Citando a Churchill y a un mártir cristiano: Así se despidió Varela de los trabajadores del Mineduc

Entregando consejos y destacando las políticas implementadas. Esos son dos de los ejes que marcan la carta de adiós enviada por el ahora ex ministro de Educación Gerardo Varela a los trabajadores del Mineduc.

En la misiva, el ex titular de la cartera que fue reemplazado el jueves por Marcela Cubillos en el primer cambio de gabinete en la segunda administración de Piñera, señaló que «he dejado pasar un par de días antes de escribirles para evitar que las emociones nublen el juicio».

«Ahora más tranquilo -dice en el texto al que tuvo acceso El Líbero- les dirijo estas palabras para agradecerles el apoyo, la buena gestión y sobretodo la camaradería con que compartían sus responsabilidades».

En la carta, Varela dejó varias frases muy llamativas. «Que mi experiencia les sirva, no hay atajos para el éxito en la vida», apunta el abogado quien ocupa una particular metáfora para ser mas claro: «Antes de subir el Aconcagua hay que haber subido el San Cristóbal; caminado el Manquehue y escalado el Plomo, sino la probabilidad de error por falta de experiencia se multiplica».

Junto a lo anterior, destaca que «hice lo mejor que pude y me voy satisfecho que en cinco meses» y apunta a los que considera los logros de su gestión:»aprobamos dos leyes, presentamos el nuevo curriculum de tres y cuatro medio, lanzamos el centro de innovación; preparamos un nuevo sistema de financiamiento de la educación superior».

Es por lo anterior que sostiene que «me voy contento porque todo eso lo hicimos con profesionalismo y responsabilidad pero sobre todo con alegría y sencillez», pese a que su paso por el ministerio estuvo marcada por al menos 5 momentos, a lo menos, desafortunados como sus dichos sobre los campeones y la sugerencia de realizar un bingo para resolver problemas de infraestructura en colegios.

«Muchos me reprocharon de no haberme defendido de tantos ataques», continúa diciendo antes de citar a uno de sus grandes referentes. «Ustedes saben que admiro a Winston Churchill y de las muchas enseñanzas que aprendí leyéndolo fue esa que dice, ‘nunca llegarás a tu destino si te detienes a tirarle piedras a todos los perros que te ladran'».

«Sigan ese consejo, si me hubiera parado ante cada ataque, en 5 meses no habríamos hecho todo el buen trabajo que hicimos», indica, junto con pedirle a los trabajadores del Ministerio que sigan «luchando por la libertad de educación y sobretodo porque las políticas educacionales nazcan de la evidencia y experienciay no del prejuicio y la ideología».

Finalmente, se despide echando mano a un mártir del cristianismo del siglo III. «Cuando nos reunimos por primera vez en mi casa, les dije que leyeran el discurso de San Crispín de Enrique V; espero que lo hayan hecho, porque los recordaré a todos como lo que fuimos: ‘una banda de hermanos'».