Crítica de Cine| “El Castigo”, lo que un hijo no ve

Yo era un niño un tanto travieso en mi infancia, hacía bromas pesadas a mis hermanas y solía contrariar a mi madre solo por capricho mío. Los castigos eran varios, y no es cuando crecí y escuché la versión de mi madre, cuando me di cuenta lo inmaduro e insoportable que fui en algunas ocasiones. Entendí la rabia y el enojo de mi mamá cuando, luego de un día de trabajo, yo estaba pintando las paredes o escondiendo las muñecas a mi hermana. Lo que no sabía es que, en cada enojo y castigo que mi mamá me proporcionaba, había angustia y pena de su parte, ella sentía que solo se irritaba conmigo, que estaba haciendo las cosas mal, que la podían ver como una mala madre y que, al castigarme a mí, sentía de alguna manera, que el castigo era también para ella. Y es que la maternidad siempre estará en el ojo público cuando las cosas se salen de control.

El Castigo, la segunda película del año de Matías Bize y protagonizada por la gran dupla de Antonia Zegers y Néstor Cantillana, retrata de la manera más cruda posible esa realidad de la maternidad, cuando una situación se va de las manos y puede cambiar para siempre la manera en la que te perciben.

El drama, con una duración de 85 minutos, corre en tiempo real y no cuenta con música. Respetando los silencios y el espacio, la película logra aprovechar muy bien los recursos que tiene y por sobre todo, privilegiar los increíbles diálogos entre ambos personajes.

Luego de lo que parece haber sido una pelea, Ana (Zegers) y Mateo (Cantillana) buscan a su hijo Lucas en el denso bosque en las cercanías del lago Ranco. La pesadilla de toda madre empieza a hacerse realidad a medida que pasaba el tiempo y no había ninguna señal del pequeño. ¿Cómo reaccionar en un momento como ese? ¿Mantener la calma o caer en la cuenta de que tu hijo no aparece? En cada minuto que pasaba y el bosque empezaba a oscurecer poco a poco, la gran dupla de actores se hace brillar por su magistral actuación sin pausas, reflejando de la manera más descarnada lo que es estar en una situación así, o al menos, la aproximación más real de lo que podría ser que se te pierda un hijo.

Pocas veces en una película se había atendido todas las aristas de la palabra castigo. Bize lo logra desde una realidad tan silenciada pero común, la maternidad en las mujeres. Con una naturalidad casi de obra teatral, la historia se tensa a medida que los padres develan los grandes problemas que existen en la crianza de un hijo, la desigualdad de deberes y responsabilidades entre el padre y la madre, y por sobre todo, una maternidad no deseada, un castigo que trasciende en la historia y que las mujeres se silenciaron durante siglos por el temor de ser consideradas malas madres. El tratamiento de la maternidad desde la increíble actuación de Antonia Zegers es crudo y devastador, una expresión cinematográfica que produce angustia y compasión, incluso cuando en la historia se diera el mejor de los casos. Cantillana, por su parte, hace lo propio desde su rol de padre, y a pesar de que sea la figura más criticada en cuestión, sigue siendo la de un padre que ama a su hijo y es conmovedor lo bien que se retrata con el papel de Mateo.

Aunque suene difícil de digerir una película sin cortes ni música alguna, es increíble lo que logra Bize en los 85 minutos de película. La discusión nunca deja de ser interesante y la tensión aumenta con la ausencia del hijo. Para el público, poder ser cómplice de todos los secretos que se van revelando en la historia es algo que te mantiene atento e intrigado. Con una locación desafiante y una narrativa arriesgada, la segunda película del año de Matías Bize sin duda lleva a su trabajo a un siguiente nivel en la escena chilena e internacional.

FICHA TÉCNICA

Título: El Castigo

Género: Drama

Duración: 86 min

Dirigida por: Matías Bize

Elenco: Antonia Zegers, Néstor Cantillana, Catalina Saavedra, Yair Juri,

Santiago Urbina

Distribuye: Market Chile

*Artículo publicado en alianza con Culturizarte.