba destruido. Un incendio en la madrugada anterior consumió por completo el lugar.

Sin pausa ni prisa, Merino acompañado por su mujer, Valentina Kaulen, volvió a ponerse de pie. El esfuerzo valió la pena porque, hasta la fecha, su empresa se amplió. Ahora tiene locales de tapas, de picoteo y hasta en Puerto Varas.

Nuestra visita en la previa del Año Nuevo –tras varias temporadas sin asistir- fue una muestra de un trabajo eficiente y sólido.

El Ciudadano, con esa decoración entre madera y ladrillos y música de fondo que acompaña más que interrumpe la conversación, es un sitio que cumple con el primer mandamiento de un local: te hace sentir como en tu casa.

Esa sensación grata se amplifica con la variedad de cócteles. Los garzones preguntaban si se preferían dulces o secos. Lo mismo que un pisco sour. Ambos espléndidos. Pedimos el picoteo más preferido del año: un crudo acompañado por papas fritas, tostadas, una cantidad precisa de mayonesa casera y ensalada de lechuga. Correcta en su presentación y a tono con la temporada veraniega.

En la carta de El Ciudadano, hay una mirada tradicional del menú. Productos donde el cliente promedio no experimenta, sino que va a la segura.

Para seguir, pedimos Máncora al Olivo, compuesto por un ceviche de reineta, camote, cortes finos de palta y rocoto, hojas de lechuga y ostiones bañados en salsa de olivo. Sin embargo, nos dijeron que no tenían ostiones y el acompañamiento se reemplazó por camarones.

Ese es un punto a corregir. Luego, uno de los clásicos de la casa: la pamplona charrúa. Ese plato típicamente uruguayo con pechuga de pollo que en su interior trae jamón, queso y pimentones, acompañado de unas papas rectangulares y ensaladas verdes, aprobó con distinción.

Aunque nos sugirieron probar pizzas, otra de las especialidades de El Ciudadano, optamos por Cinta Blu, una pasta casera estirada en listones, bañada en una salsa de queso azul y con cortes de cola de vaca al vino tinto. Es un plato correcto, pero definitivamente para la hora de almuerzo.

Hay buena variedad de vinos y quizás faltan unos pocos espumantes –entendiendo que es un local donde habían muchos grupos de mujeres-, pero la experiencia gastronómica y de atención funcionan plenamente. Como si los años no pasaran.

En El Ciudadano hay oficio y, sobre todo, ganas de que los comensales sientan que disfrutan un genuino momento de alegría en torno a las copas y la comida.

Pasta en el Ciudadano

Cedida. Felipe Rodríguez.

RESTAURANT EL CIUDADANO

SEMINARIO 400, PROVIDENCIA

LUNES A SABADO DE 12.30 A 22.45 HORAS

CONSUMO PROMEDIO POR PERSONA: $25.000 PESOS

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