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Las denuncias por acoso sexual que fueron desestimadas del sumario contra Juan Pablo Cárdenas en la Universidad de Chile

Por: Vanessa Vargas Rojas | Publicado: 31.07.2018
En mayo pasado, el sumario investigativo en contra del Premio Nacional de Periodismo confirmó maltrato laboral y desestimó dos denuncias por acoso sexual, pese a que los testimonios detallan correos electrónicos con despedidas con «un beso fogoso», «te amo» y otras insinuaciones de carácter sexual. «No quiero leer tales calumnias e infundios», sostuvo Cárdenas al negarse a conocer el expediente. Este miércoles deja de ser el director de la Radio Universidad de Chile tras 18 años.

La mañana del 24 de mayo de este año, Juan Pablo Cárdenas, Premio Nacional de Periodismo 2005, anunció que dejaría su cargo como director de la Radio Universidad de Chile, acogiéndose a la Ley de Incentivo al Retiro, lo que le significará un bono cercano a los $24 millones.

Desde hace más de un año, Cárdenas enfrentaba un sumario administrativo en la Universidad de Chile, por denuncias de acoso sexual y laboral realizadas por ex trabajadores de la radioemisora. Aunque la investigación se cerró el 26 de septiembre de 2017, solo en mayo de 2018, a través de una entrevista en La Segunda, el académico adelantó que ya conocía los resultados del sumario y aseguró que las denuncias en su contra fueron «completamente desestimadas».

La figura del sumario administrativo aplicado a Cárdenas provocó críticas de parte del movimiento feminista, ya que este tipo de investigación no considera la existencia de víctimas y fue creado para sancionar faltas administrativas: «No está considerada en este formato de investigación porque no se pensó para ese tipo de conflicto, entonces queda fuera y sin los mismos derechos que el inculpado», explicó hace unos meses la directora de Igualdad de Género de la U de Chile, Carmen Andrade.

Finalmente, la investigación consideró culpable al actual ex director de la radio por maltrato laboral, aunque desestimó los cargos en su contra de dos denuncias por acoso sexual. 

A través de la Ley de Transparencia, El Desconcierto tuvo acceso al informe completo que registra las acusaciones en contra de Juan Pablo Cárdenas. Una de ellas, realizada por una ex trabajadora de la radio, detalla las situaciones de acoso que la comunicadora aseguró haber vivido de parte del Premio Nacional de Periodismo, que incluye envío de «besos fogosos», un «te amo» y otros comentarios a través de correos electrónicos, que terminaron con la desvinculación de la periodista pocos meses después.

Un «te amo» y besos fogosos

Emilia* -quien pidió reserva de identidad para este reportaje- conoció a Cárdenas en 2016, en un programa de TV universitaria. Ese día, Cárdenas elogió su participación en el espacio y le pidió que se sumara a la señal a tiempo completo. Ella declinó la oferta porque se encontraba trabajando en otro medio, pero aceptó el formato de colaboración bajo el compromiso de entrega de una crónica semanal.

En la declaración ante la fiscal Verónica Retamal, la periodista asegura que compañeros de universidad le habían advertido previamente acerca del «temperamento» de Cárdenas y de sus comentarios sexistas en clases. 

El 13 de mayo comentó su primera crónica en el programa Radioanálisis, conducido por Patricio López, quien desde este miércoles 1 de agosto reemplazará a Cárdenas en el cargo de director de la Radio. En medio del espacio, el ex timonel del medio habría dado un portazo y recriminado a López por haber interrumpido a la periodista «en muchas ocasiones» y luego la felicitó por la «excelente crónica». Aunque esa primera reacción la incomodó, sus compañeros le bajaron el perfil y le explicaron que se trataba de una actitud «normal» viniendo de él.

En su relato, la periodista reafirma el clima laboral hostil de la radioemisora pública, mientras que con ella Cárdenas mantenía una actitud que definió como «paternal y calmada». Sin embargo, tras asumir nuevas colaboraciones con la radio, comenzó a recibir cada vez más comentarios inoportunos.

«Avísame cuando vienes para vestirme de frac»,  o «qué elegante andas vestida» eran algunas de las opiniones que Cárdenas le otorgaba a la trabajadora. Un día, el director se molestó porque una de sus crónicas habían sido publicadas antes de su revisión personal y le pareció prudente enviarle un mensaje por Whatsapp a las 4 AM. Luego de ignorarlo, éste le explicó que sintió celos «de no ser el primero en tener el privilegio de leerte».

