Avisos Legales
Opinión

When They See Us: la enorme paradoja de la criminalización

Por: Francisco Trejo | Publicado: 01.07.2019
When They See Us: la enorme paradoja de la criminalización us | CENTRAL PARK 5
Hace un par de semanas la cadena reina del entretenimiento por streaming Netflix estrenó su más reciente producción original, When They See Us. La miniserie de 4 capítulos nos retrata la vida de 5 jóvenes afroamericanos que fueron acusados y sentenciados injustamente por la violación de una mujer en pleno Central Park. Esta historia real pone en jaque una vez más al sistema judicial estadounidense y es un balde de agua fría para nuestra realidad chilena.

Se podría decir que Antron, Kevin, Yusef, Raymond y Korey simplemente estaban en el lugar y en el momento equivocado, pero se trata de mucho más que eso. Dentro de casi una treintena de jóvenes que estaban reunidos en pleno corazón de Nueva York fueron ellos los elegidos por la policía para ser interrogados y coaccionados para emitir testimonios que los tuvieron presos por más de 12 años. ¿Por qué ellos?, por su color de piel y su origen étnico.

Linda Fairstein, la fiscal de la época sabía que no había pruebas suficientes para encarcelar a los jóvenes por lo que distintos detalles de los acontecimientos fueron modificados para que calzaran con la historia que la fiscalía había creado para poder encarcelar a los adolescentes. Años más tarde, Fairstein tuvo la opción de remediar su decisión, prefirió no hacerlo, con todo lo que eso implicaba.

No fue la buena voluntad de las autoridades, ni nuevas pruebas las que permitieron que los chicos pudieran salir libres, sino el testimonio de otro preso, Matías Reyes, quien confesó una decena de violaciones repartidas por la ciudad que nunca duerme. $41 millones de dólares, esa fue la cifra que el Estado de Nueva York tuvo que pagarle a los famosos “5 de Central Park”, luego de que estos sufrieran diversos tipos de agresiones en prisión, la lejanía de su familia o más importante aún, la pérdida de su juventud.

Por más de lo que se podría pensar nuestro país no está tan lejos de estas realidades, basta no más con revisar el reciente Caso Catrillanca, donde Carabineros de Chile disparó a sangre fría y acabó con la vida de un hombre que hasta el día de hoy no se ha podido probar con exactitud cuál fue el delito que, según las fuerzas policiales, estaba cometiendo.

Al igual que en Harlem, fueron miles las protestas que se iniciaron debido al asesinato del comunero en la Araucanía, unos que fueron altamente reprimidos por la policía. El ministro del interior, Andrés Chadwick, fue categórico al decir que “lamentamos profundamente la muerte de Camilo Catrillanca […] No queremos y esperamos que nunca muera un joven producto de la violencia, de un delito común«.

Según indica la declaración a la Fiscalía del general de Carabineros R Mauro Victtoriano, Chadwick había sido informado desde un principio que el comunero mapuche se encontraba desarmado y que el “enfrentamiento armado” entre fuerzas policiales y los denominados “antisociales” no había existido. Con estos datos y la liberación de nuevas pruebas que desmienten la versión de las autoridades, ¿qué separa a Chadwick de Linda Fairstein?

Este caso sumado a los nuevos proyectos de ley como el que permite el control de identidad a menores de edad, Aula Segura o la misma existencia del controversial Comando Jungla en la Araucanía ponen en evidencia que la fabricación de montajes está más vigente que nunca. Son miles los kilómetros que nos separan de Estados Unidos pero el odio y el racismo son compartidos por los cuerpos policiales de ambas naciones, y son igual de letales contra sus ciudadanos en norte y en sur de América.

A diferencia de lo ocurrido en Nueva York, en Chile Camilo Catrillanca no fue encarcelado sino que fue asesinado a sangre fría. Esto nos levanta la pregunta de cuántos más como él se han visto criminalizados de manera injustificada o más preocupante aún, ¿cuántos casos similares se han llevado a cabo y no lo sabemos?

Francisco Trejo