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Opinión

Ser trans en Chile más allá del Oscar

Por: Camila Castro Gutiérrez | Publicado: 09.03.2018
Ser trans en Chile más allá del Oscar una mujer fantastica | Daniela Vega como ‘Marina’ en Una Mujer Fantástica
¿Quiénes somos para prohibir que ciertos cuerpos se puedan habitar? ¿O para decidir quiénes pueden amar y a quiénes se puede amar? ¿Son acaso nuestros genitales los que definen quiénes somos? ¿Hasta dónde nos vamos a permitir como sociedad tildar de patológico lo que es diferente? ¿Es realmente ésta la sociedad que queremos construir?

Marina es una joven mesera y aspirante a cantante. Orlando, 20 años mayor que ella, es dueño de una imprenta. Marina y Orlando están enamorados y planean un futuro juntos. Luego de una noche de fiesta, Orlando no se siente bien. Marina lo lleva a urgencias, pero Orlando muere al llegar al hospital. Sin embargo, en lugar de poder hacer su duelo, Marina debe enfrentar las sospechas por su muerte. El doctor y la familia de Orlando desconfían de ella. Una detective la investiga. La ex esposa no la quiere en el funeral. Y es amenazada por el hijo mayor de Orlando quien quiere expulsarla de su departamento. Marina es una mujer transexual y para la familia de Orlando su identidad es una completa aberración.

En medio del triunfo de la cinta «Una Mujer Fantástica» en el extranjero, se reactiva el debate acerca de la necesidad de una ley de identidad de género en nuestro país. Ante esto el gobierno acaba de poner suma urgencia a la iniciativa que en 15 días deberá ser despachada por el Senado, buscando reconocer derechos de la población trans.

En palabras de la actriz, consultada sobre si la película en Chile podría impulsar una fuerza social, legal e incluso política, respondió: «Creo que el filme en lugar de responder a las cosas busca plantear preguntas. La película nos pide que pensemos sobre lo que estamos haciendo con este tiempo que tenemos ahora. ¿Cómo lo estamos gestionando para que las generaciones futuras puedan vivirlo mejor?».

Desde el lanzamiento de la película el año pasado se ha permitido ampliar el debate en lo público acerca de la realidad trans y la violencia que significa negar la existencia de otros cuerpos, problemática que hoy tienen miles de personas quienes esperan que los aplausos por el Oscar se transformen en un avance concreto en el congreso y en el país.

Pero ¿se acaba en esta ley el debate acaso? Las personas trans deben enfrentar a diario eventos violentos en diferentes ambientes. En la escuela, la familia, en la calle, medios de comunicación y por parte de diferentes personas, no es sólo porque no reconozcan su nombre o se priorice la manera en la que se ven, sino que va más allá. Por ejemplo, el no poder ser reconocidos como personas y negarles servicios de salud y atención por no querer y no saber cómo tratarles, un 96% se ha sentido discriminado en los servicios de salud.

Un 97% de las personas trans reconoció que al interior de las familias la violencia más común es: el cuestionamiento de su identidad. “Debe ser sólo una fase”, “¿cómo me haces esto a mí?”, suelen ser las respuestas que reciben a la hora de salir del clóset trans. El 42% se ha sentido ignorado por parte de su familia luego de decirles quiénes son. A un 36% de la población encuestada la han agredido verbalmente. Un 39% de las veces es la madre quien ejerce esta violencia y un 32% el padre.

Incluso más de la mitad de la población trans en Chile (56%) ha intentado quitarse la vida y un 84% de ese porcentaje declara haberlo intentado antes de los 18 años.

Esto según datos de la primera investigación independiente sobre la situación de personas trans y género disconforme en Chile. Tras dos años de trabajo investigativo, la encuesta arrojó inéditos resultados con relación a las situaciones que vive la comunidad trans y género disconforme en Chile, así como algunas de sus problemáticas, demandas, necesidades y expectativas.

¿Quiénes somos para prohibir que ciertos cuerpos se puedan habitar? ¿O para decidir quiénes pueden amar y a quiénes se puede amar? ¿Son acaso nuestros genitales los que definen quiénes somos? ¿Hasta dónde nos vamos a permitir como sociedad tildar de patológico lo que es diferente? ¿Es realmente ésta la sociedad que queremos construir?

A propósito del 8 de marzo, recogemos el espíritu de todas aquellas mujeres y personas quienes a lo largo de la historia han luchado por conquistar derechos y dignidad: para poder ser felices, para poder vivir tranquilas, para poder amar sin importar qué hay debajo de tu ropa. El llamado es avanzar en el reconocimiento de la realidad de las personas trans, donde sin duda el proyecto de identidad de género presenta un avance y un respaldo, hacia un Chile donde podamos vivir sin miedo a ser quienes somos, a amar a quien queramos y a expresar cómo nos sentimos, en resumen, un país donde citando a Rosa Luxemburgo “seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres”

Camila Castro Gutiérrez