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El ex ministro de las Culturas participó de un encuentro en La Moneda en 2011, donde habló de su supuesta juventud mirista y sus ideales. Todo quedó retratado en un artículo de El Mercurio.
El nombramiento de Mauricio Rojas como ministro de las Culturas se volvió un repentino dolor de cabeza para el gobierno, que esperaba ahorrarse estas polémicas ya sin la verborrea de Gerardo Varela en Educación.
Pero más que sus dichos actuales, son declaraciones pasadas las que han generado polémica en torno a Rojas, como su calificación del Museo de la Memoria como un «montaje».
En 2011, Rojas fue invitado La Moneda por el entonces ministro secretario general de la Presidencia, Cristián Larroulet, para exponer sobre la crisis europea en una edición de los llamados «Diálogos Bicentenario». El encuentro fue retratado por el cuerpo de Reportajes de El Mercurio de la época, que publicó algunas de las palabras del ex ministro de Cultura.
«Yo me acuerdo de cuando tenía 15 o 16 años, del poder que sentía por mi intelecto, por mi pasión, por mi voluntad. Miraba a mis amigos del barrio, de la escuela, y pensaba que eran seres humanos chiquititos, que estaban al lado de un mesías y no se habían dado cuenta. Hasta que un día dije ‘todos esos seres chiquititos da lo mismo que los matemos, porque son pequeñitos'», dijo ese jueves 24 de noviembre respecto a su juventud en el MIR, según consignó El Mercurio.
«Era un marxista beatlemaníaco. Un muchacho de clase media que entró a la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile, y que ya desde el Liceo de Aplicación se metió en la vorágine política propia de esos años», agregó en ese momento.
Rojas dijo en esa ocasión que no mantiene amigos ni fotos de ese momento de su vida. Vale recordar que su militancia en el movimiento ha sido puesta en duda por históricos dirigentes como Andrés Pascal.
«Yo era tan típico en estos aspectos… de estos jóvenes dispuestos a morir, de verdad. Quería destruir esta democracia por la violencia, porque la consideraba una democracia falsa», recordó el 2011.
El Mercurio también menciona el quiebre con su madre, algo que Pascal también dio cuenta en su entrevista con El Desconcierto.
La señora Juana Mullor era militante socialista y fue torturada en Villa Grimaldi. Y el «giro» político de Rojas termino por distanciarlo de ella. «De pronto voy yo y le digo que en todas esas ideas en las que habíamos creído tanto y por las cuales estuvimos dispuestos a dar la vida, había un germen del mal (…) «Cuando ha corrido sangre las cosas se ponen complicadas, y aquí corrió bastante sangre. Y cuando la sangre de los tuyos, de los cercanos, cualquier crítica que tú hagas -y la mía era una crítica brutal-, por supuesto que se hace muy difícil compartirlo».
En ese entonces, en pleno año de las movilizaciones estudiantiles, Rojas también comentó cómo veía al gobierno de Sebastián Piñera, al que aseguró que le «falta relato»: «Las centroderechas han sido malas para construir relatos, mientras que las centroizquierdas y las izquierdas han sido muy buenas para hacerlo. Especialmente el relato de que `nosotros somos los buenos y ustedes son los malos`, porque cuando has logrado crear ese relato, y los malos gobiernan, incluso si lo hacen bien, se los ve como ilegítimos».
Rojas en El Mercurio en noviembre de 2011
