Electrodomésticos cumple 40 años con álbum considerado «hijo del estallido y la pandemia»

Desde 1984, Electrodomésticos se ha convertido en una de las agrupaciones más importantes de la escena musical chilena. Habiendo publicado trabajos que han perdurado en la cultura chilena por más de cuatro décadas, en 2024 lanzaron “Mirar la luz”, definido en las voces de sus integrantes como un trabajo enraizado en la reflexión colectiva en una sociedad post Estallido Social. 

La banda, cuya trayectoria se divide en dos, desde 1984 a 1992 y luego desde 2002 al 2024, se ha consagrado como un nombre establecido en la música chilena, a través de un trabajo meticulosamente curado y una visión artística única, que combina tonalidades, sonidos, distintos géneros -concepto que Carlos Cabezas, voz y miembro fundador, no reconoce como un límite creativo- y experiencias.

La agrupación está actualmente conformada por Carlos Cabezas en la voz y guitarras, Edita Rojas en la batería, Masiel Reyes en el bajo y Valentín Trujillo en los teclados. Su último trabajo «Mirar la luz», mezclado por Pablo Stipicic (tambíén colaborador de Princesa Alba, Gepe, Gianluca y otros), ya se encuentra disponible en plataformas de streaming.

En conversación con El Desconcierto, Carlos Cabezas y Edita Rojas se sinceran sobre el proceso creativo detrás del nuevo álbum, cómo fue trabajarlo en la pandemia, el valor de los sentimientos colectivos en «Mirar a la luz» y el ejercicio de la reflexión como piedra angular del disco que los mantiene vigentes luego de 40 años de carrera.

-¿Qué valor tiene la reflexión en el disco?

-Rojas: Los discos de Electrodomésticos tienen en general un espacio bien importante a la reflexión. No es algo tan planificado, pero es algo a lo que a lo que se llega de forma más o menos espontánea. La conversación que tuvimos nosotros como banda cuando preparamos el disco, lo que planteamos como foco reflexivo es que este álbum es hijo del estallido social y de la pandemia; de todo eso que se movió tanto y todas esas cosas colectivas y sociales que ocurrieron. Si buen fueron unos periodos trágicos para nosotros, es un disco muy chileno.

Si bien estamos en un contexto muy trágico, que nos golpeó harto, que duró harto, que fue denso, hay una cosa social-doméstica que aparece y que se puede observar de forma positiva. El estallido también nos obliga a lo colectivo, que gente no muy interesada en política se haya empezado a interesar en ello. Lo colectivo y lo social, lo vecinal y lo humano, finalmente.

-¿Qué géneros definen el álbum?

-Cabezas: Entendemos que el espacio que se ha construido en el tiempo con los Electros, una de las características que tiene es que no atiende mucho a esta definición de estilísticas.

En lo que hacemos nosotros creo que aparece un cruce de distintos estilos que se da muy intuitivamente dentro del juego de nuestro proceso creativo, pero es bien amplio. Esto es como que todo lo que alguna vez escuchaste en la vida se mezcla de alguna manera, sobre todo cuando no era no eras consciente. Por ahí apareció «Has sabido sufrir» que es un bolero, entonces bien random todo. No hay estrategias ni conceptualizaciones previas en términos de género previas a la composición, Edita dice que algunas canciones de este disco se sienten como «Rock desértico».

Hay rock, entendiendo en toda su amplitud del rock. Hay música popular. Música electrónica, que fue por donde partimos y que siempre se ha mantenido. Hay diseños sonoros, una mezcla ahí promiscua entre todos estos ambientes de géneros musicales.

-¿Cómo fue el trabajo creativo detrás de «Mirar a la luz»?

