Claudio Parra y reedición de La Ventana 47 años después: “Estábamos aprendiendo a componer”

Durante algo menos de una hora, hacemos un viaje por sus recuerdos, por los detalles y pasajes de las grabaciones, composición y lanzamiento del álbum, pero también nos adentramos en el trabajo de rescate que terminó por consolidarse en una edición de incalculable valor para el catálogo de la música popular chilena.

Fue permanente emoción

-¿Cómo surge el reencuentro con las cintas perdidas de La Ventana? ¿Quién hace el hallazgo?
-La gente de la compañía disquera Al abordaje muchachos, que son personas a las que les gusta esto, apasionados del vinilo. Ellos, con la autorización de ARCI –los propietarios– decidieron buscar en los archivos cintas de nuestras grabaciones para el sello IRT y encontraron las originales. Todas nuestras ediciones se hacían a partir de copias y como no existía el digital, cuando hacían una copia siempre había una pérdida.

-Hagamos un poco de memoria ¿cómo llegan al sello IRT?
-Fue el año 72, el antiguo sello RCA pasó a llamarse IRT porque fue nacionalizado por el presidente Allende. Julio Numhauser, gran músico chileno, era el director y nos invita. Él estaba reuniendo a los nuevos grupos y las nuevas propuestas. El estudio era uno de los principales de Santiago, aparte estaba el de la EMI y no recuerdo si había otro. En esa época, hacer un disco en un estudio de grabación era carísimo.

-¿Qué emociones despertaron al momento de grabar en el estudio?
-Era muy emocionante para nosotros entrar en un estudio de grabación, antes habíamos entrado cuando grabamos la música de Qué hacer, una película que se hizo acá en Chile, coproducción entre Raúl Ruiz y Saul Landau, cineasta norteamericano. Para nosotros la experiencia del estudio fue increíble, nunca habíamos escuchado de esa manera y con esa calidad de sonido; podíamos decidir ‘esto más fuerte o esto más despacio’ o el trabajo del estéreo, de poner a un lado o al otro los sonidos, todas esas cosas nos daban gran emoción; fue fascinante, increíble. Con La Ventana era la tercera vez que entrábamos al estudio.

-¿Qué recuerdas del estudio? ¿Qué instrumentos utilizaron para sus grabaciones?
-El estudio era grande, junto a un piano había un vibráfono, una marimba y un gong, timbales cromáticos e instrumentos que usaban las orquestas sinfónicas. Para nosotros era maravilloso, no habíamos tenido la ocasión de tenerlos en la mano y justo los tuvimos en un estudio de grabación, así que caímos en la tentación, dedicamos un día entero a grabar improvisaciones con estos instrumentos de percusión más los instrumentos de nosotros. ‘Ciclo vital’ es una improvisación hecha con los instrumentos que encontramos ahí.

-¿Qué pasa en el interior de la banda que permite el paso de improvisar música a componer canciones?
 –Nosotros improvisábamos todo lo que hacíamos, por ejemplo en los conciertos nos subíamos al escenario y no sabíamos lo que íbamos a tocar, ahí iba saliendo la música. Muchas veces la gente participaba, se subían al escenario y tocaban algún instrumento, había plena libertad. Cuando empezamos a hacer canciones y a componer, fue cuando sentimos que estábamos creando un lenguaje propio; a través de la improvisación fuimos descubriendo un lenguaje nuestro, que es el que tenemos hasta el día de hoy.

-¿La improvisación fue parte de la composición de sus canciones?
-Las melodías que tocan las guitarras en ‘Todos juntos’, que son tan famosas y que todo el mundo tararea, cuando las grabó el Gato las improvisó en el estudio. Como quedaron grabadas y en el oído de la gente, las tuvimos que aprender para tocarlas igual a como las habíamos grabado. Con ‘Mira niñita’ pasa lo mismo, la estructura del tema salió en el estudio, cuando íbamos a grabar teníamos la idea de la canción: cómo empezar y cómo cantar, sabíamos que primero había un solo de guitarra, después un solo de flauta y un solo de piano, pero en el desarrollo instrumental no sabíamos qué es lo que se iba a tocar ni cuánto iba a durar. Eso salió en el estudio y quedó, después tuvimos que aprender a tocar lo que habíamos grabado.

-Es muy bonito, porque en la grabación quedó registrado el momento de la creación…
 –Claro, y cuando tocamos por primera vez en vivo estos temas no los sabíamos tocar, hicimos una versión a manos libres, invitamos a un grupo de peruanos y brasileños que vivían aquí en Chile, se cantaba la letra pero las partes del medio eran improvisadas en el momento.

