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La exposición de la Fundación Nemesio Antúnez que mostrará diversos detalles sobre el Taller 99

Por: Horacio Gutiérrez Areyte | Publicado: 16.11.2022
La exposición de la Fundación Nemesio Antúnez que mostrará diversos detalles sobre el Taller 99 Almuerzo en Quinchamalí |
La dirección Melchor Concha y Toro 153 (ex Nº 20), que albergó durante años al histórico Taller 99, a partir del año 2018 se ha convertido en la sede de la Fundación Nemesio Antúnez (FNA), espacio que contiene el Archivo Nemesio Antúnez consistente en cerca de 13.000 mil documentos: correspondencias, prensa, escritos, bitácoras y fotografías. En la actualidad es posible revisar cerca de 5000 documentos que están en línea.

A partir del 17 de noviembre, la FNA inicia una nueva etapa dentro de su programa público a través de la inauguración de dos exposiciones que se abren a la comunidad. En el Muro Taller 99: Itinerancia y Persistencia y en el Muro Sur: La maleta de Nemesio.

Itinerancia y Persistencia contiene obra gráfica realizada en colaboración entre Nemesio Antúnez y el Taller 99, junto a una serie de fotografías históricas del taller habitado por artistas consagrados y emergentes.

La maleta de Nemesio presenta 15 litografías relacionadas con oficios, la serie Quinchamalí y algunas imágenes icónicas del territorio y la urbe. Estos papeles fueron guardados por el artista en una maleta de viaje, como parte de procesos creativos que ahora verán la luz.

Esta exposición se inaugurará el jueves 17 de noviembre a las 19:00 horas.

¿Qué es la Maleta de Nemesio?

El año 2019 se movilizó en el país al público general, artistas y a especialistas de diferentes áreas en torno a la celebración de Antúnez Centenario a través de distintas actividades académicas, expositivas y editoriales. Durante la organización de estas actividades se encontró una maleta, que hasta ese momento no había sido revisada y que, para sorpresa de la familia, los amigos y el Taller 99, constituyó un hallazgo de proporciones, en la medida en que era posible reconocer procesos y etapas del trabajo litográfico que hasta entonces no habían sido apreciadas.

Tras egresar de arquitectura en la UC y viajar a los Estados Unidos a fines de los años 40, y luego recorrer Europa, para visitar museos, galerías y talleres de artistas, Nemesio Antúnez sintió la necesidad de reencontrar y reforzar su identidad a partir de la recuperación de imágenes de la cultura popular y rural de Chile. Es en la distancia del viaje y la soledad en el extranjero, la que llevó a Antúnez a enfrentarse y reconocerse en los signos y huellas de la geografía, lo humano y el territorio. La primera serie dedicada a esta redefinición en la que el oficio del artista, en tanto creador y artesano a la vez lo llevó a concebir en Francia la serie de Los Oficios (1952), posteriormente en Chile la serie Quinchamalí (1954-1958) y luego el mural Quinchamalí en el Cine Huelén en el año 1958 (ubicado en el Centro de Santiago).

Cada viaje al extranjero y de regreso, por motivos personales o profesionales, cada movimiento tras el autoexilio desde fines de 1974 y hasta 1984, en Barcelona, Londres y Roma, reforzaron una cierta nostalgia, y un reclamo de identidad: el interior o exterior de un volcán, una mesa, un oficio, unas sillas, un mantel o una calle pueden ser representados de forma monumental, al límite de lo abstracto, y en otros casos, la realidad aparece contundente y familiar en aspectos cotidianos y al mismo tiempo universales.

Se trata de una serie de procesos editoriales, pruebas de artista, de estado, y de color, descalces, arrepentimientos y descartes originales realizados sobre piedra litográfica, que no fueron firmados
en su momento. Tras una investigación que concluyó su originalidad y contexto productivo, fueron numeradas, certificadas y timbradas. Cada grabado tiene el acuñado en seco de la FNA, y del Taller 99, y al interior de cada impresión, en el papel están los títulos, año, técnica, dimensiones, número de ejemplar y número oficial de registro del Taller 99.

Esta condición de movilidad y nomadismo, voluntario e involuntario, generó a la vez, la necesidad de permanencia y resguardo, es por eso, tal vez, que Nemesio las organizó cuidadosamente al interior de una gastada maleta de cuero que hoy se abre al público.

Taller 99: Itinerancia y persistencia

El Taller 99 fue fundado en 1956 por Nemesio Antúnez y un grupo de artistas que funcionó inicialmente en la calle Guardia Vieja número 99. Posteriormente, el taller se trasladó a la escuela de Arquitectura en el cuarto piso de la Casa Central de la Pontificia Universidad Católica y luego al Campus Lo Contador, para ser integrado como parte fundacional de la Escuela de Arte en los
años 60′.

En cada sede y respectiva etapa, se benefició el trabajo creativo individual desde la interacción con el colectivo, a la vez que la docencia, contexto en el que se realizaron carpetas con temáticas y propuestas que favorecieron la multiplicación y circulación del grabado en Chile.

Entre 1985 y 1989 aconteció la Refundación del taller, momento en el que Carmen Waugh, por entonces directora del centro de arte La Casa Larga, invitó a Nemesio para que instalara el taller en esta nueva sede ubicada en calle Bellavista, a los pies del cerro San Cristóbal. Este espacio reunió y revitalizó la actividad artística y cultural en Chile, produciéndose un beneficio recíproco entre el Taller 99 y La Casa Larga. Durante este periodo se recuperó el sentido original de un taller colectivo abierto a la comunidad y a la experiencia de intercambio de procesos creativos entre artistas consagrados y jóvenes emergentes.

Se retomó la edición de carpetas grupales con temáticas y técnicas que permitieran la confluencia de intereses y, a la vez, para desplegar la diversidad de soluciones en el oficio del grabado. Junto a la rearticulación cultural de la escena artística nacional, tras el retorno a la Democracia, a partir de 1990, el Taller 99 se trasladó dentro del mismo barrio en calle Melchor Concha y Toro número 20 (posteriormente 153), una casa remodelada especialmente para el funcionamiento de éste, proyectado al futuro como una entidad independiente. En el año 1993 el taller se constituyó jurídicamente como Corporación Cultural Taller 99 de Grabado, Nemesio Antúnez, organización sin fines de lucro, formalizando así una tarea dedicada a la creación, investigación, edición, docencia y difusión del arte del Grabado. El año 2011, el Taller se trasladó a su actual sede ubicada en calle Zañartu en la comuna de Providencia.

La actual sede de la Fundación Nemesio Antúnez (FNA) se ha instalado permanentemente en la misma dirección que ocupó el Taller 99 durante dos décadas para, de alguna forma, dar continuidad a la vocación de un espacio de creación y difusión colectivo, pero al mismo tiempo, con el sello propio de su misión, a saber, la de promover e investigar la obra, archivos y la época del artista (pintor y grabador), gestor, director de museo y comunicador Nemesio Antúnez. Desde el año 2019 se ha trabajado de forma permanente en la actual sede, a través de un equipo estable de profesionales en distintas especialidades afines con la conservación, catalogación y archivística, así como ha sido lugar para el desarrollo de procesos de investigación que ha requerido de voluntariados, pasantías y residencias. Y en este ejercicio porfiado e inestable por el resguardo del patrimonio, la FNA ha logrado, día a día, hacer visible el pasado y el presente del Taller 99, así como con el arte del tiempo histórico en el que aconteció y persiste la obra de Nemesio Antúnez.

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