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FOTORREPORTAJE| De turista en Rocinha, la favela más grande de Brasil

Por: Elisa Montesinos | Publicado: 20.02.2022
FOTORREPORTAJE| De turista en Rocinha, la favela más grande de Brasil ©Fredy Valdebenito |
Fredy Valdebenito es fotógrafo aficionado hace 20 años. Dedica su tiempo libre a hacer viajes en que mezcla el turismo con su pasión por la fotografía. Así, aparecen paisajes, naturaleza y también, en su última serie, una visita al mundo de las favelas de Río de Janeiro. Aquí su relato sobre aquel viaje.
Organizando un viaje a la ciudad de Río de Janeiro, Brasil, nace la idea de visitar una favela, y qué mejor que la más popular: Rocinha.

Se trata de uno de los lugares más fascinantes de Río. Hasta no hace mucho favela Rocinha fue considerada uno de los barrios más peligrosos del mundo. Recuerdo haber visto muchas veces en la prensa videos impactantes de este lugar, quizás los más violentos entre la policía y sus pobladores y con escenas increíbles sacadas de la mejor película de ciencia ficción. Jamás pensé que alguna vez tendría la oportunidad de visitarla, jamás.

Las fotos que no se pudieron hacer

Mi experiencia en fotografía parte hace aproximadamente 20 años, en un comienzo haciendo retratos familiares en celebraciones con cámaras a rollo y luego fue evolucionando a capturar paisajes en viajes cuando salieron los teléfonos con cámara. La experiencia como autodidacta se ha dado al observar situaciones, personas, animales o paisajes que captan mi atención.
Rocinha la favela más grande de Brasil por ©Fredy Valdebenito

©Fredy Valdebenito

Uno de los principales motivos para visitar la favela fue la curiosidad, adentrarme y presenciar cómo es la vida ahí, más allá de lo que sale en las noticias; las vistas que ofrece la accidentada geografía y su espontánea forma de poblarse.
Al llegar a la entrada la primera impresión es claramente un lugar que no te invita a pasar por su apariencia de absoluta inseguridad. Antes había acordado con una chica chilena que tenía un contacto en el lugar; era la única forma de visitar sin cometer un error que pudiera incomodar a algunos residentes y que terminara en una mala experiencia. Al llegar ya saben quién eres y con quién estarás acompañado durante la visita. Al comenzar hay una pequeña instrucción que es muy importante y clara: «no usar ningún tipo de cámara para filmar si no es autorizado por el guía».
El lugar es para turismo sin lente fotográfico. Es muy difícil conseguir una foto de lo que es realmente la favela. En YouTube existen muchos videos de gente que las visitó pero no muestran mucho, y nada de comentarios del armamento que tienen los soldados de los narcotraficantes. Claramente todo eso pasa en pasajes interiores de la favela y mis fotos fueron tomadas en la única calle que sube la Rocinha.
Una visita a la favela Rocinha por ©Fredy Valdebenito

©Fredy Valdebenito

La foto que más me gustó fue desde la terraza de una casa a la que nos permitieron pasar. Desde ahí se podía tener una vista panorámica de toda la favela. Por otra parte la foto que me hubiese gustado capturar   es, la que probablemente ninguna persona ha podido hacer, la de las personas con armamento resguardando algunas casas y calles.

Convivir con el narco

Es una comunidad que se autogestiona, tienen sus propias normas y forma de vida. Dentro de eso está convivir con el narcotráfico y presenciar como algo muy habitual y cotidiano la presencia de armamento pesado, utilizado por civiles en caso de haber conflicto con otros bandos, pero nunca hacia sus habitantes.
Otra de las imágenes que se quedan en la memoria es la forma de las casas de varios pisos construidas a pulso, y cómo estas van formando pasajes angostos, callejones, escalas y recovecos, lo que da para pensar cómo es el tránsito por ahí y la forma de abastecimiento de cosas que no encuentren en el comercio múltiple y activo.
Una visita a Rocinha, la favela más grande de Brasil por @Fredy Valdebenito

@Fredy Valdebenito

Contactamos a una chilena que vive en Río y tiene amigos que viven en la favela, uno de ellos hace recorridos por los lugares que personas de afuera pueden visitar. Es un turismo que está comenzando y, me atrevería a decir, que solo habitantes de la favela pueden ofrecer.

