Jair Bolsonaro busca mejorar las escuelas públicas de Brasil con la presencia de policías

Los cambios del presidente Jair Bolsonaro se hacen sentir en las escuelas de brasil. Al regreso de sus vacaciones, los estudiantes de algunos establecimientos públicos se encontraron con docenas de policías uniformados en sus patios. Armados, los agentes ordenaron hacer filas en el patio y anunciaron nuevas reglas.

El enfoque educativo militar es uno de los rasgos más visibles de la administración Bolsonaro. En 2015, un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ubicó a Brasil entre los últimos puestos por desempeño educativo. Por ello, durante la campaña, el ultraderechista prometió mejorar la situación de las escuelas, aunque a su propio modo.

Algunos de los recintos dirigidos por la policía siguen el modelo de las instituciones militares. Según informa la agencia AP, aunque la educación sigue a cargo del Ministerio de Educación, son los uniformados quienes revisan la disciplina y el cumplimiento de los nuevos códigos de conducta. La inclusión al programa es votada por la comunidad.

La iniciativa forma parte de un plan que Bolsonaro pretende implementar en los centros de todo el país, incorporando al menos otros 36 centros a fines de este año. El peligro de una adaptación masiva preocupa a los expertos en educación: cuestionan su modelo excluyente, que va contra el concepto del sistema público, gratuito y abierto. También critican la introducción de armas en las escuelas.

A la vez, el gobierno brasileño pretende realizar otros cambios en la educación pública, a la que han tildado de estar dominada de una «ideología marxista». De hecho, el Ministerio de Educación ya apuntó una revisión de los textos escolares de historia para cambiar la denominación de la dictadura que rigió al país entre 1964 y 1985 como un «régimen democrático de fuerza». Además, buscan eliminar las referencias a la homosexualidad, el feminismo y la violencia contra las mujeres. El presidente incluso sugirió que podrían eliminar el financiamiento para contenidos de sociología y filosofía.

A los cuestionamientos se suma la preocupación por la violencia en los reglamentos que rigen a los estudiantes. En un video reciente registrado por el sitio G1 se ve a agentes interviniendo una pelea en el gimnasio de un colegio, mientras un policía golpea a un estudiante en el suelo.