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400 ojos

Por: Rosa Alcayaga, poeta | Publicado: 15.03.2020
400 ojos |
«Escribo 400 ojos para alzar nuestra voz y transformar las palabras en voceras del horror que sucede en este país, en el fin del mundo. ¿Cómo podríamos imaginarnos 400 ojos sin luz, 400 ojos mutilados por los agentes del Estado?», explica Rosa Alcayaga. El texto fue leído por su autora en un acto de protesta a comienzos de febrero en la Plaza la Victoria, Valparaíso, y acaba de ser publicado por Editorial Ilustraverde como plaquette.
La BBC revela que en Chile  hay más lesiones en los ojos 
por balines que en 3 décadas de conflicto Israelí-Palestina
«En Chile protestar cuesta un ojo de la cara» titula el New York Times

Gustavo Gatica 21 años 8 de noviembre 2019 a su madre desde la clínica 

Regalé mis ojos para que la gente despierte

Dos balines directo a su rostro en Plaza Italia  

Explosionan las pupilas ametralladas

Y el iris derrama sangre 

Desde esa oscuridad desconocida y sin rostro

En las afueras de la clínica cientos de manifestantes le gritan a la yuta

¡Váyanse! ¡Fuera de aquí! ¡Fuera!

Lacrimógenas y gas pimienta es la respuesta

«Gustavo seremos tus ojos» 

 

370 ojos lesionados

33 ojos estallan

 

El poeta escribe: «Busco cementerio / Para enterrar mis ojos» *

 

Y el presidente de la república de vacaciones en otro planeta

En su libreta de ahorros 2.800 millones de dólares entre los mil más ricos del mundo 

Protege su dinero mal habido con siete leyes represivas… ni un pedazo de pan 

 

Valparaíso pese a sus heridas no cede

Los jóvenes de hoy no descansan 

Su rabia escrita en un mensaje de fuego sagrado frotando piedras 

Piedra oscura contra piedra sombra de la muerte… nacen el fuego y la luz

Fuego en los ojos Sangre en el cuerpo: símbolo de un pueblo 

Escrito en el cielo esta noche cientos de ojos bordados 

En Valdivia derriban a Pedro y en su lugar levantan a Lautaro 

Y en Santiago horadan la estatua de Baquedano que en su lista de honores

Pacificación de la Araucanía… por eso hay que seguir cavando

Hasta que caiga: Plaza de la Dignidad es el nuevo nombre  

Haciendo frente a una dictadura burguesa vestida con piel de oveja

Dictadura burguesa que no suelta ni un peso 

Ni un peso Padre Hurtado… y usted lo dijo

Dar hasta que duela… no está en el programa de los empresarios

 

Los militares trafican con los narcos y delincuentes… les venden armas

Suma y sigue el Milicogate… lo reconoce el comandante en jefe del Ejército 

Y la yuta no se salva… sus jefes le roban al país 29 mil millones de pesos

Los de abajo tarjetas de crédito… sopa de cebolla el pan nuestro de cada día más el té

Y el 5% de empresarios dueños de este país raquítico siempre al aguaite

Andrónico Luksic goza en el club de los 100 más ricos del orbe y ofrece limosna… 

500 lucas al mes… su credo matinal contar peso a peso sus 15.400 millones de dólares

 

La revuelta de las locas en contra del patriarcado y del sexo binario en cada esquina

Y Lastesis en voz alta «El Estado opresor es un macho violador» 

A Josué Maureira 21 años los uniformados 

Al verle las uñas pintadas de rojo… con una luma

Deseo  de macho violador que -a los pacos- les trastorna encerrados en esa comisaría

Contando los segundos Josué reza a pleno sol / boca abajo / duerme la luz*

 

Cada pupila sacrificada no pierde de vista a los asesinos… sin ojos no habrá paz

Miente el general Rozas de Carabineros: nunca hubo protocolo 

 

400 ojos

 

Mienten el presidente de la república

El ministro del Interior

El ministro de Defensa

Mienten los intendentes

Balines y perdigones buscando nuevas víctimas

Y las bombas lacrimógenas apuntan a la cara sin cámara GoPro 

 

Desde La Pintana Carlos Vivanco 18 años su ojo izquierdo no responde

Sangre que cubre su cara dibujando el rostro en su mano 

«El movimiento me costó un ojo pero estoy feliz porque la lucha continúa»

César Callozo obrero de la construcción y músico 35 años 

Estalla su globo ocular mientras toca su tambor en la Plaza de la Dignidad

«Sentí el golpe y caí al suelo

Me puse de pie y grité… no me van a ganar»

Y Fabiola Campillai Rojas de 36 años pierde sus dos ojos 

La sangre subraya el camino a su trabajo. Ella iba

En San Bernardo el estallido de una bomba lacrimógena

Solo en un segundo y su vida pierde el rumbo

Ella iba… pero no llega  

 

21 de diciembre 2019 Nahuel Herano

En Villa Portales… los pacos como ratas arrastran una orden

Disparan ese perdigón y Nahuel 17 años pierde su ojo izquierdo

Y en Valparaíso a las 4 de la madrugada -1º de enero 2020- una bomba lacrimógena

Joven ve rodar su ojo derecho… derrama sangre como lava volcánica… fuego ritual

Cráneo fracturado  

Matías Orellana

25 años            

 

400 pupilas buscan la luz a tientas

 

Joven de 16 años… Plaza Las Américas… Coquimbo… 11 de noviembre 2019

En su ojo derecho un perdigón le roba la luz 

Sangre adolescente y el paco lo patea por la espalda 

Presiona su cabeza con ese bototo ensangrentado

Le preguntan: «¿qué te llegó [en el ojo]?» Un perdigón dice el joven

«No». Le responden. 

«Te llegó un piedrazo, si no quieres que te pegue de nuevo».

Y los pacos murmuran: «¿qué hacemos con él? ¿lo matamos? ¿lo violamos?

¿Lo dejamos tirado por ahí?»

 

400 ojos 

 

Nos regalan

Balines perdigones bombas lacrimógenas gas pimienta balas soda cáustica

Una mujer dibuja en el muro con la sangre que cae de los ojos:

 «Tu rabia es oro –el fuego en el centro-«

Y llega el año 2020… ¿Será este Chile otro Chile?

¡Respondan ustedes!

*Santiago Olmos Calvo (2007). Vertedero, poemario. Valparaíso: Editorial La Cáfila.

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