Al llegar a la subida principal llena de mototaxis uno se siente observado, luego al subir ya más relajado, aunque debo decir que fue una visita muy exprés por el poco tiempo que teníamos disponible. No es inseguro para turistas, siempre que uno se mantenga dentro de las normas que el guía dicta, sobretodo en cuanto a qué lugares se puede o no fotografiar.

Colegio, no disparar

Una visita a la favela Rocinha por ©Fredy Valdebenito

©Fredy Valdebenito

La subida más fácil y rápida a la parte más alta de la favela se consigue con unos chicos que están a la entrada de la Rocinha. Cualquier persona que conduzca una motocicleta se da cuenta que se realizan maniobras extremadamente peligrosas y al subir no llevas casco ni te lo ofrecen. Las maniobras son casi extremas y la guía dice que las motos tienen la preferencia en todo momento.
Al llegar a lo más alto puedes tomar fotografías y después comienza un descenso por pasajes o laberintos donde solo puede pasar una persona a la vez. El olor es muy particular, quizás es una mezcla de comida orina, encierro y humedad, ya que están amontonadas una casa sobre otra y las conexiones a los servicios básicos son de manera artesanal hechas claramente por ellos mismos.
Favela Rocinha por ©Fredy Valdebenito

©Fredy Valdebenito

Durante el descenso por la favela es posible ver infinitas puertas y en alguna entreabierta vislumbrar un espacio con todos los lujos que una vivienda pueda tener. Unos metros más adelante me doy cuenta que hay una persona con una ametralladora, pero de aspecto muy relajado. No más de un minuto más adelante, otra persona con arma, esta vez es un adolescente. El guía nos muestra un jardín infantil y comenta que en los techos está pintado la palabra «colegio, no disparar».
Llegamos a un lugar como una calle de unos 50 metros y logramos ver a tres personas más con armamento de grueso calibre. Nos miran atentamente mientras pasamos. Claramente, es imposible tener un registro fotográfico. La única calle principal de Rochina comienza con mucho comercio de todo tipo y creo que no necesitan salir por abastecimiento. Además llega una estación de metro a corta distancia de la entrada.

Turismo sin cámara ni teléfono en la Rocinha

Rocinha  invita al turismo de una manera muy artesanal, por así decirlo, solo como dato ya que no existe una invitación por parte de los operadores de turismo de Brasil y además muchos no quieren ir hasta allá, pero existen algunos chicos que viven o vivieron en estos lugares y se atreven a practicar ese tipo de turismo. Entiendo que funciona muy bien.
Favela Rocinha por ©Fredy Valdebenito

©Fredy Valdebenito

Es muy importante realizar la visita acompañado de una persona que conozca. Al recorrer la favela te das cuenta que se deben cumplir muchos códigos que solo el guía te los puede enseñar como por ejemplo, caminar, tomar fotografías, comprar agua, donde no te puedes acercar o hablar con alguien.
Todo lo que puedes ver al interior de la favela es justamente lo que no se ve en fotografías, ni siquiera las personas que viven ahí suben contenido a sus redes sociales de lo que ven a diario.
Al entrar en la favela el mensaje del guía es muy claro, no sacar fotografías, manipular una cámara ni un teléfono por qué el resultado de eso puede ser un problema que ellos no pueden manejar y además hay que tener discreción al mirar algo fuera de lo normal. Por lo mismo, lo que pudimos ver en la favela no se puede mostrar en una fotografía, es muy difícil. Bueno, lo intentamos, jaja.
El próximos viaje programado es a Isla Mocha, Región del Biobío, por lo indómito del paisaje y su historia.
Favela Rocinha por ©Fredy Valdebenito

©Fredy Valdebenito

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