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VIH en tiempos de coronavirus: la incertidumbre de la población seropositiva

Por: Claudio Pizarro | Publicado: 31.03.2020
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Aunque organismos internacionales, como ONUSIDA, indican que no existen pruebas contundentes para afirmar que las personas que viven con VIH son más propensas a contraer el virus COVID-19, diversos expertos insisten en que es preciso adoptar las medidas correspondientes para evitar posibles contagios y asegurar suministros médicos para tratamientos antirretrovirales, frente a posibles cuarentenas totales. En Chile, la situación no ha dejado indiferente a nadie, menos a las agrupaciones chilenas que velan por la salud de la población seropositiva. Desde sus hogares, acusan “desinformación” por parte del Ministerio de Salud y critican la lenta gestión del gobierno para enfrentar la pandemia.

Antes de que se confirmara el primer contagiado por COVID-19 en la ciudad de Iquique, región de Tarapacá, Felipe Díaz (38) entró por decisión personal a cuarentena preventiva. Su “disciplina”, dice, lo mantiene cumpliendo las restricciones para evitar contraer el virus. Y se lo toma en serio. “Tal como cuando fui detectado de VIH hace algunos años atrás”, añade.

Felipe es activista seropositivo y colabora hace algún tiempo con la campaña de prevención de la Oficina de Salud Sexual de la Municipalidad de Iquique. Durante los primeros días, tras ser decretado el Estado de Catástrofe y más tarde el toque de queda por el presidente Sebastián Piñera, se preocupó de vacunarse contra la influenza y de atender las decenas de inquietudes de quienes le escriben diariamente a su WhatsApp y redes sociales.

Muchos jóvenes han empezado a preguntarme sobre qué ocurrirá con las horas médicas, qué sucederá con el tratamiento, qué pasará si se cierran las fronteras regionales. Qué pasa si hay cuarentena nacional. Son decisiones extremas que tienen también efectos colaterales. Y toda esa información no está resuelta”, dice Felipe.

Tal como otras poblaciones de riesgo, entre ellos enfermos crónicos y adultos mayores, quienes viven con VIH no cuentan con información oficial que los oriente y más allá de la probabilidad de contagiarse, la eventualidad de descontinuar sus tratamientos antirretrovirales es una preocupación, sobre todo ante un eventual desabastecimiento de medicamentos. Por otra lado, algunos centros de salud del país -según pudo constatar El Desconcierto- han suspendido las atenciones médicas, exámenes de rutina y la realización de tests rápidos para detectar el Virus de Inmunodeficiencia Adquirida.

Paolo Henríquez (27), es periodista y paciente seropositivo del Hospital Carlos Van Buren de Valparaíso. Un mes antes de que el COVID-19 alertara al gobierno, el joven asistió a su consulta médica de rutina y fue su médico tratante quien le recordó chequearse como lo hace cada seis meses. Entonces, pidió su hora para realizarse exámenes a fines de marzo, pero la crisis sanitaria cambió irremediablemente los planes. “Están canceladas las citas médicas, los exámenes para verificar el conteo CD4, para saber si es que sigo indetectable y también otros exámenes para ver si hay otras enfermedades como hepatitis o sífilis. Me dijeron que se aplaza hasta nuevo aviso y solo se entrega la medicación mensual”, cuenta Henríquez.

Ese “nuevo aviso” podría tardar semanas.  La situación se ha vuelto crítica en los distintos centros de salud del país, sin embargo, la tranquilidad, dice Paolo, está en seguir tomando su terapia antirretroviral (TARV) al pie de la letra: “con eso es muy probable que mi situación no varíe”. Quiénes no se encuentran en el mismo escenario son las personas que viven con VIH con un CD4 (Glóbulos blancos) menor a 500, y que están más propensas a contraer otro tipo de enfermedades por las deficiencias de su sistema inmunológico.

Camilo Tapia (30), integrante del Círculo de Estudiantes Viviendo con VIH (CEVVIH) indica que gran parte de la población se encuentra hoy indetectable y que por lo tanto la mayor preocupación está en la personas “que están sobre los sesenta años y que no solo viven con VIH, sino que también con hipertensión y diabetes que son problemas que trajeron los primeros tratamientos antirretrovirales a nuestra población”.