Hay un episodio que la ex trabajadora consigna en su declaración ante la fiscal: en medio de la presentación de un libro de Ediciones Radio Universidad de Chile, había dificultades para instalarle el micrófono a la presidenta del Colegio de Periodistas, Javiera Olivares. Entonces Cárdenas se acercó y susurró: «Vamos a tener que sacarle toda la ropa para ponerle el micrófono», sin notar que todos en la sala podían escuchar sus palabras. Según la comunicadora, Olivares solo atinó a sonreír con incomodidad.

El 27 de octubre de 2016, luego que la periodista le solicitara el contacto de una fuente a través de un correo electrónico, Cárdenas le envió la información despidiéndose «con un beso fogoso». Dos días después, Emilia le respondió el correo enviándole su crónica semanal junto a un llamado de atención: «El tono de despedida de tu último correo me pareció inapropiado. Te agradezco que lo evites a futuro para no caer en situaciones incómodas. Lo digo con el aprecio y respeto que siento por ti», escribió. La respuesta del director habría sido un escueto «de acuerdo».

En su denuncia, detalla que comenzó a sentir rechazo de contestarle el teléfono al director. Solo semanas después del llamado de atención a su jefe, el 4 de noviembre de 2016, ambos intercambian correos sobre una pauta: «Espero, querida, que la hayas realizado. Ojalá el lunes la entregues. Te amo», le escribió el académico.

Al respecto, en su declaración ante la fiscal, la comunicadora aseguró que se quedó «sin saber qué hacer, sin saber si denunciar y angustiada por el riesgo de perder mi trabajo».

Ante las muestras de rechazo de la periodista, el trato del Premio Nacional de Periodismo comenzó a ser distante y cada vez más complejo. Un día, en la dependencias de la radio ubicada en Miguel Claro, él le preguntó cuándo definiría el nuevo tema de su crónica, a lo que Emilia contestó que lo estaba pensando. «¿Ah, tú piensas?», le habría replicado Cárdenas, para luego «elogiar» su vestimenta. Incómoda, la reportera le aclaró que no se vestía para generar un comentario y el director volvió a salir del paso con una ironía.

El 30 de diciembre, Cárdenas le ofreció un nuevo contrato, que reducía sus colaboraciones y volvía al acuerdo inicial de una crónica semanal. Durante enero y febrero, trabajó a distancia, feliz de no pasar más tiempo en la radio. Sin embargo, mientras editaba y grababa sus crónicas, aseguró haber presenciado cómo el director humillaba a sus compañeros o los obligaba a cumplir jornadas extras sin remuneraciones.

Finalmente, el 20 de febrero de 2017 le escribió Danae Cortés, secretaria de la radio, para informarle del cese del convenio a honorarios que mantenían, argumentando «reestructuración del personal». Más tarde, Emilia confirmó que había sido la única trabajadora desvinculada en ese momento.

La comunicadora aseguró que aceptó el despido pensando que era lo mejor que le podía pasar, dada su situación. También explicó que no denunció los hechos en su momento porque «tenía la moral bastante destruida y no sentí las fuerzas necesarias para lo que significa poner en evidencia a un Premio Nacional de Periodismo que se defiende de acusaciones actuales enrostrando su currículum y sus conexiones de poder».

Fue la situación de Nelson Navarro, el trabajador que desvinculado después de sufrir un infarto agudo al miocardio – y obligó a la U. de Chile a ofrecerle una millonaria indemnización-, lo que la motivó a denunciar.

«Despreocúpense, ineptas»

El sumario contiene otras denuncias de trabajadoras de la radio, en donde se acusan situaciones de violencia de género en contra de Cárdenas. Es el caso de una Paula*, una ex periodista que también pidió reserva de su identidad, quien trabajó durante casi ocho años en la señal pública.

En su declaración, la comunicadora asegura que cuando le informó al director que estaba embarazada, para saber cómo debían organizar el trabajo, éste le contestó que «no te preocupes porque esas guaguas siempre se mueren» y comenzó a contar la noticia sin su autorización.

A partir de diciembre de ese año, Paula estuvo con licencia por neurosis laboral debido a «las incesantes hostilidades que debía soportar del señor Cárdenas» y aunque denunció alguna de ellas a la Dirección Económica y Administrativa Central, ni siquiera tuvo respuesta.

