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Los viejos rockeros en el Museo de Bellas Artes

Por: Rodrigo Hidalgo | Publicado: 04.10.2022
Los viejos rockeros en el Museo de Bellas Artes Ander: resistencia cultural en El Trolley y Matucana 19 |
La exposición “Ander: resistencia cultural en El Trolley y Matucana 19” estará hasta el 24 de diciembre en la Sala Matta del Museo Nacional de Bellas Artes

La inauguración de esta exposición en el pomposo edificio del Museo Nacional de Bellas Artes fue un auténtico cónclave de viejos estandartes de la escena contracultural de los años 80, con el bajista Silvio Paredes tocando como la guinda del pastel, y una concurrencia que se permitió minutos de emoción para recordar a las compañeras y compañeros artistas gráficos y escénicos que ya no están entre nosotros, antes de una merecida fiesta que se trasladó al bar El Clan en Bellavista, con el ex vocalista de los Fiskales Ad Hok, Álvaro España, como DJ, ya entrada la noche.

Y es que la fiesta era y acaso sigue siendo hoy en un mundo post-pandémico, un acto de resistencia. La fiesta, en dictadura, era eminentemente contestataria, rebelde, un desafío cuando no un desacato a la autoridad. No era necesario hacer explícito el ánimo político que había detrás. Y se iba bastante más allá. En El Trolley lo mismo que en el Garage Matucana 19, la consigna política tenía el adelantado signo de estos tiempos, de integración y visibilización para el feminismo y para las disidencias sexuales, por ejemplo. Obras con cuerpos desnudos en un país que no tenía ni ley de divorcio, en cuya televisión estaba prohibido decir poto o caca. Fiestas, tocatas, performances, eventos lúdicos experimentales y vanguardistas en una época en que todo el arte se había clausurado oficialmente. Un constante show de artes integradas, con escenografías que se convertían o adaptaban según quién las utilizara. El delirio y el entusiasmo floreciendo en medio de la censura y el miedo. Eso eran estos lugares. Antros.

“Ander: resistencia cultural en El Trolley y Matucana 19” es una muestra que fue dirigida por el curador Juan José Santos, y es el fruto de un trabajo de un par de años de un equipo mucho más grande que incluye por ejemplo al staff técnico de Matucana 100, lugar en que se instalará una “Torre de control” a cargo del artista y museógrafo José Délano, en la que se realizarán conversaciones, experimentos sonoros y audiovisuales, lecturas dramatizadas y performances que serán transmitidas por youtube y almacenadas en el sitio web www.anderexpo.cl, plataforma que extiende el radio de acción de la muestra.

Así, los videos, imágenes, objetos y registros que pueden visitarse en el Museo Nacional de Bellas Artes, son sólo la punta de un iceberg. Porque a fin de cuentas la tarea que se ha acometido, es la de no solo permitir que la ciudadanía se asome y conozca o se haga una idea de lo que fueron estos dos epicentros de la contracultura en dictadura, el Garage Matucana 19 y El Trolley, sino que yendo un poco más allá, se trata de hacer revivir en algún sentido esa escena. Por eso la extensión de casi 3 meses, con múltiples seminarios programados como espacios reflexivos y a la vez creativos; por eso la ubicuidad que establece un canal paralelo del Bellas Artes a Matucana; y por eso la multiplicación exponencial que supone un sitio web en el que además se pueden ver entrevistas a los 4 fundadores, Pablo Lavín y Ramón Griffero en el caso de El Trolley, y Rosa y Jordi Lloret en el de Matucana 19.

  • Revisa algunas imágenes de la muestra:

Lo cierto es que en la inauguración, el pasado jueves 29, la asistencia de algunos colegas periodistas expertos en esta escena de resistencia cultural de los años 80, como Marisol García, Fabio Salas, y Óscar Contardo, daba cuenta de lo significativo del encuentro. Profesionales que no le pierden la pista a su ballena blanca, los cronistas han sabido que testimoniar lo que sucedió en esos años, es hacer historia viva, de eso estamos hablando. Y si bien Jordi Lloret se ha preocupado de mantener la memoria de lo que fue Matucana 19, pues gracias a él hay al menos un par de libros que dan cuenta de ello; en el caso de El Trolley, la ausencia de esa narrativa, hace más valioso el rescate que propicia esta exposición.

Por ejemplo, vale la pena recordar que en el mismo Museo de Bellas Artes, el vanguardista director escénico Vicente Ruiz realizó cuando ya estábamos en democracia, una performance en la que la actriz Patricia Rivadeneira, cubierta sólo de la cintura para abajo con la bandera chilena, aparecía en la posición de Cristo, en la cruz. Muy en democracia sería, pero el escándalo fue igualmente mayúsculo. Ciertos sectores de la población no comprenden ni aceptan que se utilice de ninguna manera esos símbolos llamados patrios, como si fueran en sí mismos la carne de una soberanía inexistente. Y esa provocación, ese espíritu transgresor, tuvo en El Trolley y en Matucana 19, carnet de parroquiano. Huelga decir que Patricia Rivadeneira conformaba junto a Jacqueline Fresard y Cecilia Aguayo, el grupo “Las Cleopatras”, frecuentemente presente en estos lugares.

Por supuesto también Pedro Lemebel y Pancho Casas estuvieron allí. Las Yeguas del Apocalipsis hicieron de las suyas y lamentablemente sólo hay un par de fotos como registro de esa performance, titulada “Tiananmen”, pues aludía a la masacre china de 1989. También fueron habituales bandas como Los Fiskales Ad Hok, los Electrodomésticos o Viena, entre muchas más. El Teatro del Silencio de Mauricio Celedón, y el Teatro de Fin de Siglo de Ramón Griffero, ambos estilos teatrales muy distintos, cimentaron en El Trolley y en Matucana 19 su calidad de referentes nacionales. Hubo también un boom de revistas de comic, con publicaciones como la propia Matucana, Trauko, Beso Negro o Noreste, entre tantas otras, que se fraguaron en estos antros. Algo que el poeta José Ángel Cuevas, en su “Carta a los viejos rockeros”, describe acaso sin querer queriendo:

(…) En el momento mismo los neumáticos van a arder

las chicas topless se sacarán sus calzones negros.

Ey, parrilladas completas, junto a tus viejos amigos,

vivos, subversivos.

La pobre torta de naranja guardada para el itinerario.

No eran apáticos, ni punk sin cadenas ni manoplas ridículas.

Querían matarnos a todos. (…)

Resulta pues sumamente educativo recorrer la exposición y visitar el sitio web, y no hay duda de que lo que suceda en Matucana 100, en esa “Torre de Control”, a contar del 5 de octubre, será también de sumo interés. Lo que hemos dicho hasta acá es poco. Lo cierto es que en definitiva estamos ante un momento muy propicio para volver a la emoción, al entusiasmo sin miedo que reinaba en El Trolley o en Matucana 19, esa algarabía, ese improvisar sin pensar ni siquiera en el registro, un presente sin posteridad que evoca necesariamente lo sucedido tras el estallido del 2019. Ese espíritu. Presente y vivo, ahora y siempre.

 

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