Por su parte, Iancu Cordescu, director ejecutivo de la Fundación Chile Positivo, considera de gran relevancia mantener una “vigilancia epidemiológica” sobre la población de mayor riesgo y que las autoridades deben tomar medidas para garantizar sus cuidados.

“El Ministerio de Desarrollo Social en coordinación con el Minsal deberían ampliar la oferta de protección social a quienes estén en etapa sida, y también para aquellas personas que, aunque no estén en esta etapa, sean muy vulnerables y alcancen esa etapa rápidamente. Por ejemplo, la nutrición es fundamental en una persona seropositiva y una mala alimentación afectará su sistema inmunológico haciéndola más propensa a otras infecciones”, afirma Cordescu.

La pandemia que preocupaba a Chile antes del Coronavirus

En la actualidad, Chile forma parte del ranking de los diez países con más personas infectadas por VIH, entre 2010 y 2018. Según ONUSIDA, 71.000 personas viven con el virus en el país, y de ellas solo 61.660, es decir, el 87%, ha sido debidamente diagnosticadas. Cifras alarmantes que llevaron al Ministerio de Salud, a inicios de diciembre del año pasado, a poner en marcha la campaña preventiva “#Es positivo saber”. Basándose en las recomendaciones que realizó el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida, el Minsal busca alcanzar la meta 90-90-90 que consiste en que un 90% de personas que viven con VIH conozcan su estado, 90% esté al día con sus tratamientos y que el 90% de los casos tenga una carga viral indetectable.

Un desafío que fue planteado por el ministro de Salud, Jaime Mañalich, y que debería cumplirse en diciembre de este año. Sin embargo, la atención de las autoridades, y particularmente la del Minsal, hoy está centrada en el avance de la pandemia que ya cobró la vida de 0cho personas y suma más de 2.449  contagiados en todo el país.

A juicio de Camilo Tapia, qué vive hace ocho años con VIH y lleva adelante un tratamiento hace seis, el avance del Coronavirus en el país “no tiene nada parecido al VIH más que el estigma social”, y pondrá en aprietos a las unidades de inmunología e infectología “porque al tratarse de dos virus, es muy probable de que el personal se vea sobrepasado”.

Imagen referencial.

Al mismo tiempo, el integrante del CEVVIH considera que las autoridades no han tomado en cuenta a la población seropositiva y que los profesionales de la salud están actuando de acuerdo a sus propias posibilidades. “He conversado con farmacéuticos y con matrones, y en realidad me comentan que no existe una formación que baje desde el Ministerio (de Salud). Ha tenido que ser todo autodidacta o han sido los propios trabajadores quienes han adoptado medidas, pero no hay nada oficial que rija a todas las unidades de inmunología”.

Para la doctora e inmunóloga de la Universidad de Chile, Mercedes López, quién ha monitoreado el avance del Coronavirus en el país, es vital que el Minsal “mantenga el control de los individuos que viven con VIH. “La mayoría de las personas que viven con VIH están asintomáticos, por lo tanto, podrían ser controlados por tele consultas. No es necesario que acudan a los centros hospitalarios. Y lo segundo, es asegurar las terapias antirretrovirales”, afirma.

Cordón Sanitario

Luis Brown (38) es mexicano, vive en Chillán y lleva tres días comunicándose con la farmacia del Hospital Regional de Concepción, recinto en el que se atiende desde que llegó a Chile, sin obtener respuesta.  El martes 23 de marzo le dijeron que lo esperarían en dos días más para que retirara su terapia antirretroviral, la que requiere para mantenerse indetectable. Tuvo que tomar precauciones porque desde el pasado lunes que Chillán está bajo cordón sanitario, que implica el resguardo de 12 puntos claves de la ciudad, por parte de militares y carabineros. La orden que emanó desde el Ministerio de Salud y la Intendencia fue clara: “nadie entra y nadie sale”. Pese a ello, Luis fue en busca de sus medicamentos, pero no hubo forma de cruzar el cordón con destino a Concepción.

