Temáticas nunca antes vistas en TV: «Las gansas», identidad, disidencia y lucha

Se inicia la cuenta regresiva en la pantalla de fondo. Música peculiarmente de intriga, digo peculiar por que se mezcla con diversos efectos de sonidos, entre ellos la canción ‘4 minutes’ de Madonna, una de las iconos gay más famosas en la industria musical, la cual da una pista al televidente de lo que verá, por si los colores del arcoiris no fueron suficientes.

Las gansas es más que performance, ya que según su presentación, aborda diversión, estilo, actualidad, información, identidad, inclusión, amor, redes, entretención, conversación, disidencia, lucha, respeto, música, sexualidad, libertad, estilo y cultura. Esto puede hacer ruido en un Chile con una cultura conservadora, ya que si se guía por cómo lo describe Terry Eagleton, la cultura sería sinónimo de naturaleza. Una descripción complicada, si es que se apela a la eclesiástica frase de que “no es natural que dos hombres estén juntos, porque Dios creó al hombre y la mujer”. Dato útil de señalar, ya que los animadores, además de ser gays y hablar de su realidad, invitan a distintas personas a conversar de forma natural e informativa sobre sus experiencias amorosas y sexuales con sus relaciones homoparentales. Si bien son serios sus temas, jamás dejan de lado el humor y la chispa que los caracteriza.

Aunque no se puede generalizar el pensamiento “conservador” de algunos chilenos con el total del país, es de gran importancia tenerlo en cuenta, ya que así no se olvida ni invisibiliza el pasado televisivo ante la comunidad y en específico hacia los gays.

Declarando en vivo ser disidencia

Era 2017 y Andrés Caniulef declaró ser homosexual en una transmisión en vivo, material digno de ser recalcado en el espectáculo de algunos programas faranduleros. Esto puede ser mirado de dos formas, la primera es que dio paso a otras figuras televisivas para normalizar el amor igualitario y la otra hacer un análisis de por qué esto fue tema tendencia hace no más de cuatro años. Esta es solo una prueba de que Chile no estaba listo para progresar.

Mucho más atrás, en el 2005, estaba Mauricio Flores, humorista (o intento de ello) que “vestía, hablaba y actuaba como gay”, un personaje totalmente estereotipado. Esto causaba risa, claro, de eso trata el humor. Humor se le llamaba a quien con prendas rosadas o colores pasteles con brillo, encubría una actitud discriminatoria e intolerante.

El humor no es un pecado, pero es diferente cuando se hace desde la comunidad o desde una persona heterosexual, la cual no ha vivido las complicaciones que su orientación implica. Incluso, los animadores se autodenominan “cola”, algo que puede sonar como un insulto si se dice “de la otra vereda”.

Con respecto a las vivencias de los “rostros televisivos”, hay un tema digno de tomar en cuenta y se trata sobre la intimidad como espectáculo. Ante esto, Paula Sibilia dice que existe un tipo de “liberación” al abandonar el peso enorme de las tradiciones con la idea fija de lo que se debe cumplir. Esto explicaría de cierta manera la necesidad de hacer saber sobre los gustos y sentimientos más profundos a un público totalmente desconocido detrás de las pantallas.

Temáticas nunca antes vistas en TV

Para hablar de cultura es necesario reflexionar sobre la sociedad. Pierre Bordieu lo hace, señalando que nada es más distintivo, más distinguido que la capacidad para conferir estatus estético sobre objetos que son banales o comunes (porque las personas ‘comunes’ los hacen suyos, especialmente para propósitos estéticos), o la habilidad para emplear los principios de una estética ‘pura’ para las mayores preferencias de la vida diaria, por ejemplo, al cocinar, al vestir o decorar, revirtiendo completamente la disposición popular que anexa la estética a la ética.

Esto refleja de forma acertada lo que hacen ambos animadores, ya que con maquillaje, vestimenta y actitud, han demostrado cómo pueden representar (en uno de sus tantos capítulos) a unos personajes “Drag Queen”, por ejemplo. Sale de lo común, pues tratan de llamar la atención y resaltar rasgos que incluso son inexistentes sin maquillaje, pero totalmente presentes en la actualidad.

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Continuando con lo distintivo, ¿qué ejemplo más exacto que el uso del lenguaje? Este es estético por su forma de atraer a las personas usando el polémico vocabulario inclusivo. ¿No le gusta la agudeza con la que hablan? Bájele el sonido o colóquelo mudo. ¿No le gusta el programa en total?, cambie el canal. No podemos negar que este programa informa sobre temáticas nunca antes vista por la TV, pero aun así demandadas por redes sociales. Con su contenido puede ayudar a las siguientes generaciones pertenecientes a la comunidad a que no se sientan solos/as y a que aquellas que no forman parte de esta, comprendan de mejor manera a sus cercanos/as y/o conocidos/as.

Las gansas en aproximadamente una hora de transmisión en “horario para adultos”, entrega un tiempo invaluable para aquellos que por años debieron soportar los chistes indiferentes e invisibilización. 

La cultura va mutando y es demandante, de no ser así Las gansas no hubiesen crecido del programa en Vía X al de La Red, incluso su público no hubiese pedido que se transformara en podcast. Marcaron un “antes y después” con el inicio de este programa y aunque se ponga en duda su éxito, de todas maneras su mera existencia cambiará a la cultura televisiva chilena.

Esta crítica fue producida en el Diplomado de Periodismo Cultural, Crítica y Edición de Libros del Instituto de la Comunicación e Imagen, Universidad de Chile.