Un pequeño homenaje para ti querida Roser. He tenido el privilegio de trabajar con artistas en el ocaso de sus vidas, en su «pre muerte», como diría Roser. Lo elegí de esa manera, vi la tremenda anomalía y la enorme desconsideración que significa para un país no reconocer a sus artistas. «Qué queda para el resto», pensábamos muchos.
Imaginen que recién el 2015 y con 92 años Roser ganaba el Premio Nacional de Arte. Siempre recordaré que fui uno de los primeros en felicitarla, junto con su nieta Amala. Roser me dijo con su humor acostumbrado: «Mira con la que me salen ahora». Y claro, todos esos reconocimientos siempre llegan tarde, el concurso de mis modestos esfuerzos siempre estuvo en la disposición nivelar esa cancha del olvido.
Hicimos un homenaje en Faxxi, inauguramos la expo Winnipeg en VALA (junto a su compañero de travesías José Balmes). Luego fuimos a la feria Chaco, de ahí producimos la exposición 4 premios nacionales en el Bellas Artes, donde Roser fue protagonista. Y tuve la oportunidad de colocar algunas de sus obras en el Museo Reina Sofia de España, con lo cual se cerraba un ciclo simbólico donde las obras de Roser retornaban a España a reforzar una de las colecciones más importantes del mundo.
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Si algo pude aportar en la difusión de su obra inmortal, este su amigo «El barba» queda más que agradecido. Una última cosa, de las muchas que se pueden decir sobre la obra de Roser Bru, y que de muchas maneras me impactaba en lo profundo, es su conexión con la literatura, con los escritores. De Rimbaud a Kafka, de Hernández a Barthes, de Ana Frank a Mistral…
Su pintura es una poesía de formas y colores, es la transformación plástica de los versos, esos lienzos son frases y letras sumergidas en pastas gruesas. Esos cuadros son en su sentido estricto libros, son cuadernos de anotaciones donde se ocultan las palabras y las sílabas, de un ser profundamente reflexivo, de una mujer que encuentra la esencia de las cosas en su mirar cotidiano. Gracias por todo maestra, quiero pensar que hoy te reúnes con tus compañeros del grupo de estudiantes plásticos del Bellas Artes, para seguir pintando el gran lienzo del cielo