La ex trabajadora aseguró que los hostigamientos de Cárdenas terminaron por afectar su salud durante el embarazo. Mientras se encontraba en ese estado, el académico decidió que le descontarían la Asignación Universitaria Complementaria, que representaba el 70% de sus remuneraciones. Ella solo se enteró del descuento cuando consultó a la Contraloría Universitaria, quienes le indicaron que el director la había acusado de haber abandonado su trabajo, pese a las licencias médicas. Solo una serie de trámites ante la Contraloría General de la República permitieron que se le reestableciera el pago que le habían restado y la diferencia generada del pago del subsidio post natal.

En su denuncia, la periodista aseguró que soportó tratos humillantes de parte de Cárdenas, quien en alguna ocasión le habría realizado comentarios discriminatorios aludiendo a su origen étnico. A la vez, Paula aseguró haber recibido comentarios sobre su apariencia física e insinuaciones de carácter sexual.

Al igual que otros relatos del sumario investigativo, la comunicadora aseguró que Cárdenas censuraba informaciones vinculadas a temas como el aborto y la diversidad sexual y consigna que se refería a la ex presidenta Michelle Bachelet «con epítetos de la más baja categoría de nuestro lenguaje». La censura también es consignada por otra ex periodista de la radio: «Si se defiende la práctica del aborto, se va a terminar defendiendo a los pedófilos», habría argumentado el director.

Carolina Blanche, otra de las periodistas que prestó testimonio, acusó al director de realizar constantes comentarios burlescos sobre la apariencia física de su pareja. «Decía que era chico, feo y que no entendía por qué estaba con él», señaló, agregando que un día, al escribirle para recriminar sus malos tratos a raíz de la búsqueda fallida de una fotografía, recibió un correo de su parte con copia a Danae Cortés, la secretaria, que decía: «Despreocúpense, ineptas».

El sumario contiene la declaración de algunos trabajadores de la radio en apoyo a Cárdenas, como la periodista Vivian Lavín, quien reconoció su «temperamento particularmente volátil» y también que no aceptó la Subdirección de la señal que el director le ofreció porque «se rompieron las confianzas con él básicamente por su trato y estallidos».

Sin embargo, Lavín aseguró que Juan Pablo Cárdenas «es de una generación en que piropear a una mujer era permitido, absolutamente normal» y que puede ser un «prototipo de su generación, pero no un acosador». Del mismo modo el periodista Víctor Herrero bajó el perfil a las denuncias, asegurando que dada su experiencia en diversos medios de comunicación, «así funcionan en todas partes del mundo, bajo mucha presión, eso produce a veces roces».

La defensa de Cárdenas y una larga espera

En total, Juan Pablo Cárdenas tuvo tres oportunidades para presentar su declaración en todo el sumario, a diferencia de, por ejemplo, las víctimas que lo acusaron.

En la primera, del 26 de junio de 2017, Cárdenas cuestiona que la primera aparición pública de las denuncias en su contra fueron a través de El Desconcierto y no a través de los canales institucionales de la universidad, como después ocurrió. Dice también que apenas se publicó el primer reportaje «me llamó el director del diario La Tercera para pedirme que le explique esto, porque él pensaba que tras esto habían personas que me querían hacer daño, me ofreció todas las facilidades para defenderme».

El ahora ex director de la Radio menciona también que «una de las cosas que más me ha dolido» es el hecho que Faride Zerán, vicerrectora de Comunicaciones de la Universidad de Chile, no lo haya llamado para apoyarlo. «Mucha gente me ha dicho que la profesora Zerán tiene algún tipo de vinculación con estas acusaciones que se me han hecho, que hay intención política detrás que tiene como destino que la autoridad de la U le entregue la radio a una persona o vicerrectoría que sirva a propósitos políticos».

Respecto a las denuncias de Paula, Cárdenas dice que es «una persona que quise mucho», que asistió a su matrimonio y que la «ayudé con sus estudios». «Ella fabricó una discusión en la que no hay testigos que no es así (…) nunca he puesto problemas a las mujeres embarazadas, mi línea ha sido pro familia y hemos dado todas las facilidades a las mujeres», aseguró.

Respecto a Emilia, Cárdenas reclama «apenas» conocerla y que la invitó a trabajar a la radio después de un foro en que coincidieron en Valparaíso, pero que «ella cumplió muy irregularmente». Respecto a la denuncia de acoso sexual, dijo sentirse extrañado «porque aún cuando la viera hoy en la calle me costaría reconocerla, nunca hemos ni siquiera almorzado juntos».

