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“The Midnight Gospel”: Psicodelia animada, filosófica y surrealista

Por: César Tudela | Publicado: 13.05.2020
“The Midnight Gospel”: Psicodelia animada, filosófica y surrealista The Midnight Gospel |
A mediados de abril, Netflix estrenó –sin mucho bombo– esta nueva serie animada para adultos. Creada por Pendleton Ward, mismo responsable de “Hora de Aventuras», la ficción se basa en las aventuras futuristas de Clay Gilroy, un podcaster que busca a sus entrevistados en galaxias alternativas. Un caleidoscopio sensorial lleno de colores y reflexiones tan profundas como lisérgicas.

Colores en alto contraste, formas raras, humor friki, referencias ñoñas, planetas de payasos, zombies amables, villanos que asesinan con el trasero y mucha, mucha psicodelia. The Midnight Gospel, la más reciente serie animada de Netflix, vino a nutrir un catálogo de “monos” para adultos que cada día va en aumento. La última creación de Pendleton Ward, inmediatamente se ganó el corazón tanto de los seguidores de los otros títulos similares que tiene el gigante del streaming (Bojack Horseman, Big Mouth, (Des)Encanto, F is for Family, Final Space, Rick & Morty), como la de ese pequeño milagro de la animación llamado Hora de Aventura (de la que es también su mente creadora), una de las apuestas animadas más queridas del nuevo siglo.

La serie la protagoniza Clay, un podcaster cósmico –spacecaster– que, como si fuera un periodista gonzo futurista, viaja a través de un portal interdimensional por multiversos simulados por una bio-computadora triangular, donde puede elegir su avatar antes de cada viaje. En sus periplos intergalácticos se encuentra con una flora y fauna arrebatadoramente estrambótica, aunque su objetivo no es la exploración de nuevos mundos, sino la de entrevistar a personajes inusuales y conocer sus cosmovisiones, en medio de aventuras absurdas y distópicas, que tienen referencias de serie B y la cultura underground.

Así es como Ward, quien ya había sentado precedente entre las series animadas contemporáneas decididas a abordar cierta sensibilidad adulta con la comedia y el sinsentido infantil –difuminando la barrera entre ambos públicos–, nos entrega una fantasiosa travesía lisérgica. Un viaje alucinante y sin prejuicios al centro de la mente, como si Yellow Submarine (la película) la hubiesen escrito los creativos millennials de Cartoon Network. Psicodelia pura en tiempos de encierro.

Si se ve en su idioma original, los capítulos se disfrutan mucho más, gracias a la voz y oratoria de Duncan Trussell, cómico de stand-up, escritor, actor y creador de ‘Duncan Trussell Family Hour’, el podcast original donde salieron los diálogos que presenta la serie, haciéndola sumamente original y transgresor. Exreos condenados a muerte que sobrevivieron, médicos a favor de las drogas, maestros de meditación y escritores alcohólicos, fueron parte de aquellas conversaciones sobre filosofía, existencialismo, la ciencia experimental, actividad paranormal, metafísica y otras teorías, que luego se transformaron en el guión de The Midnight Gospel, que Ward las lleva al siguiente nivel en las coloridas aventuras galácticas que desfilan por la pantalla, porque esa siempre fue su idea, según contó el mismo Trussel, que en una reunión le dijo: “No quiero hacer una serie, quiero animar capítulos de tu podcast”.

Una vez que nos liberamos de las barreras de la lógica y lo ortodoxo, The Midnight Gospel se convierte en una animación extraordinaria que se consume alegremente como una serie con sobredosis de LSD. Con varios niveles de comprensión para el espectador, se puede disfrutar cada capítulo con intensidad, sumergiéndose por todos sus recovecos, o también, de manera más superficial, sin la necesidad de atender todos los diálogos que se convierten en conversaciones filosóficamente estimulantes sobre la política, la religión, la existencia, la muerte, las drogas, con reflexiones profundas que invitan a abrir las puertas de la creatividad y la percepción.

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