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CRÍTICA | Wolfwalkers: Aceptar nuestra identidad con orgullo, incluso ante el rechazo una sociedad

Por: Paula Bustamante SM | Publicado: 31.08.2021
CRÍTICA | Wolfwalkers: Aceptar nuestra identidad con orgullo, incluso ante el rechazo una sociedad Wolfwalkers |
Poderes curativos y analogías con la cultura y comunidad LGTBQ+ son algunos de los tópicos que se pueden encontrar en Wolfwalkers.

Hace más de un año que no iba al cine por la pandemia, así que a la primera excusa que tuve, agarré mi bolso y compré entradas para la función más próxima que el Insomnia fuera a dar. Desde que me senté en la sala del Teatro Condell, sentí cómo la emoción me comenzaba a invadir, una mezcla de entusiasmo por el regreso a uno de mis lugares favoritos y de esa vieja ansia que siempre tengo cuando las luces empiezan a desaparecer. Lo que no sabía es que la sensación permanecería hasta el último minuto de la película Wolfwalkers: Espíritu de Lobo (2020).

La cinta sigue la historia de Robyn, una niña que se muda a Irlanda junto a su padre cazador, para erradicar los últimos lobos del sector. Lo que ella no espera es que, en medio de sus exploraciones en el frondoso y mágico bosque, desarrollará una amistad con quien debe ser su enemiga.

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Anteriormente había visto El pan de la guerra (2017) -un filme también producido por Cartoon Saloon y Mélusine Productions que fue nominado al Oscar-, por lo que mis expectativas eran bastante altas. Para mi suerte, en esta ocasión la animación también es preciosa, utiliza elementos de la cultura irlandesa, pero a la vez mantiene un estilo propio que permite que la película tenga su propia personalidad.  Además, al igual que su largometraje anterior, la trama tiene una profundidad que va más allá de lobos y bestias. La película es una carta necesaria para todos los que han sido rechazados por la sociedad, esa que establece normas que sólo le convienen a las personas en el poder.

Desde el inicio vemos cómo los wolfwalkers son seres de la naturaleza con poderes curativos, una realidad totalmente contraria a las creencias de Robyn, quien desea cazar a los lobos que amenazan la ciudad. Poco a poco, la protagonista vislumbra la maldad del líder del pueblo que sólo quiere deshacerse de aquellos que no respeta ni entiende.

Escondidos en el follaje del bosque, los wolfwalkers se defienden con la esperanza de proteger su hogar, el único lugar que les da verdadera seguridad. Ocultos en las sombras, porque si alguien los descubre, todo lo que conocen terminará por desaparecer.

Viendo esta cinta es difícil no pensar en la comunidad LGBTQIA+, esa que nace en un closet del que hay que salir, que intenta pasar desapercibida en la calle ajena, que debe protegerse de una sociedad que todavía mira agriamente sus manos entrelazadas. Porque el peligro se siente como los aldeanos que incineran un bosque completo, sólo para deshacerse de los lobos, que el único error que cometieron fue intentar proteger su hogar.

Me parece evidente el subtexto queer de la película, donde la relación de las protagonistas oscila de la amistad al amor de manera bellamente sutil; las emociones revoloteando, sin saber lo que significan más allá de la abundante felicidad y la abismal tristeza. El evidente amor, un amor tan grande que es palpable a través de la pantalla, lleno de inocencia, que hace algo de justicia ante esas repetidas historias que nos presentan la relación mujer-hombre como la única realidad apropiada.

Y es doloroso ver cómo Robyn, quien corriendo con los lobos logra ser libre por primera vez desde que llegó a Irlanda, es encerrada y obligada por su padre a ser alguien que no es, adaptándose miserablemente al lugar que la sociedad ha creado para las mujeres: la dócil servidumbre. Confinada por un padre que, desesperado por protegerla de lo inaceptable, hace oído sordo a las verdades que su hija intenta contarle con desesperación.

En un mundo donde las disidencias sexuales son discriminadas, violentadas y muchas veces obligadas a separarse de su vida como la conocían, este filme animado se levanta como una defensa de estas comunidades que no se conforman con este sistema y que son dueños de una diversidad mágica que transforma en colores las figuras de su alrededor.

Wolfwalkers: Espíritu de lobo habla sobre aceptar nuestra identidad con orgullo, incluso ante el rechazo una sociedad religiosa e inclemente, deseando, anhelando por un mundo donde no debamos abandonar nuestro hogar para estar a salvo, donde no necesitemos del amor infinito que cruza bosques en llamas para protegernos. Un mundo en el que podamos salir a la calle con libertad sin importar quien seamos. Un lugar para correr libremente con los lobos.

Este perfil fue producido en el Diplomado de Periodismo Cultural, Crítica y Edición de Libros del Instituto de la Comunicación e Imagen, Universidad de Chile
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