La fiscal le mostró el correo a Cárdenas, donde él mismo se despide con las frases de “beso fogoso” y “te amo”: «Es, evidentemente, una broma que ahora me doy cuenta que no corresponde, pero un acoso jamás. En el periodismo esto se hace a cada rato de mandar saludos, así, por ejemplo, José Donoso le dedicó un libro a Moy de Tohá, ‘te dedico este libro con un beso con lengua’, me doy cuenta de que esto no corresponde».

«Este correo no lo recuerdo, pero lo acepto, no es más que una broma», resuelve Cárdenas, culpando finalmente de la destitución de la periodista a su secretaria Danae Cortés.

El 26 de septiembre de 2017, el fiscal Santiago Urcelay -que reemplazó a Verónica Retamal- formuló cargos en contra de Juan Pablo Cárdenas, por incumplir con el artículo 64 del Estatuto Administrativo. Específicamente, se le imputaron «situaciones de trato que no se condicen con la dignidad y el respeto hacia las personas, tanto respecto de ex trabajadores como de funcionarios y trabajadores a honorarios que actualmente se desempeñan en la Radio Universidad de Chile».

Tras ser notificado de los cargos en su contra, Cárdenas envió sus descargos, otra oportunidad para defenderse. Dijo que el sumario se inició porque «yo mismo lo solicité» ante las denuncias públicas: «Dejo constancia que he sufrido los peores tiempos de mi vida y que, cualquiera sea el resultado de esta causa, lo que más quiero es superar el devastador mal rato sufrido por el suscrito, mi familia y los más de 60 profesionales, técnicos y personal administrativo de la Radio».

Cárdenas, entonces, le comunicó al fiscal su decisión de renunciar «a conocer el expediente del sumario» por razones de salud: «No quiero leer tales calumnias e infundios ni tampoco conocer las múltiples declaraciones emitidas por quienes fueron citados y prestaron testimonio a mi favor».

Sin embargo, continúa su escrito anunciando que se querellará contra quienes lo «injuriaron» –incluido este medio- y que varias de las personas que firmaron la carta en su contra tuvieron la oportunidad de reincorporarse a la Radio, «por lo que sus acusaciones de acoso laboral quedaban totalmente desacreditadas, salvo que se tratase de gente sumida en una horrible autoestima y masoquismo».

El texto finaliza con el renunciado director afirmando que “nunca los represores de la DINA y la CNI me hicieron cargos relativos a mi honorabilidad y desempeño económico, como ocurriera esta vez».

El informe final del fiscal Urcelay fue firmado el 25 de octubre de 2017. En él, el decano de Ciencias Veterinarias desestima las dos denuncias de acoso sexual citando a la normativa vigente en la materia: «Acoso sexual cuando una persona -hombre o mujer- realiza en forma indebida, por cualquier medio, requerimientos de carácter sexual, no consentidos por la persona requerida y que amenacen o perjudiquen su situación laboral o sus oportunidades en el empleo».

“Esta fiscalía viene en desestimar las denuncias formuladas por cuanto no se ha podido acreditar en la etapa investigativa hechos que configuren una conducta de acoso sexual por parte del Sr. Juan Pablo Cárdenas”, dice a continuación. Vale aclarar que la situación de Emilia al denunciar los hechos era en la modalidad de honorarios, por lo que la situación de acoso sexual, tipificado en el Código del Trabajo, no se le puede aplicar.

Desde que Urcelay firmó el informe final tuvieron que pasar casi dos meses para que el rector Ennio Vivaldi firmara la resolución del sumario, el 19 de diciembre de 2017. Ahí resuelve la sanción disciplinaria en contra de Cárdenas.

Tras ser notificado, el periodista tuvo su tercera oportunidad de declarar, a través de un recurso de reposición, presentado el 2 de enero de 2018, donde vuelve a insistir que se trata de «una acción premeditada, malintencionada y dirigida a cuestionar mi desempeño en la Radio Universidad de Chile».

Tres meses después, el 23 de abril de 2018, el rector Vivaldi rechazó el recurso de reposición y ratificó las sanciones del sumario. Un mes después, el 25 de mayo, le llegó a Juan Pablo Cárdenas la notificación oficial de la resolución del sumario. Pero el periodista salió al paso un día antes, a través de una entrevista en La Segunda y una nota en el propio diario electrónico, donde confirmó que se acogió a la Ley de Incentivo al Retiro a partir del 31 de julio de 2018.

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