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Agustina San Martín: “Siempre supe que quería una película llena de personajes femeninos”

Por: Pilar Alcántara / Culturizarte | Publicado: 20.10.2022
Agustina San Martín: “Siempre supe que quería una película llena de personajes femeninos” Agustina San Martín, directora de Matar a La Bestia |
La directora de Matar a la Bestia habla en esta entrevista de este filme que relata la historia de Emilia, una adolescente que llega al albergue de una tía ubicado en la frontera entre Argentina y Brasil, en busca de su hermano perdido. Un trabajo colaborativo donde la naturaleza, la frontera y la mirada femenina son las claves.

Entrevistamos a la directora argentina de Matar a la Bestia, coproducida por las chilenas Florencia Rodríguez y Dominga Ortúzar de Oro Films, que se acaba de estrenar en cines en Chile.

El filme relata de manera onírica y voraz la historia de Emilia, una adolescente que llega al albergue de una tía ubicado en la frontera entre Argentina y Brasil, en busca de su hermano perdido hace años. Ahí, en medio de una exuberante y brumosa selva en la que se ha instalado el miedo en torno a una supuesta bestia que rapta mujeres, Emilia no solo vive un viaje físico, sino también uno de exploración sexual y de lucha contra los enemigos intangibles con los que lidian las mujeres en ese hostil territorio.

Esto fue lo que la cineasta nos contó.

– Respecto al rol de la naturaleza en la película, ¿cómo surge este personaje?

Dado que la película sucede en la frontera y hay toda una idea política con la frontera como no lugar, un lugar no clasificado, donde todo es una mezcla, donde todo es posible, donde nada es certero, donde hay unos que hablan portugués y otros que hablan español, había un foco en general, esta sensación de que este lugar tiene vida en sí misma y con ello la naturaleza. Algo que a mí siempre me apasionó de la selva, es que nunca duerme, la selva es caos, es irreverente vida, que no para de existir y que está todo el tiempo sonando y todo el tiempo latiendo. Entre todo eso, había una idea de generar este contexto, como una especie de órgano o de bicho en sí mismo, que esconde cosas, que esconde secretos y caos. Definitivamente, es importante tanto el lugar como la naturaleza en esta película, como cosas que la llaman a ella.

– La propuesta de que sea en este pueblo fronterizo donde se mezclan el español con el portugués y donde se interactúa entre culturas distintas y se plasma una visión latinoamericana, ¿cómo desarrollas la idea de una Latinoamérica unida?

Políticamente, me parece hermoso que esa sea una de las interpretaciones. Desde mi lado, otra cosa que me parece fascinante de las fronteras es esa existencia múltiple impune. En donde unos hablan un idioma, otros hablan otro, unos tienen una costumbre, otros tienen otras y se van mezclando todos. Yo fui a la Universidad pública de Buenos Aires para estudiar cine y tenía amigos de Chile, de Brasil, de distintas provincias de Argentina; de Misiones, Neuquén y Mendoza. Había algo de estar rodeada, todo el tiempo, de distintas tonadas, que para mí era belleza, hogar, musicalmente hermoso, muy interesante y me parecía muy precioso. Entonces, en cierta forma, también tenía ganas de romper un poco las bolas con esta película, en el sentido de generar todo un elenco en donde todos tengan una tonada distinta, porque te das cuenta de que todos vienen de un lugar distinto y, aun así, que eso no sea un tema, ni un problema en absoluto, filmar en la frontera ayudó mucho con eso, es otro trozo de vida tan diverso como cualquier otro, y que todo eso puede coexistir en una armonía sin ningún tipo de problema. Igual, filmarlo en la frontera también ayudó mucho.

– En el elenco, la presencia femenina es muy potente y la presencia masculina, si bien está enunciada, no se logra ver de forma tangible, sino que está asociada a la bestia y a un espíritu maligno asociado al daño. ¿Hay algún tipo de propuesta específica en ese tema?