 -¿Existe alguna anécdota de los días en que registraron las canciones de La Ventana?
-Nos topábamos en el mismo estudio con gente que hacía música en esa época. Recuerdo un día en que estábamos esperando para entrar y estaba grabando Víctor Jara, tuvimos que esperar que él terminara para entrar. Patricio Castillo (miembro fundador de Quilapayún) tocaba el charango en ‘Todos juntos’ y en ‘Mira niñita’. El es un gran músico y en ese tiempo estaba ligado a la Nueva Canción Chilena, estábamos inmersos en todo lo que estaba pasando. Así era todo en ese momento convulsionado, pero todavía no llegaba el momento más crítico que fue el año 73.
 
 -¿Tuvieron algún vínculo con Víctor Jara en sus días de grabación?
 –Sí, pero con él nos topábamos más en TVN, él era como director artístico y cada vez que íbamos para allá compartíamos. Conversando con Víctor nace la idea de hacer en conjunto interpretaciones de Violeta Parra, proyecto que nunca hicimos con él, por supuesto, pero años después vinimos a hacerlo nosotros solos.

-¿Intuían que era un trabajo importante y que estaban componiendo himnos?
 –No, eso nunca se nos pasó por la cabeza, nosotros estábamos haciendo música no más, estábamos aprendiendo a componer y a hacer arreglos, lo único que hacíamos era improvisar. Para nosotros todo era hacer música.

Ese lánguido temor

1973 es un año que se recuerda con mucho dolor en el país: el 11 de septiembre comenzaría la dictadura de Augusto Pinochet. La Ventana de los Jaivas aparecía 9 meses antes del golpe, en un contexto de profunda crisis político-social que se agudizaba día tras día. 

– ¿De qué manera afectó el contexto social que se vivía en Chile al momento de lanzar el disco y/o en los meses posteriores?
 –La Ventana salió en enero del 73, hicimos el lanzamiento en un festival en la Quinta Vergara en febrero de ese año, que se llamó Festival de Música Americana. Lo quisimos organizar para reunir a la gente que estaba en la misma onda de nosotros, pensábamos que en otros países de Sudamérica podrían haber grupos que hicieran algo similar y encontramos en Perú al grupo El Polen, entonces los invitamos y también a Geraldo Vandré. Con el golpe de Estado todo cambia y el sello vuelve a privatizarse, el catálogo de IRT queda  abandonado y lo compra finalmente el sello ARCI. Ellos lo licencian y luego hacen lo mismo distintas compañías, un tiempo lo sacó Universal Warner y no sé quién más.

-Durante esos años fueron lanzadas varias ediciones de La Ventana
-Sí,  pero nosotros nunca hemos estado contentos con estas reediciones, tanto por la calidad del audio como de las gráficas. Han sido ediciones ‘mediocres’ por decirlo de alguna manera, sin mucha preocupación del sonido, porque si bien se trata de canciones antiguas, siempre se pueden tratar. Ahora tomó la licencia este nuevo sello Al abordaje muchachos, que son los que encontraron las cintas.

Las arañas tejen chalecos 

El arte del disco también contó con un importante trabajo de rescate: Martín Uribe, diseñador a cargo del proyecto, recurrió a coleccionistas que facilitaron material fundamental para la reconstrucción de la carátula del álbum. Introduciéndonos en la gráfica del disco, Claudio Parra hace referencia a un dato importante:  “El disco no se llama La Ventana. Curiosamente todos nuestros primeros álbumes se llamaban ‘Los Jaivas’. Por ejemplo, El Volantín se llama ‘Los Jaivas’, pero se le dice así porque en la carátula aparece un volantín. El Indio es lo mismo, porque sale un indio al lado. Este también se llama ‘Los Jaivas’, pero se le llama La Ventana por el diseño de la carátula.

-¿Cuál es el origen de la idea de La Ventana y qué detalles interesantes hay detrás de esta carátula?
-Esa ventana era de la pieza de Eduardo, en la carátula está dibujada y lo que se ve a través de ella es la imagen de unos cerros de Reñaca. Por el reverso aparece una foto de la ventana y debajo se ve un canasto con lanas. La compañera de Eduardo tejía, como todas nuestras compañeras también, y después fue muy importante para nosotros su trabajo (las esposas y parejas de los miembros de Los Jaivas elaboraron a mano diversos chalecos que ocupó la agrupación en esa época, dichos chalecos aparecen en varias de las fotos que se tomaron esos años).

Todos juntos

-¿Cómo se toman esta reedición tan importante y simbólica los otros integrantes de la banda?
 –Estamos todos contentos y felices de que esto suceda, para nosotros es importante la discografía. Para un grupo es la base de su obra, lo que uno tiene para entregarle al público. Los conciertos se basan en la discografía principalmente, entonces tener la discografía vigente permite que las nuevas generaciones vayan conociendo la música que llevábamos al principio. Estamos realmente felices con esta nueva reedición, nos sentimos muy  identificados con la prolijidad del trabajo.

-¿Qué crees que dirían Gabriel y el Gato sobre esta reedición?
 –Estarían felices, todos estaríamos muy contentos.