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Cuidados de la piel en adultos mayores: Moderar baños, hidratación y usar jabones neutros

Por: Horacio Gutiérrez Areyte | Publicado: 12.04.2024
Cuidados de la piel en adultos mayores: Moderar baños, hidratación y usar jabones neutros Imagen referencial | Agencia Uno
Prepararse para el frío implica no solo abrigarse adecuadamente, sino también proteger la piel de los efectos adversos de las bajas temperaturas. Expertos ofrecen consejos prácticos para mantener la piel saludable durante el otoño e invierno. Revisa todos los detalles aquí.

Con la llegada del otoño e invierno, las bajas temperaturas pueden representar un desafío para la salud de nuestra piel, requiriendo cuidados adicionales para mantenerla en óptimas condiciones.

Según expertos de Clínica Cath, especializada en heridas de la piel, este órgano, que es la primera barrera de defensa del cuerpo humano, necesita atención especial para prevenir problemas derivados de la exposición al frío.

Carolina Saravia, enfermera jefa de Clínica Cath, destaca que las personas mayores y aquellas con pieles más sensibles son especialmente vulnerables en épocas de temperaturas extremas. «Con el paso de los años, la piel se vuelve más delgada y susceptible a los agentes externos», explica.

Las consecuencias del frío en la piel pueden incluir pérdida de elasticidad, irritación, grietas, picor e incluso heridas en casos más extremos, especialmente en áreas expuestas como la cara, el cuello y las manos.

«La contracción de los capilares cutáneos ralentiza la renovación celular y afecta la nutrición y calidad de la piel, agravándose en ambientes secos como los provocados por la calefacción en invierno», añade Saravia.

Para hacer frente a los fríos extremos, los expertos de Clínica Cath ofrecen algunas recomendaciones específicas para personas mayores:

Hidratación constante: Aplicar crema hidratante al menos dos veces al día, evitando baños con agua muy caliente que pueden resecar la piel.
Uso de jabones neutros: Utilizar jabones con pH neutro para preservar el equilibrio natural de la piel.
Moderar baños: No excederse en la frecuencia de los baños, limitándolos a no más de dos veces por semana para proteger el sebo natural de la piel.
Consumo de agua: Mantenerse hidratado bebiendo al menos 8 vasos de agua al día, combinado con infusiones herbales como té verde, manzanilla o té blanco.
Alimentación equilibrada: Seguir una dieta balanceada, evitando excesos de azúcar y carbohidratos, contribuye a la salud de la piel.

«Es fundamental prestar atención especial a nuestra piel durante los meses más fríos, protegiéndola adecuadamente para evitar problemas de salud y mantener su apariencia», concluye Saravia.

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