Sí. Siempre supe que quería hacer una película llena de personajes femeninos porque yo no paraba de ver películas. Además, esta película la escribí en mi último año de la facultad. En cuestión de cine, no paraba de ver para aprender cine y en todas son todos hombres. Si hay una mujer, es la chica sexy que viene a hipnotizarlos con su belleza o sus nalgas, o una chica que pide ayuda. Entonces, había algo de que sean todos hombres, todo el tiempo, hombres que parecía completamente aburridos y que hizo que me dieran muchas ganas de hacer exactamente lo opuesto. Por eso es una película donde son puros personajes femeninos. De hecho, en una residencia de guion muy conocida, uno de los mentores, hombre, me dijo que todas las películas que tenían solo personajes femeninos fracasaban. Igual, el mundo ha cambiado mucho desde que me dijeron eso. Pero, estaba esta idea, muy tangible, de generar esto y mediante los personajes masculinos, sean algo que esté orbitando la historia, casi que estén generalizados los personajes masculinos en esta historia. Es como si fuera uno solo, que son muchos.

– ¿Cómo surge la posibilidad y el contacto de trabajo colaborativo entre Argentina, Brasil y Chile?

La coproducción con Brasil fue súper orgánica, porque estábamos filmando en la frontera. La cooperación con Chile surgió a partir de que yo conocía a Florencia Rodríguez y a Dominga Ortúzar, que son dos genias, que creían en la película, creían en el proyecto y que son gente con muchísimo corazón, que quizás no tenían las cosas dadas, sino que estaban todo el tiempo peleando, a la par de nosotros, por el proyecto. En base a eso, se armó una familia de producción. Las chicas siempre ponían mucha fuerza en meter más a Chile en el proyecto, lo que es una lucha muy hermosa, porque estaban todo el tiempo intentando impulsar a los técnicos de Chile o llevar a distintas personas del equipo. Después, en rodaje, tuvimos muchos técnicos de Chile, tuvimos personajes, Juliette vino de Chile, a pesar de que nació en Colombia. A partir de ahí, se empezó a dar todo lo que sucede con las coproducciones.

– ¿Cómo fue el proceso de estreno en los tres países?

Primero se estrenó en Argentina, después en Brasil y ahora se está estrenando en Chile, lo que es muy emocionante. Me gustaría poder estar ahí.

En la coproducción, destacaste en la presentación la importancia de los medios para difundir. ¿Cómo están generando industria? ¿Cómo están trabajando ustedes para poder difundir su trabajo?

Hace muchísimos años vi una película y salí del cine insultando la película, pensando que era una porquería. Y una amiga me miró y me dijo que estaba muy mal lo que estaba haciendo. Me dijo si yo sabía lo difícil que era hacer que una película exista. Que la película exista y está en un cine, es un montón de trabajo. Hay que aplaudir a cualquier persona que en nuestros contextos está logrando que esto suceda. Así que, mi amiga le dio casi una ovación solo por haberlo logrado.

En realidad, uno siempre está peleando por las películas que hace y no estamos hablando de películas que tienen mucho dinero o de que bancos o plataformas nos estén pasando los cheques por detrás. En este momento, el 100% del poder está en ustedes, en todos quienes están yendo a verla. Hoy en día, con todo el acceso que tenemos a las computadoras, es mucho más difícil tener ganas de ir al cine. Tener ganas de ir al cine a ver una película rara, o una película que quizás no es Iron Man, requiere un montón de amor y voluntad para con la cultura propia, hablando de Latinoamérica como algo en el que todos pertenecemos.

– ¿Cómo fue la participación de un perro y el buey, además del adiestrador en la película?

Sí, el buey se llamaba Dinerro y era un animal común y corriente que nunca había actuado. Era muy jovencito. Era precioso, estaba enamorada de él y era maniobrado por un niño de ocho años, que vivía ahí y que tenía muchos bueyes y que estaba acostumbrado al buey y lo conocía. Nunca le pedimos nada muy alocado. Siempre era andar de A a B, quédate quieto, mira para allá. En Misiones, hay mucho uso de bueyes para cargar, por ejemplo, con hojas de tabaco o cosas así. Entonces, tienen algo medio adiestrado, como de caballo. También son muy tranquilos, por lo menos Dinerro era súper tranquilo. Fue bastante sencillo. Teníamos que tirar la toma muchísimas veces, pero el buey fue super sencillo de manejar, porque tuvimos suerte, era bien portado y el niño era un genio y sabía cómo manejará al buey. El perro era un ex perro policía, adiestrado por un señor que era un expolicía. El perro fue mucho más difícil, porque estaba completamente obsesionado con su dueño. Entonces, todo el tiempo era intentar que el perro esté cinco segundos lejos del dueño, porque estaba obsesionado. Dentro de todo, tuvimos muchísima suerte, porque los dos actuaron, que era lo que necesitábamos.

