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Nona Fernández: «Probablemente vamos a tener una Convención Constitucional llena de rostros»

Por: Elisa Montesinos | Publicado: 31.12.2020
Nona Fernández: «Probablemente vamos a tener una Convención Constitucional llena de rostros» © Sergio Lopez Isla |
No votaré por rostros aunque sean mis amigos, ha dicho la escritora y guionista. Nona Fernández parió un libro en plena pandemia –que además fue llevado a funciones de teatro virtuales–. Así, da cuenta de muchas sensaciones y vivencias cotidianas de la cuarentena, y las lanza al futuro.
PREGUNTAS FRECUENTES:
¿Es normal soñar con ataúdes?
Solo si se ha solicitado el permiso
Gobierno de Chile

Preguntas frecuentes (Alquimia, 2020) interpreta varias sensaciones que nos atravesaron en medio del sonido de sirenas de ambulancias: el pánico, la incertidumbre, el mal dormir, la pantalla, los intentos por comunicarse de todos modos. En una prosa fluida, libre y sorprendente da cuenta de un estado de conciencia bastante alterado; la escritura también va por ese lado y las “preguntas frecuentes” se vuelven absurdas y delirantes, provocando la risa y luego, el estremecimiento.

Escritura de emergencia

-¿Cómo has vivido este año? Hiciste Preguntas Frecuentes, algo productivo tanto en el teatro como en la escritura 

Ha sido un año tan desafiante por las condiciones obvias: revuelta y pandemia. Ya veníamos de una movida de piso demasiado grande y viene esta otra movida de piso que es la pandemia, y es como la obligación de replantearse todo. 

Este año la escritura ha sido muy a ciegas, en la oscuridad. Yo diría como casi en un tartamudeo más que una escritura. No puedo dejar de hacerlo porque es mi manera de entender las cosas. Este libro era un proyecto que ya venía encaminado y que al quedar un poco la cagada en términos laborales, empiezo a tener mucho tiempo. Yo no soy una escritora profesional, punto número uno. No me levanto en la mañana y digo: voy a escribir, me voy a tomar un café y me voy a ir a escribir

-El escritor de las ocho horas diarias (risas)

-Claro, no. Yo le robo el tiempo al tiempo, al trabajo, a la vida, a la sobrevivencia, para poder escribir, esa es como la constante de mi vida no. Esa tensión entre la sobrevivencia y la escritura, y acá se me desarmó toda la sobrevivencia (risas). Todos los planes laborales se fueron al piso, entonces quedé con un escalofriante tiempo de replanteamiento laboral que después se fue organizando mejor. Pero al comienzo dije: Bueno, maravilloso, tengo tiempo. Voy a tomarlo positivamente y es un tiempo de escritura”. 

Comencé a trabajar un proyecto que si bien no tenía que ver con la pandemia, fue la manera de empezar a metabolizar el proceso en el que estábamos en ese minuto: revuelta y pandemia. La realidad se coló en la escritura y tomó un eje dominante y así apareció el libro. Se hacía tan efervescente todo, que sentí también la necesidad de registrar lo que estaba ocurriendo y lanzarlo al futuro como un archivo que después observaremos mejor.

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-¿Y cómo fue este proceso de escritura: salió de un tirón o fue lento?

-Normalmente yo trabajo con mucho tiempo. Es un espacio que disfruto mucho estando ahí más que sacando libros, entonces nunca la apuro. Pero este libro en específico fue una escritura vertiginosa. Yo nunca he hecho un trabajo así. Tengo otros artefactos cortos, las novelitas Space Invaders y Chilean Electric, de materiales muy destilados, pero me demoraba años. Y este libro yo diría que responde a una necesidad, una urgencia de entender, una urgencia de registrar y salió bastante rápido, pero también con un training de escritura que nunca tengo, de dedicarme el día completo a escribir. Yo creo que en un par de meses estuvo.

PREGUNTAS FRECUENTES:
¿Cuando durará el confinamiento?
Siete días. Y se renovará semanalmente todo el tiempo que sea necesario
Gobierno de Chile

Artefactos

-Me llamó la atención esto de incorporar textos de otros formatos, como las columnas donde tú justamente hacías como una lectura crítica de lo que estaba pasando en Chile, quizá en la intención de dar cuenta de cómo un mismo tema se puede trabajar desde distintos registros, tanto literarios y no literarios

-Me interesa o me está interesando algo en lo que estoy hace un rato: una escritura que se debe un poco al afuera. Que toma y roba afuera los materiales para sí mismo. Yo creo que la literatura siempre se ha hecho así, pero vivimos escondiendo esos recursos. Hace un rato que a me interesa mucho que la escritura exponga los materiales a los que se debe. Gran parte de este libro se debe mucho a esa columna final, que yo escribí al comienzo de la pandemia. Tiene esa intención como de traer la realidad al artefacto, ¿no? Me gusta la idea también de artefacto más que de libro literario. Lo mismo con las «preguntas frecuentes», muchas de esas –yo diría que la mitad– son las preguntas que yo efectivamente consultaba en la página de preguntas frecuentes del MINSAL al comienzo de esto, porque no entendía qué podía hacer y que no podía hacer. Muchas son reales, y son bastante delirantes como esto de si se puede secuestrar a las nanas o no, cachai, como cosas que tú decís: cómo es posible que alguien pregunte estas huevadas.