“Carabineros me dijo que no podían autorizarme, que ni ellos sabían quien daba los permisos. No me dejaron salir porque solo se están dejando pasar a quienes están autorizados para que no caiga la cadena de abastecimiento”, relata Luis. Los funcionarios policiales le sugirieron ir a la Seremi de Salud a solicitar un permiso, sin embargo, un letrero a las afueras del lugar lo alertó de la cuarentena que lleva el servicio hace algunos días. Marta Bravo, seremi de Salud de la región de Ñuble, podría ser una de las contagiadas por COVID-19 al confirmarse el estado grave en el que se encuentra el director de Salud, Ricardo Sánchez Opazo, quién contrajo el virus y presentó síntomas el fin de semana pasado.

Al cierre de este reportaje, Luis no había encontrado la forma de salir de Chillán, mientras que desde el Hospital Regional de Concepción no volvió a obtener respuesta. Confiesa estar “desesperado”, pues sus medicamentos se terminarán dentro de pocos días y de no conseguir una nueva dosis su tratamiento antirretroviral podría entrar en receso. “Yo espero que el Ministerio de Salud y la Seremi puedan trasladar nuestros medicamentos a algún centro de salud de Chillán o que bien se contacten con nosotros para que nos los hagan llegar a nuestras casas. Necesito con urgencia esos medicamentos y es peligroso para nosotros exponernos en las calles”, sentencia Brown.

Ya no tendrá que hacerlo. Gracias a las gestiones de la Fundación Chile Positivo, Luis podrá retirar en los próximos días sus medicamentos en el hospital Herminda Martín de Chillán.

Falta de protocolos

Hasta el miércoles 24 de marzo, día en el que fue publicado el Protocolo de Manejo de Contactos de Casos COVID-19 Fase 4, los centros de salud consultados por El Desconcierto estaban actuando de acuerdo a principios trazados por ellos mismos. Según establece el protocolo del Minsal -documento que llegó a las manos de los profesionales de la salud ocho días después de que el ministro Mañalich alertara sobre el ingreso a la última fase de la pandemia- las “personas con un sistema inmunitario disminuido como resultado de afecciones como infección por VIH”, forman parte de la población de alto riesgo, sin embargo, no se entregan recomendaciones especiales para el tratamiento de estos casos.

Las advertencias frente a la pandemia y las directrices necesarias para abordarla -aseguran las personas seropositivas consultadas para este reportaje- han provenido desde instituciones y organizaciones de la sociedad civil. Una guía completa lanzó hace algunas semanas ONUSIDA con el objetivo de instar a los gobiernos a implementar medidas que van desde “la dispensación multimestral de tres meses de medicamentos contra el VIH para la mayoría de las personas en visitas de rutina”, hasta el aseguramiento y atención de “la población clave” como lo son personas que ocupan drogas, quienes ejercen el trabajo sexual, homosexuales, las personas transgénero y los prisioneros, asegurándoles “los medios esenciales para prevenir la infección por el VIH”.

En conversación con El Desconcierto, la doctora e inmunóloga de la Universidad de Chile, Mercedes López, comenta que la estrategia que ha utilizado el gobierno para enfrentar el avance del Coronavirus en Chile mantiene los “mismos errores” cometidos en las campañas de VIH. “Hay dos visiones de sociedad que hoy están conviviendo en Chile, y parece ser una batalla campal donde prima lo económico y por otra parte el bienestar de los ciudadanos. El gobierno ha demostrado que no sabe organizar un Estado y lo que pasa con la propagación del VIH es parte del desorden y la falta de liderazgo absoluto que está teniendo actualmente el ministerio con respecto a la pandemia”, sentencia López.

Según indica la inmunóloga, la crisis sanitaria demuestra una concepción “darwinista” de la sociedad, donde “quienes no encajan, no están de acuerdo o están enfermos, tienen que ser dejados de lado. Son gente que sobra para el Estado. Y esa es una mirada que también tiene este gobierno sobre la población que vive con VIH.”.

Consultado por El Desconcierto, el Ministerio de Salud hizo llegar a este medio un listado de medidas que por estos días -según afirman- circula entre los funcionarios que trabajan en las redes asistenciales del país. El instructivo indica que se “mantendrá la disponibilidad de la vacuna anti-influenza y neumocócica para las personas con VIH”, “se priorizará la atención de embarazadas y personas sin Tratamiento Antirretroviral y por consulta espontánea de morbilidad general y respiratoria” y que la entrega de medicamentos y preservativos está garantizada. 

