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Del agronegocio a la agroecología: producción agrícola, escasez hídrica y construcción de alternativa

Por: Francisca Fernández, Nicolás Quiroz Sandivari, Lucía Sepúlveda y Camila Zárate | Publicado: 16.04.2020
Del agronegocio a la agroecología: producción agrícola, escasez hídrica y construcción de alternativa | Fuente: Agencia Uno
Entre el 2010 y 2016 el Estado de Chile gastó 92 mil millones de pesos para el arriendo de camiones aljibe que abastecieron a 400.000 personas que se encontraban en una situación de escases hídrica (Arellano, 2017). Para paliar lo descrito, diversos empresarios y agentes púbicos hablan de carreteras hídricas, trasvasije de cuencas, y recarga artificial de acuíferos, sin embargo en estas aseveraciones se mantiene la lógica extractivista de despojo del agua para satisfacer las necesidades industriales a costa de los territorios.

En este escrito abordaremos la situación actual agrícola de escasez hídrica considerando lo acontecido en las provincias de Maipo y Petorca, a partir de la problematización en torno a la producción, el almacenaje y el procesamiento de productos agrícolas por parte de empresas extractivas. Posteriormente se caracterizarán algunas experiencias agroecológicas por parte de organizaciones que conforman el zonal centro del Movimiento por el Agua y los Territorios-MAT, a modo de construcción de alternativas al agronegocio mediante la recuperación de prácticas agrícolas sostenibles.

La privatización del agua en Chile

Actualmente en los medios de comunicación se ha posicionado con fuerza declaraciones de “emergencia agrícola”, decretos de “escasez hídrica”, sobre todo en la zona central del país, así como las crecientes cifras de mortandad de animales, por falta de agua y forraje. Entre el 2010 y 2016 el Estado de Chile gastó 92 mil millones de pesos para el arriendo de camiones aljibe que abastecieron a 400.000 personas que se encontraban en una situación de escases hídrica (Arellano, 2017). Para paliar lo descrito, diversos empresarios y agentes púbicos hablan de carreteras hídricas, trasvasije de cuencas, y recarga artificial de acuíferos, sin embargo en estas aseveraciones se mantiene la lógica extractivista de despojo del agua para satisfacer las necesidades industriales a costa de los territorios.

Del total de agua disponible en el territorio nacional, se estima que el 82% es utilizado por el sector agropecuario, un 7% por el área industrial, un 3% en minería y un 8% es utilizado para los servicios de agua potable y saneamiento (DGA, 2016). Por lo tanto, no es posible abordar la crisis hídrica en Chile sin cuestionar el agronegocio ni el Código de Aguas de 1981, que reconoció el carácter de bien nacional de uso público del agua pero que consagró el otorgamiento por parte del Estado, y a perpetuidad, de los derechos de aprovechamiento a entidades privadas (empresarios mineros, forestales y agroindustriales). La entrega se realizó sin ninguna consideración respecto de la capacidad de recarga hídrica natural de los acuíferos. El sobre-otorgamiento de derechos de aprovechamiento de aguas supera más de 6 veces la extracción actual del elemento vital a nivel nacional (Escenarios Hídricos 2030, 2019). Es así que 110 acuíferos de Chile se encuentran actualmente con una demanda comprometida superior a su recarga (Escenarios Hídricos 2030, 2018).

Escasez hídrica, monocultivo y agrotóxicos

El modelo de producción campesina local se ha visto modificado en las últimas décadas con la privatización de la tierra y las aguas y la reconversión de su economía a una producción basada en el monocultivo, bajo el uso de insumos externos como agrotóxicos y fertilizantes sintéticos.

En la provincia de Maipo, específicamente en la comuna y ciudad de Paine, en 1998 se instala la primera planta de semillas de maíz de exportación,  ANASAC, ampliándose en dos oportunidades para seleccionar semillas híbridas y transgénicas de maíz y soya. El 2010 esta planta es comprada  por Monsanto, siendo ampliada en el 2017 con semillas transgénicas de canola (también llamada colza o raps), sin existir una real evaluación del impacto ambiental del procesamiento de estas 48.000 toneladas de semillas respecto de riesgos para el ambiente, contaminación de la semilla tradicional, pérdida de biodiversidad y daños para la salud de las personas (RAP-AL, 2019).

En el 2018, la Fiscalía Nacional Económica de Chile aprueba la fusión de Monsanto y Bayer, absorbiendo diversos agronegocios de Monsanto en Paine, Melipilla, Graneros, y las bodegas de plaguicidas de Bayer ubicadas en distintas regiones (RAP-AL, 2019).

La planta de semillas de mayor tamaño está en Viluco (Buin, RM), de venta de semillas de hortaliza, la cual fue inaugurada con presencia de autoridades de gobierno en septiembre de 2018,  bajo el nombre de “Demand Fulfillment”.

