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Opinión

Cambio de gabinete: La soberbia del gobierno continúa

Por: Francisco Mendez | Publicado: 14.06.2019
Quienes tampoco asumieron ningún costo, y evidencian la soberbia de quienes ocupan palacio, son los miembros del equipo político. Ni Gonzalo Blumel, ni Andrés Chadwick, y mucho menos Cecilia Pérez, se movieron de sus puestos. Aunque todos fracasen día a día en la tarea que deben cumplir, siguen ahí, inamovibles, respaldando a Sebastián Piñera en cada una de sus curiosas ideas, sin hacer una sola crítica a la actitud eternamente transitoria del mandatario, embarcándose con él en cada uno de sus emprendimientos, sin mostrar ni un poco de articulación.

Es bastante increíble la soberbia de este gobierno. Nunca tiene la culpa de nada, todo es problema de lo externo, lo que está afuera, lo que quiso hacerle daño en su eterno intento de sus ministros por levantar a Chile de una catástrofe que se inventaron y hasta se creyeron. La prueba de esto es el cambio de gabinete que se llevó a cabo en La Moneda. Nada cambió sustancialmente. Salvo la salida de José Ramón Valente y Roberto Ampuero, nada más pasó.

Quien salió ganando fue claramente Alfredo Moreno. En momentos en que esta administración está siendo desaprobada por sus aliados del CEP,  el ex mandamás de la CPC fue cambiado desde el Ministerio de Desarrollo Social al de Obras Públicas, para cortar cintas y lucirse un rato. Hay que recordar que es el favorito del Presidente, por lo que no asume costos, aunque su gestión en La Araucanía haya fracasado estruendosamente.

Quienes tampoco asumieron ningún costo, y evidencian la soberbia de quienes ocupan palacio, son los miembros del equipo político. Ni Gonzalo Blumel, ni Andrés Chadwick, y mucho menos Cecilia Pérez, se movieron de sus puestos. Aunque todos fracasen día a día en la tarea que deben cumplir, siguen ahí, inamovibles, respaldando a Sebastián Piñera en cada una de sus curiosas ideas, sin hacer una sola crítica a la actitud eternamente transitoria del mandatario, embarcándose con él en cada uno de sus emprendimientos, sin mostrar ni un poco de articulación.

Y es que eso es lo que le gusta al líder de Chile Vamos. No le agradan quienes piensan más que él, sino quienes lo aplauden. Por más que Chadwick sea un político con experiencia en las transacciones de la transición, lo cierto es que no ha demostrado ese supuesto talento al momento de gobernar y hacer política. Por el contrario, cualquier intento de demostrar cierto perfil de hombre de Estado se ha visto truncado por su nulo compromiso con la responsabilidad política de la que tanto habla.

Pero si se habla de responsabilidad, Cecilia Pérez es tal vez la más irresponsable del gabinete. Sus vocerías son el despliegue de la irresponsabilidad. Sus puntos de prensa son una trinchera desde la que ataca a un adversario inexistente, culpándolo de cosas que son evidentemente culpa de esta administración. Cualquier pequeño conflicto político es un intento, según ella, de empañar el virtuoso y luminoso trabajo de este gobierno. Todo es maldad, malas intenciones y no diferencias de ideas. Porque, claro, ellos no tienen ideas, solo defienden “lo real”, lo que “debe ser” lo que es “evidente” según el discurso ideológico que niegan tener, pero que aparece en todo lo que hacen.

¿Y Blumel? Bueno, el ministro encargado de hablar con el Congreso no ha logrado nada. Si bien su tono es agradable para cierto progresismo fácil de encariñarse, lo concreto es que, aparte de lograr cierto acuerdo con democratacristianos desesperados por diferenciarse en medio de la nada, su trabajo ha sido bien deficiente para lo que La Moneda quiere lograr. La famosa retórica de los acuerdos no es nada más que lo que siempre se supo que era: la imposición de ciertas iniciativas de parte de un gobierno que tiene minoría en el Legislativo.

Para qué hablar de Marcela Cubillos, ella debió salir hace mucho rato debido a la forma  en que trató de hacer una gira publicitaria con Admisión Justa. Pero bueno, no es más que la máxima expresión de la insistencia de la derecha por probar un punto, por decirnos que tiene la razón. Porque esa es la principal razón por la que postulan al gobierno quienes hoy están en Palacio: quieren decirnos que ellos son los dueños no solo de lo material, sino también del “sentido común”. ¿Habrá algo más soberbio?

Francisco Mendez