– ¿Hay alguna idea con el tema del buey, como animal castrado, respecto a la imagen masculina?

Es muy gracioso, porque estoy metiendo bueyes en mis trabajos desde mi primer cortometraje, Nueve Bestias, que también ocurre en Misiones. Hay una interpretación que va por ese lado, definitivamente. Me parece que está más conectada con los cuernos, con ver estos cuernos endiablados observándola y con jugar con esta idea demoníaca, que al final termina siendo solo un bicho. Pero hay una de entendimiento que puede ser a través de la castración del buey, que sí existe.

– Destacamos las actuaciones, de los personajes femeninos, con varios tipos de mujeres. Sin embargo, se le dedican varios tiempos a la naturaleza, ¿cómo fue esa propuesta de la mezcla fotográfica de la naturaleza, con la dirección?

Definitivamente, era la intención hacer una película con estas pausas. Nada que ver con el cine de David Lynch en ese sentido, pero sí tiene que ver con el sentido de que Lynch, lo que hace es, generar este tipo de planos, que te los muestra un poco de más, hasta que se convierte en algo raro. Hay una escuela de cine en donde te muestran algo, por suficiente tiempo, hasta que empieces a verlo un poco malévolo, como hasta se puede esperar que pase algo. Porque si es un insert, eso tiene que durar dos segundos, ¿por qué me lo estás haciendo durar 20 segundos? ¿Qué es lo que está a punto de aparecer? ¿Qué es lo que estoy viendo? Quizás se puede mirar más detenidamente. Cuando empieza la película, con este plano tan largo de estas nubes, y con esta lentitud, hay una idea de decantar un poco y de hacer que el espectador se entregue. Ya no tienes ningún tipo de control sobre esto, sino que tienes que sumergirte a lo que estás viendo. Si tienes la suerte de verlo en cine, quizás tienes más oportunidades de hacerlo que si lo ves en un computador, porque, en ese sentido, es una película más para cine en ese sentido.

– Es importante destacar el trabajo sonoro, ¿quién estuvo a cargo del diseño sonoro?

El diseño sonoro lo hizo Mercedes Gaviria, una chica hiper talentosa, con quien ya trabajé con Monstruo Dios, mi corto anterior. Ella es una poeta, es una persona que se te queda filosofando. Ella es muy obsesiva con su trabajo y me genera una admiración absoluta. Se dedicó horas a eliminar un pájaro que no le gustaba como sonaba de todo el audio de toda la película. Había un pájaro que su sonido no le satisfacía y se dedicó a escuchar todo el material de toda la película buscando ese pájaro y sacarlo. Ese es el nivel de perfeccionismo de esta persona. Fue un honor trabajar con gente tan comprometida y dedicada con lo que está haciendo.

– ¿Dónde podemos seguir el trabajo del equipo y la película Matar a la bestia?

Matar a la bestia está en salas en Chile, así que todo quien ande por allí, los invito a pasar a verla. Asimismo, también hay un Instagram que es Matar a la bestia: la película, al que pueden entrar a chequear si donde ustedes están está la película. También si ya está subida a este maravilloso mundo llamado Internet, que va a contener la película, eventualmente, en cualquier momento, y también la van a poder ver en sus computadores. Por favor, con buen sonido.

  • Revisa el trailer acá:

 

FICHA TÉCNICA

Título original (inglés y español): Matar a la bestia / To Kill the Beast

Idioma original:  Español, portugués

Año: 2021

Países: Argentina, Brasil, Chile

Duración:   79 minutos

Elenco: Tamara Rocca, Ana Brun, João Miguel, Sabrina Grinchspun, Kaique Jesus

Productores: Lucila de Arizmendi, Santiago Carabante, Aline Mazzarella, Matheus Peçanha, Florencia Rodríguez, Dominga Ortúzar

Distribución: Storyboard Media.

 

Artículo publicado en alianza con Culturizarte.

 

 

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