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A 20 años del Caso Spiniak, director de Blanquita: «Es el primer hito de una sensación antiélite»

Por: Matias Rojas | Publicado: 10.05.2023
A 20 años del Caso Spiniak, director de Blanquita: «Es el primer hito de una sensación antiélite» Fernando Guzzoni | Cedida
El cineasta chileno Fernando Guzzoni profundizó en entrevista con El Desconcierto en los elementos detrás de su última película, Blanquita, donde se aproxima desde el thriller a un suceso que conmocionó al país hace 20 años como el Caso Spiniak y que aún habla de situaciones del Chile de hoy.

La película Blanquita toma como referencia el Caso Spiniak y desde ahí construye una ficción sobre la tragedia de las víctimas del prejuicio social y la impunidad que da el sistema judicial a quienes cuentan con los medios, no solo económicos sino también sociales.

La cinta dirigida por Fernando Guzzoni ha obteniendo el Colon de Oro como Mejor Película en la edición N°48 del Festival de Huelva de Cine Iberoamericana (en España) y el Premio al Mejor Guión en la sección Orizzonti del Festival de Cine de Venecia.

Así mismo, fue la película chilena seleccionada para representar a Chile en los Premios Oscar en la categoría Mejor Película Extranjera.

En una cinta que lleva al espectador a observar como en ésta corrupción institucionalizada se hacen parte los medios de comunicación, la Iglesia Católica y los organismos que deberían proteger a los niños, niñas y adolescentes.

Sobre estos temas y como se llevó a cabo la construcción de una historia así conversó el director Fernando Guzzoni con El Desconcierto. En una película protagonizada por Laura López, Alejandro Goic, Amparo Noguera, Marcelo Alonso y Daniela Ramírez, entre otros.

Blanquita sigue disponible para ser viste en Cineplanet en el Costanera Center a las 13:10.

– ¿Cómo se aborda un tema tan complejo como el Caso Spiniak?

-Hay una distancia entre la película y el caso real en términos de tiempo que revelan que esa verdad judicial y en alguna medida ese acuerdo de parte del establishment con respecto a lo que había pasado en este escándalo político-sexual dejaban aristas abiertas. Desde ahí viene esta obsesión por revisitarlo y resignificarlo. Me parece que no es casualidad que cada tanto este caso vuelva a la palestra porque precisamente pareciera que no logró convencernos del todo con sus vericuetos y todas las complejidades que venían aparejadas detrás del hecho.

-El tema de la impunidad se ha vuelto contingente en los últimos años.

-Lo interesante del caso también es lo que lo hace tan particular y subversivo en su momento era que había una mujer sin poder, con poco capital cultural, económico y social interpelando a políticos que están vinculados con estamentos del Estado, con el poder económico, la Iglesia Católica, la prensa. Este caso fue una suerte de primer hito previo a una sensación anti élite e impugnadora, que viene desde el 2006 hasta la fecha. Primero con los pingüinos, luego la revolución estudiantil, el Estallido. Sin esas presiones electorales actuales que son un poco reaccionarias. Además, era la oposición a un poder formal más clásico, antes de la ampliación que le dan las redes sociales a estos hechos y la posibilidad de las personas de poder visibilizar estos desde su teléfono.

– ¿Cómo se construye desde la ficción y en este caso, desde el género, un caso así?

-La película plantea un tema súper árido, la explotación infantil, lo que la hacía difícil de absorber por momentos. El género, en este caso, el thriller permitía construir un relato que no le diera la espalda a la audiencia a través de una estructura más trepidante. Aunque la intención era que cuando tú terminaras la película te fueras con una reflexión que permitiera hacer una exégesis ética y moral sobre los personajes de ese Chile, de ese caso en particular, etcétera. Por lo tanto, no es un thriller, químicamente puro, pero esos elementos de género permitían conjugar esta doble urgencia que yo sentía, por un lado, generar una reflexión con espesor y también mantener al espectador enganchado gracias a un ejercicio de género que tiene una vocación masiva.

-Elementos que se dejan ver, por ejemplo, en la fotografía de la película que es oscura, opresiva a ratos.

La búsqueda formal de la película estaba al servicio de la naturaleza de la historia y los códigos del género llevan a espacios más claustrofóbicos, oscuros, fríos, que venían a acentuar los elementos de thriller que están desplegados a lo largo de la narrativa y que transmiten esa sensación.

Había que establecer la relación entre un personaje que tenía un mundo más psicológico, silencioso, privado que se enfrentaba a un mundo público, de instituciones, donde ella era un pequeño sujeto en estos amplios espacios, fríos, clínicos. Entonces la película tenía hasta sensación que ella era una parte más de ese engranaje brutalista.

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