-Rojas: Como partimos trabajándolo a fines de la pandemia, partimos por reuniones por Zoom. Carlos proponiendo canciones que iban ahí apareciendo de a poco. Había varias canciones y finalmente llegamos a estas ocho. Eso no se decidió en un puro día. Luego nos pusimos a trabajar preliminarmente; cada uno escuchando las canciones en la casa, y después cuando ya nos propusimos seriamente concretar este álbum, empezó el trabajo más entretenido, que fue presencial, ya un trabajo de taller.

Masiel y yo trabajamos harto las bases. Fue un trabajo que yo nunca había hecho en Electrodomésticos y fue muy entretenido. Entonces el disco lo dividimos en dos partes: cuatro canciones se grabaron en algún minuto y las otras cuatro, varios meses después. Primero nos juntamos a preparar las primeras cuatro y estuvimos ahí encerradas varios días: fines de semanas enteros, todo el día tirando ideas, tocando las canciones, tocando las bases, despejando, limpiar-pulir, buscándole lo medular a las canciones. La idea era orientar el trabajo a que fuera una expresión musical directa, no muy pretenciosa, de un discurso claro, que no hubiera mucha segunda lectura ni mucho adorno innecesario.

-¿Cómo se presenta la existencialismo en el nuevo trabajo?

-Cabezas: Si se entiende la existencialismo como la experiencia de vida como punto de partida para las manifestaciones artísticas, tiene todo que ver con nuestro trabajo. Intentamos que aparezcan estas reflexiones de la forma más visceral, más intuitiva, no desde un análisis pedagógico o académico, cuidamos que esta experiencia de vida vaya directo desde los sentidos a través de la música.

Creemos que la música al final saca a flote todo esto que absorbemos en el día a día. Uno siempre anda absorbiendo todo lo que sucede en términos sociales y emocionales; está muy atento a todo lo que pasa en general. Últimamente hemos tenido en el país situaciones como el Estallido Social y la pandemia que han generado muchas más reflexiones sociales que individuales. Es la observación la que construye las canciones y las reflexiones, más que ponerte a pensar en algo específico. Es clave tener esa atención permanente sobre todo lo que nos sucede como humanidad para que esto aparezca a través de la música.

-¿Están abiertos a colaboraciones? ¿Qué cantantes jóvenes de la escena actual creen que serían un aporte a la visión del grupo en ese caso?

-Rojas: A mí me encantan las colaboraciones. Me encanta, me encanta, me encanta y me gusta mucho la idea de invitar gente. Encuentro fascinante la idea de que en un show en vivo aparezca un rostro sobre el escenario y más me gusta la idea cuando no son tan afines, cuando son más o menos inesperados. Entonces en esa línea, por ejemplo, a mí me encantarían chicos como los Metalengua. Me gustan mucho, pero no tienen nada que ver con Electrodomésticos, entonces no sé si algo así podría ocurrir.

Ese tipo de energía musical chilena joven me encanta. Me gustan mucho también otras voces como por ejemplo Natisú que bueno, me parece que ella sí es bien afín a la línea como política, ideológica y musical de Electrodomésticos.

Camila Moreno, siempre la menciono porque la admiro mucho. Yorka también, siento que tiendo a fijarme en posibles colaboraciones con gente que tenga ciertas afinidades ideológicas y políticas.

-¿Cómo miran su trabajo desde 1984 a 2024?

-Cabezas: Nuestro trabajo desde que partimos por ahí por el 84, hasta ahora ha mantenido ciertas características esenciales, que es este juego en la aproximación a desarrollar ideas musicales, desde que partimos con estas maquinitas que fueron las que nos dieron la posibilidad de desarrollar ideas. Desde nuestra experiencia de vida, creo que los apectos básicos se han mantenido, esta curiosidad permanente sobre nuevas sonoridades, de buscar estos espacios de experimentación dentro del trabajo musical, esta búsqueda de que las letras vengan desde la música y que la conexión de las emociones y de las sensaciones que transmiten las canciones vengan desde la guata, desde las vísceras, que sean que tengan esa honestidad. Creo que hay un desarrollo de todos estos ámbitos en todos estos años y creemos que este disco lo muestra.