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Es increíble el declive inexorable de Hernán Rivera Letelier. El desarrollo para rescatar a la hermana Tegualda logra menos interés que los discursos presidenciales de Piñera. Considerando que la narración opera bajo los parámetros mínimos de estructura, esto es un fiasco.
Una entrega espuria y hecha a la rápida podemos señalar sobre El secuestro de la hermana Tegualda de Hernán Rivera Letelier (Talca, 1950). En dos libros publicados recientemente por Ramos Bañados el escritor es secuestrado con la mítica chaqueta de cuero para ser golpeado y abandonado a su suerte en el desierto. Se nota que Rivera Letelier los leyó, pues retoma la idea: el volumen toma el gesto del cliente insatisfecho que las emprende contra la asistente y novia evangélica, con un plan descabellado y descuidado.
El detective Tira Recaredo Gutiérrez debe encontrar a la hermana Tegualda después de percatarse de su ausencia y del mensaje en un sobre con un mensaje dejado en la oficina. Con la misión de rescatarla debe tomar la chaqueta, caminar en marcha atlética por la playa El Cable, a las Ruinas de Huanchaca y a la Animita Evaristo Montt encontrando en cada lugar algunas partes de cuerpos con más instrucciones.
El secuestrador queda al descubierto rápidamente, porque solamente hay que indagar en clientes insatisfechos, relacionar conversaciones fuera de lo común y recordar situaciones. Entonces, la receta está a la vista: el marco que contenga aisladas notas sobre la contingencia, un paseo por las calles de Antofagasta y de fondo, una trama de fuegos artificiales.
El nivel exhibido en el libro de 110 páginas no da ni para compararlo con los folletines, aunque las temáticas se crucen. Por lo menos, estas tenían la intención de atrapar al lector y eran coleccionables. Por ejemplo, la fórmula de la relación sentimental entre el detective y la hermana, si bien le da un ápice de volumen, se articula en un enfoque de personajes estáticos, lo que generalmente será un paso en falso.
Es increíble el declive inexorable de Hernán Rivera Letelier. De modo que, para rescatar a la hermana, el desarrollo se hace con menos interés que los discursos presidenciales de Sebastián Piñera. Lo que genera alta insatisfacción en el lector. Es decir, los capítulos que van del 13 al 19 de un total de 20 son brevísimos (una plana), considerando que la narración opera bajo los parámetros mínimos de estructura, esto es un fiasco.
Rivera Letelier ni siquiera se molesta en construir una historia solvente, atractiva y evidencia un trabajo limitado, en el que fagocita del tributo obtenido en sus primeras novelas. Si la tercera entrega de su saga policial protagonizada por el Tira Gutiérrez, La muerte se desnuda en La Habana (2017), resulta débil y confirmó su paso en falso en el género policial; en El secuestro de la hermana Tegualda (2021), derechamente, se jubiló de escritor.
El secuestro de la hermana Tegualda
Hernán Rivera Letelier
Editorial Alfaguara, 2021
110 páginas
Precio de referencia: $12.000
