Lo que está en juego en las elecciones de Revolución Democrática

Las próximas elecciones en Revolución Democrática (RD) serán determinantes para  escoger el camino que se utilizará para enfrentar el nuevo ciclo político en el que estamos entrando, donde la frágil democracia que se ha construido desde el período de la transición  se encuentra ante una serie de problemas de difícil solución. Los peligros del populismo de derecha son latentes con una creciente exaltación de símbolos autoritarios anti establishment que surgen como reacción a la política de los consensos y a los discursos de lo “políticamente correcto”. Nos parece que este fenómeno es causado en parte por la crisis de la representación que se consolida como reacción ante la política de los acuerdos en Chile, cuando las estrategias de “centro” borraron las características distintivas de los partidos tradicionales de derecha e izquierda.

En este contexto, se precipitó el fenómeno de la desafección entre la ciudadanía y sus representantes, que generó una incredulidad ante el sistema político y el rechazo de los partidos tradicionales. Este escepticismo se debe en gran medida a que la confrontación política se basó exclusivamente en la competición entre maquinarias electorales que se movían dentro del mismo marco ideológico, imposibilitando la participación democrática de la gran mayoría de la sociedad debido a la inexistencia de una alternativa política diferenciada. Esto sumado a que en gran medida este consenso se mantuvo gracias a un financiamiento ilegal de la política que no distinguía entre el color de los partidos, creando una corrupción generalizada del sistema que ha repercutido negativamente en la imagen que la población tiene de los partidos.

Tras la activación del mundo estudiantil en las protestas del 2011 emergió un poder social ante esta política de los acuerdos, de este escenario surgieron una serie de movimientos políticos que al poco andar comprendieron que la manera más eficaz para cambiar el sistema es desde las instituciones a través del Frente Amplio (FA). En este contexto, Revolución Democrática se ha caracterizado por potenciar la identidad de una nueva izquierda radicalmente democrática, que busca establecer un socialismo democrático que vuelva a poner en el centro de la deliberación política a la soberanía popular. Pensamos que este capital político -que se ha consolidado gracias al trabajo de miles de militantes en todo Chile- está en juego en las próximas elecciones internas de RD, debido a que existen visiones contrapuestas en relación a cuál debe ser el domicilio político de nuestro Partido que nos ponen en un dilema en relación a cómo afrontar los próximos desafíos.

Pensamos que la lista que lidera la diputada de Antofagasta Catalina Pérez es la que mejor puede afrontar este nuevo contexto político, ya que tiene la convicción de que el camino correcto que debe seguir RD es el de un partido que fomente el fortalecimiento del FA, asegurando la profundización del proceso democratizador que se inició en las movilizaciones estudiantiles del 2011 y que nos posibilitará finalizar de una vez por todas el período de la transición. Este proyecto colectivo nos propone no abandonar el sentido común y la principal razón por la que en algún momento vimos en este partido una nueva alternativa de militancia que se diferenciara de aquella centro-izquierda neoliberal de la cual somos críticos,  y así poder seguir construyendo un proyecto con una identidad propia que nos permita ser un adversario adecuado para enfrentar el nuevo ciclo político y frenar el avance del populismo de derecha.