«El gavilán» de Vicente Ruiz en Santiago a Mil: Cumpliendo los designios de Violeta

El acto en vivo que presentará Ruiz, quien por primera vez estará en Santiago a Mil, se basa en una de las grabaciones de audio que hizo Violeta Parra con una duración de 12:19 minutos, donde canta e interpreta su pieza autoral El gavilán, terminada en los años 60 después de un largo período. Es posible considerarla una pieza work in progress ya que estaba pensada como un ballet. Es en este punto que el artista Vicente Ruiz establece un puente de relación entre la obra y su posibilidad como danza.

Concebida como danza

En una entrevista para la radio universidad de Concepción en 1960, Violeta Parra declara esta intención y nombra a los bailarines con los que ha conversado, entre ellos, Max Zomosa. Uno de los más relevantes intérpretes de la época y que llegó a ser primer bailarín del Joffrey Ballet de Nueva York. En cierto sentido esta pieza performance de Ruiz es el cumplimiento al deseo de ese destino: la puesta en escena de la música de Violeta Parra interpretada por el bailarín Max Zomosa como personaje.

«Siempre me ha movido Violeta Parra como artista –comenta Ruiz a El Desconcierto–. El gavilán es una obra maestra y universal en todo sentido: su dramaturgia, la estructura, el sonido, la interpretación de la guitarra, la experimentación, el soporte cultural. Hasta un cierto punto no sabía antes que ella lo pensaba como un ballet, aunque yo siempre lo bailaba para mí. Al oír en YouTube una entrevista que diera en Concepción en los años 60, ante la pregunta sobre las fuerzas internas de la pieza ella dice: ‘El tema de fondo es el amor, la lucha entre el bien y el mal, entre el poder y la debilidad. El poder y el capitalismo’. Esto último catapultó en mí una investigación que me llevó a realizar esta performance: ¿Cómo el tema amoroso puede llegar a ser también un tema social?»

Max Zomosa: una cuchillada en el corazón

Max Zomosa fue un destacado bailarín chileno que abandonó la carrera de medicina para dedicarse al ballet. Fue partner de Joan Turner en Medea. Pieza que también dirigió Vicente Ruiz el año 85 como obra de danza con la bailarina Verónica Urzúa en el rol principal. Zomosa desarrolló un gran estudio del personaje de la muerte, como en La mesa verde de Kurt Jooss, en la versión para Chile de Ernst Uthoff. O en la pieza Astarté, donde consolidó fama internacional bajo la dirección de Robert Joffrey. Su muerte repentina a los 31 años de una cuchillada en el corazón, sin dejar claro si fue por mano de terceros o propia, consignó su deceso en las noticias del The New York Times.

En El gavilán la tragedia del personaje, una mujer (la víctima equivalente a la sacrificial que aparece en La Consagración de la primavera de Igor Stravinsky) confía con todo su ser en la ilusión que un hombre (el gavilán depredador) le ofrece.

Femicidio detrás de El gavilán

Sin embargo, a los ojos de hoy el análisis de los aspectos simbólicos de la pieza se amplían. Es Lucy Oporto Valencia con su ensayo El diablo en la música quien hace un aporte significativo al sentido interno de la pieza y sus contenidos a la vista de la contemporaneidad. Llevándola a los criterios del femicidio y al lugar de la mujer abandonada a las fuerzas sociales destructivas en una sociedad capitalista. Lo mismo en lo que se refiere a lo estrictamente musical y su contacto con el tritono. Que en la época del medioevo era considerado un factor diabólico (moral) en la creación musical.

Hay muchas tesis en torno a la obra musical. Su contacto con la contemporaneidad de artistas como Arnold Schönberg y su escala dodecafónica y sonidos intermedios. La capacidad de contraerse y quebrar que hay en el centro de la composición para la guitarra que ella misma interpreta. Su gran conexión con lo efímero de la performance al realizar cuatro grabaciones, que hoy diríamos «caseras «, y el hecho de no tener una partitura escrita es lo que la llevaba a Violeta Parra a mostrar lo eximia y culta intérprete que era a pesar de no manejar la nomenclatura y levantar su arte soportado en la memoria y en la praxis como cultora del folklore.

Vicente Ruiz

«El recurso de ficción hace posible buscar una realidad para la performance que ocurre en tiempo real y que aunque tiene su propio lenguaje y estructura, se nutre de una gran dosis de improvisación. Pero de una espontaneidad más cercana a los inicios de la danza en la figura y obra de Isadora Duncan. Quien realizaba piezas únicas aunque confrontadas con el momento y lugar donde se llevaran a cabo: creación in situ», señala Vicente Ruiz (63), artista interdisciplinario que ha realizado su labor desde la performance a la danza contemporánea, el videoarte, y las artes visuales. También escribe teoría del arte y hace curaduría como la reciente Stage out, donde convocó a importantes artistas de la performance latinoamericana.

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