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Diamela Eltit: “Con su performance, Lastesis emancipan el cuerpo de las mujeres”

Publicado: 23.12.2019

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¿A qué ha despertado Chile? Esa fue la pregunta que formuló la crítica literaria Lorena Amaro, directora del Instituto de Estética UC, para dar inicio al conversatorio Arte y política: la refundación de los emblemas, que se realizó ayer en el Centro Cultural Gabriela Mistral. En la mesa participaron la escritora y Premio Nacional de Literatura Diamela Eltit, el colectivo artístico feminista Lastesis y el académico y filósofo Carlos Pérez Soto. 

En opinión de Diamela Eltit en estos dos meses de manifestaciones se ha gestado una poética anónima con signos potentes, que cruza a la población. En las frases hasta que valga la pena vivir y hasta que la dignidad sea costumbre, “hay una síntesis muy poderosa”, dijo la escritora. 

Una de las intervenciones artísticas que se desarrolló en este contexto fue Un violador en tu camino de Lastesis, performance replicada por mujeres de diferentes culturas y países y que marca un hito en el movimiento feminista. “Es un himno, porque precisamente las excedió a ellas mismas y la ciudadanía se apropió de cualquier forma nueva que se integre a esa performance”, señaló Eltit.

En medio de múltiples demandas por una vida digna, como mejorar la educación, la salud, las pensiones, aumentar el salario mínimo, la demanda feminista de generar un sistema igualitario entre hombres y mujeres, y erradicar la violencia de género parecía quedar invisibilizada ante las anteriormente mencionadas. Hasta la intervención de Lastesis, con la cual nuevamente se puso en entredicho la desigualdad, como epicentro de las conversaciones cotidianas.

¿Qué tendría esa gestualidad que se puede exportar a distintos lugares y ser apropiada por mujeres mapuche, árabes, por mujeres en lenguaje de señas? Paula Cometa, una de las cuatro integrantes, dijo que “el trabajo es evidentemente colaborativo, porque todas las compañeras de otros territorios se permiten esta transformación y complementan la base que nosotras generamos”. El texto que se vocifera no es una canción, no es un hit musical, “es un texto que tiene contenido y movimiento. El cuerpo toma las formas de tortura, las formas de indicativo: la sentadilla corresponde a una forma de detención, donde te desnudan y te hacen hacer sentadillas como un método de humillación”. 

La performance fue acogida de manera universal, tanto por las mujeres del mundo como por las autoridades chilenas, quienes al celebrar la forma “pacífica” de manifestarse pretendieron vaciarla de contenido. El académico Carlos Pérez Soto hizo ver dos tipos de relaciones que se han dado históricamente entre arte y política: el uso político del arte y el arte político en sí mismo. El primero, explicó, responde al artista puesto al servicio del poder para exaltarlo. Así ocurrió con Miguel Ángel y la Capilla Sixtina, o con Diego Rivera y el mural en el Museo de Bellas Artes de México; arte finalmente con una estética demagógica y conservadora. 

En cambio, el arte político es un arte que se enfrenta al poder. “La obra no es para la política, sino que pretende ser ella misma un acto político. Tiene que ver con lo pedagógico, pero tiene una pedagogía involucrante”, dijo, señalando que en el caso de Lastesis “no es bailar para ellas, es bailar con ellas. Es un arte innovador en la forma”. Sin embargo, observó, el arte político tiene un destino trágico, dado que está estrictamente ligado al auge y al reflujo del movimiento social. “El arte político tiene tendencia a quedarse en la justicia inmediata, porque es un reclamo de ahora, de algo muy urgente de decir, por tanto, siente desconfianza hacia su propia proyección”, indicó. 

¿Cuál sería la proyección de Lastesis? Lea Cáceres, integrante del colectivo, expresó que “todos los seres humanos tienen la misma capacidad creativa de hacer sus propias acciones políticas en la calle. Y Lastesis empuja al deseo de crear cada uno desde sus herramientas, desde donde se sientan cómodos y desde sus propios lenguajes”. En esa línea, sus intervenciones, señalaron, no funcionan por encargo o por expectativas ciudadanas. 

Para Diamela Eltit, “con su performance Lastesis emancipan el cuerpo de las mujeres, ahora, eso siempre es violento y alguna gente se puede molestar. Pero toda descolonización es violenta”.

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