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«Ser cruel en masa»: Despierta el monstruo en Viña y deja llorando a Javiera Contador

Por: Nicolás Sánchez | Publicado: 27.02.2024
«Ser cruel en masa»: Despierta el monstruo en Viña y deja llorando a Javiera Contador Público de Viña 2024 | Agencia Uno
Una vez más el monstruo de Viña se hace ver. La falta de Gaviota de Platino despertó las pifias que terminaron por sacarle lágrimas a Javiera Contador, marcando una mancha oscura en medio de una histórica jornada del certámen.

Varios hitos marcaron la segunda noche del Festival de Viña 2024, un episodio en el que Andrea Bocelli, junto a su hijo, deleitó con un show para los gustos refinados, Miranda! hizo bailar a los nostálgicos del electropop latino, los animadores siguieron alimentando la idea de que la Quinta les quedó grande; y más importante, el despertar del monstruo que esta vez arremetió contra Javiera Contador con intentos nulos de los animadores por zafarla de las garras y las pifias. Aquí un recuento.

Bocelli

La velada partió con un show impecable por parte del italiano Andrea Bocelli, donde repasó un amplio repertorio de obras que parecía ilegal estar viendo sin pagar una millonada, por el que recibió las primeras gaviotas con texto en braille en la historia del Viña del Mar.

Al tenor lo acompañaron 114 miembros de la Orquesta de Santiago, convirtiéndola en el arreglo de su tipo más grande de la historia de Viña. El acompañante más importante de la noche fue Matteo Bocelli, hijo del intérprete, quien cautivó a las redes por su voz y pinta, que dieron de hablar durante horas. Juntos cantaron grandes éxitos.

Sin embargo para el público de la Quinta Vergara, el italiano no podía bajar del escenario sin la Gaviota de Platino, galardón que no obtuvo, un episodio para el que la respuesta fue el despertar del monstruo.

¿Por qué no hubo Gaviota de Platino? Testigos en el público afirmaron que en el receso de comerciales luego del corte del show de Bocelli, con las pifias monumentales de fondo, María Luisa Godoy afirmó que no había otro reconocimiento, y que juraba que no tenían aquel premio de Platino que en toda la historia de Viña solo ha sido entregado a Mon Laferte, Lucho Gatica (la recibió su sobrino luego de su muerte), Luis Miguel e Isabel Pantoja.

Javiera Contador y el monstruo

La explicaciones para el público de Bocelli no fueron suficientes, y después de comerciales, vueltas al backstage y llamados de los animadores a respetar a los artistas que venían, lanzaron a Javiera Contador a las garras de una pifia compartida.

Fueron 20 minutos los que aguantó la comediante, intentando rematar chistes que ocasionalmente causaban risas aisladas (casi todos guiños a su salida, o comentarios en presente sobre el fracaso de la rutina). Finalmente, la actriz invitó al elenco de Casado con Hijos, a quienes dijo «gracias por la salvada». Otro descanso de las pifias para una risa mínima.

¿Qué significa el monstruo en Viña?

Se le llama monstruo al público de la Quinta Vergara, aquella audiencia que se posiciona como la más crítica y difícil de controlar: cuando ama algo, lo hace con ganas, y cuando algo le parece mal, lo hace notar de maneras peculiares, con pifias y gritos, sin importar quien esté arriba.


Para el experto en espectáculos y cultura pop y co-fundador de Clase Básica, Leonardo Quezada, la idea del monstruo es atractiva y propia de la cultura chilena. «Es un público que es intimidante, pero al mismo tiempo te entusiasma, creo yo que representa un desafío», afirma.

«Yo creo que el humano cuando tiene la oportunidad de ser cruel, lo es normalmente y casi siempre cuando es en masa, porque así no tiene que en el fondo asumir la culpa de ese crueldad, pero la gente disfruta siendo cruel«, dice sobre la situación que vivió la humorista Javiera Contador, quien se enfrentó a un público que expresaba su mal humor a través de pifias que terminaron por dejarla con lágrimas en la rueda de prensa post show.


«Últimamente creo que la crueldad es otro medio para también para liberar tensiones y mala onda, y en este caso no creo que se haga especialmente para dañar al artista sino para demostrar tu opinión de una manera».

Por otro lado, el experto también ve el debate por el fenómeno del monstruo desde otra arista: ¿quién es educado y quién no? Quezada apunta a la ola de críticas y comentarios que catalogan de «mala educación» o «roterío» las expresiones de un público que también tiene opinión y no responde a estímulos predeterminados.


«Al final me parece que es como la típica discusión de quién es roto, quién es ordinario, quién es cuico, quién tiene modales, ¿quién está bien educado? Una especie de infantilización de la sociedad chilena, que a mí me parece terrible, también me parece cruel».

«Es un público que no tiene que necesariamente responder bien a todo lo que se le entrega. El Festival de Viña especialmente es un programa televisivo donde todo se lo entregan en bandeja al público, se le pide cuando aplaudir y cuando no hacerlo, cuando callarse y se le meten comerciales por todas partes», agrega el también co-fundador de Particular.

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