“Los medicamentos del plan VIH no se tocan”

Frente a la contingencia, el Hospital San Borja, lugar en el que opera la Fundación Arriarán con años de trayectoria en el tratamiento de pacientes VIH, y el Hospital San Juan de Dios han hecho entrega de los medicamentos a sus consultantes para un periodo de dos meses. Una medida que debería replicarse en los diversos centros de salud del país tras publicarse, el 25 de marzo en el Diario Oficial, la modificación al Decreto N°4 que autoriza, entre otras disposiciones, a la red pública y privada a prescribir a pacientes crónicos las dosis de medicamentos “para hasta tres meses, siempre que las condiciones de dispensación, conservación o suministre del medicamento lo permitan”.

Francisco Lam, coordinador del Programa de VIH de la Central de Abastecimiento del Sistema Nacional Servicio de Salud (CENABAST), asegura que el servicio cuenta con los medicamentos suficientes para tratar a las personas con VIH y que “a petición del Ministerio de Salud hemos tomado contacto con los proveedores para satisfacer la demanda para tres meses”.

Son 34 medicamentos antirretrovirales, que en total suman 2.400.000 unidades y que deberían comenzar a distribuirse a lo largo del país para dar cobertura a lo establecido por el decreto firmado por el Ministerio de Salud. “En este momento estamos haciendo las cargas de estas cantidades para poder distribuirlas a los centros de salud”, sentencia Lam.

El Desconcierto tomó contacto con las farmacias de distintos centros asistenciales de salud del país para verificar si es que la entrega de stock para responder a la demanda por tres meses se concretó. Desde el Hospital Carlos Van Buren, en Valparaíso, indicaron que “hay stock, pero no para tres meses. Y tampoco sabemos si va a llegar en un dos semanas o en un mes. Queremos cumplir el decreto, pero con algunos medicamentos VIH simplemente no se puede”.

Hace algunas semanas, la Organización Mundial de la Salud (OMS), en conjunto con diez países asociados, puso en marcha el plan “Solidarity” que consiste en estudiar cuatro fármacos utilizados para otros tratamientos, pero que eventualmente servirían para hacerle frente al Coronavirus. Dos de ellos, Ritonavir y Lopinavir, son suministrados a personas que viven con VIH.

Si bien, estas pruebas son alentadoras, la inmunóloga Mercedes López cree necesario tomar resguardos que no dejen en vulnerabilidad a la población seropositiva y que “eso se hace abasteciéndose de medicamentos que hoy sirven para el VIH, pero que eventualmente lo podrían requerir otros enfermos en cuidados intensivos”.

“A mí lo que me asusta es que, tensionado el sistema de salud, suceda lo que está haciendo Italia, que se llama Triaje: decidir entre pacientes quien tiene mayor probabilidad de sobre vida para, finalmente, desarrollar el tratamiento. Y todos sabemos que, frente a esta decisión, si tú te enfrentas a un hombre de cuarenta años, sano, sin patología previa, y un hombre de cuarenta años, VIH positivo, las condiciones no son las mismas”, sentencia López.

Frente a esta inquietud, Francisco Lam de la CENABAST sostiene que “los medicamentos del programa de VIH no se tocan”.  “Si existen necesidades futuras que puedan traer estas terapias complementarias de uso de antirretrovirales para combatir el COVID-19 eso no depende de nosotros. Debe hacerlo el Ministerio de Salud por parte de la línea de intermediación, nosotros calculamos para el programa de VIH”, comenta Lam.

Según indicaron desde el Ministerio de Salud “se están tomando medidas” que van en la línea de proteger a la población que vive con VIH en Chile, información que debería socializarse pronto a través de las redes de comunicación de la autoridad sanitaria. Pese a esto, Iancu Cordescu, sostiene que aún esperan una “actitud más proactiva del Programa de VIH del Ministerio, con criterios universales, y que sean comunicados a las organizaciones civiles que somos quienes tenemos la oportunidad de llegar más rápidamente a las personas seropositivas para informarles sobre la contingencia”.

*Desde Fundación Chile Positivo hicieron llegar a El Desconcierto un formulario en el que las personas que viven con VIH pueden denunciar vulneraciones a sus derechos https://bit.ly/3ap9Pk6

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