-Tú tienes varias facetas: la escritura, el teatro y escribir guiones. ¿Cuál es tu visión del rol de la televisión en la crisis cultural que nos atraviesa?, ¿o no ves televisión?

-Veo televisión, menos de lo que veía antes. Creo que cada día estamos más cansados y más cansadas de la televisión, de lo distanciada que está de todos. No tenemos televisión pública en este país ¿no? La televisión vive la misma problemática que viven todas las áreas y que viven las culturas en este país: es una institución abandonada a las malas leyes del mercado. Completamente vacía, que en términos culturales no aporta nada; distanciada también de los procesos culturales reales de un colectivo y ahora con las revueltas sociales eso se ha hecho muy evidente. Uno de los grandes desafíos que se vienen en el futuro, pensando optimistamente en lo que debiese ser la escritura de esta nueva Constitución, es conseguir que la televisión sea efectivamente un eje cultural y que exista un rol garante del Estado en relación a la televisión y en relación a la cultura en general.

PREGUNTAS FRECUENTES:
Asesoras del hogar que trabajan puertas adentro han denunciado que las obligan a quedarse en los lugares de trabajo en zonas de cuarentena. ¿Puede el empleador obligar a la trabajadores de casa particular a quedarse en el lugar de trabajo?
Nadie puede obligar a alguien a permanecer encerrado en un lugar
Gobierno de Chile

Feminismo, cultura y calle

-Oye y bueno tú tienes una frase para el bronce en el fondo relacionado con los constituyentes dijiste que no ibas a votar por rostros aunque sean tus amigos (risas) ¿Podrías hablar un poco de eso?

Sobre este proceso constituyente puedo decir que dentro de la completa decepción en la que estaba por cómo se han ido moviendo las piezas y desplegando las sorderas y los egos, hoy me encuentro entusiasmada por la precandidatura desde la Red de Actrices Chilenas de Andrea Gutiérrez Vásquez al distrito 10, en una lista acompañada de organizaciones sociales y territoriales. Fue presidenta de Sidarte, levantó la ley de Artes Escénicas; Andrea ha sido desde siempre una luchadora en materia de los derechos de lxs trabajadorxs de la cultura. Encarna las dos claves fundamentales para entender este proceso y empujar el cambio que necesitamos: el feminismo y la cultura.

No hay que olvidar que si estamos pensando en una nueva Constitución es porque la ciudadanía lo empujó, no porque el mundo político lo decidió. Al mundo político no le quedó otra alternativa, estaba ardiendo Chile y tenían que hacer algo. En ese sentido siguen sordos y seguimos con las mismas lógicas y probablemente vamos a tener una Convención Constitucional llena de rostros. No me refiero solo a los artistas de la televisión, sino a quienes siempre han tenido un espacio y no lo han ocupado de la manera pertinente. Me pregunto qué pueden hacer conductores de televisión de programas políticos que nunca se han mojado el poto por hacer algún cambio. Lo que hubiese sido interesante es tener representantes del tejido social, gente que no necesita calentar la materia, porque han padecido la problemática de cada área. Hay gente que yo valoro mucho que se está candidateando, hay gente que hasta quiero y respeto pero creo que no tienen nada que hacer ahí. Hace falta escuchar a los dirigentes sindicales, a los dirigentes gremiales, a los dirigentes de los colectivos, a las agrupaciones, a los que han estado en la calle desde hace años.

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-Y pensando en todo esto pero desde el punto de vista cultural, ¿qué otra cultura crees tú que es posible más allá de la concursabilidad?

-Las diferencias que sufrimos a nivel global en el país se perpetúan a partir de la concursabilidad. Obviamente tiene que haber una política pública en relación a la cultura; no puede ser que la cultura de alguna manera se concesione al mundo privado y tenga la concursabilidad como una manera de ir tapando hoyos. Tiene que haber un pensamiento cultural también, y una entidad como el Ministerio que piense la cultura desde un lugar global también, y eso implica mucho tiempo de trabajo. Por lo que hemos observado, en este país los derechos culturales no son comprendidos cabalmente. Ni siquiera en el mundo del ejercicio cultural, estoy hablando de los trabajadores y trabajadoras de la cultura, se entiende la real dimensión de lo que es un derecho cultural. 

Este proceso posestallido digámoslo, es un proceso cultural más que político. Aquí estamos en disputa con un modelo cultural que es un modelo económico sin duda, nosotros estamos dando la pelea contra todo lo que en la cultura es el neoliberalismo. Tendemos a pensar de manera muy chiquitita la cultura y por lo tanto no le damos la real importancia, y siempre pensamos que es la guinda de la torta, que es complementaria, que es como dice la ministra: un peso que le damos a la cultura es un peso que le sacamos a algo importante. Creo que ahí necesitamos de mucha educación y de un replanteamiento completo con respecto a la cultura y al derecho que tenemos, el derecho del libre ejercicio a la cultura es el derecho a ser las personas que somos en toda su dimensión y eso cuando no existe –como ocurre ahora– es quitarle a una ciudadanía o a un pueblo el derecho a ser quién es; es muy brutal.

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