A su vez existe un uso intensivo en estos mismos territorios del glifosato, el cual ha sido prohibido a nivel internacional pero que en Chile se sigue utilizando siendo registrado con etiqueta verde, a pesar de los casos de cáncer, malformaciones y pérdida de biodiversidad ya registrados –por ejemplo las malformaciones congénitas que se están presentando en Aguila Sur, una de las áreas rurales impactadas.

En cuanto a la provincia de Petorca, ésta se ha visto impactada por el monocultivo principalmente de paltos, siendo el principal causante del agotamiento del agua para la actividad agrícola, el consumo humano y para la mantención de los caudales ecológicos.

En esta provincia este tipo de monocultivo vino a intensificar el proceso de concentración de la tierra que se venía dando desde 1990, y reconvertir la actividad exportadora de cereales hacia la palta, convirtiéndose la región en una de las exportadoras a nivel mundial de este producto y expandiéndose en zonas no tradicionales de cultivo, lugares de secano (Murray, 1997), mediante la instalación de sistemas de riego de gran complejidad. Esta expansión generó el abandono de otras prácticas productivas, como la criancería o ganadería de caprinos (Bolados, Henríquez y Ceruti, 2017).

Cabe destacar que en la cuenca del río Petorca, en 1997 las aguas superficiales fueron decretadas como agotadas y el 2004 sus aguas subterráneas fueron restringidas para explotación. En el 2012 fue decretada como “zona de escasez hídrica”.

Movilización y política territorial

Ante el escenario de acaparamiento y usurpación de las aguas, el monocultivo y el agronegocio, surgen diversas iniciativas que se encuentran articuladas en el Movimiento por el Agua y los Territorios- MAT, con más de siete años de existencia y con presencia a nivel plurinacional, siendo su principal demanda la derogación del Código de Aguas, a través de la creación de un nuevo cuerpo normativo en que se reconozca el agua como derecho humano y a su vez como derecho de la naturaleza.

En Paine surge el Comité por la Defensa de Paine, instancia que se moviliza ante la instalación y expansión de Monsanto, y la creciente escasez hídrica en la zona, pero también para posicionar la agroecología como alternativa posible al agronegocio y al uso de plaguicidas, desde la sostenibilidad ecológica del sistema de producción campesino.

En el valle de Petorca se encuentra la Escuela de Agroecología Germinar, parte de la Confederación de Pequeños Productores y Campesinos de Chile (CONAPROCH), la cual a su vez integra la CLOC Vía Campesina, que adscribe a un proyecto común de desarrollo de la soberanía alimentaria en los territorios. Como escuela se plantea como objetivo un proceso de transición agroecológica como alternativa ante el monopolio de la agroindustria, a partir de la restauración de los ecosistemas.

Esta experiencia de construcción territorial busca implementar nuevas formas de comercialización para enfrentar el modelo exportador, buscando circuitos cortos de comercialización desde una producción con valor agregado y libre de agrotóxicos y fertilizantes sintéticos, e incentivando procesos de educación popular a través del desarrollo de talleres autoformativos.

A modo de cierre

En los instrumentos normativos actuales el agua es vista como un bien de producción, y no existe consideración alguna del ciclo hidrológico ni de la prioridad de uso del agua para la conservación de los ecosistemas o para consumo de los seres humanos y no humanos. El derecho humano al agua se ha visto totalmente vulnerado. Los derechos ancestrales también. Finalmente, el derecho de la naturaleza y de los no humanos al agua no es, ni siquiera, materia de discusión.

Diversificar formas de cultivos, promoviendo la semilla nativa y cuestionando las actuales formas de relaciones sociales de producción, se erigen como elementos que se vuelven centrales para pensar en alternativas al modelo de producción y energético hoy vigentes en Chile, plasmando en experiencias desde la agroecología las rutas posibles para transitar hacia un mundo post-extractivista.

Referencias:

Arellano, A. (2017). El negocio de la sequía: el puñado de empresas de camiones aljibe que se reparte $92 mil millones. CIPER.

Disponible en: https://ciperchile.cl/2017/03/21/el-negocio-de-la-sequia-el-punado-de-empresas-de-camiones-aljibe-que-se-reparte-92-mil-millones/

Bolados, P., Henríquez, F y Ceruti, C. (2017). La eco-geo-política del agua: unav propuesta desde los territorios en las luchas por la recuperación del agua en la provincia de Petorca (Zona central de Chile). Rev. Rupturas 8(1), pp. 167-199.

Dirección General de Aguas (DGA) (2016). Atlas del Agua Chile, Stgo: DGA.

Escenarios hídricos 2030 (2018). Radiografía del agua. Brecha y Riesgo hídrico en Chile. Stgo, Chile.

Escenarios hídricos 2030 (2019). Transición hídrica. El futuro del agua en Chile. Stgo, Chile.

Murray, W. (1997). Competitive global fruit export markets: marketing intermediaries and impacts on small-scale growers in Chile. Bulletin of Latin American Research 16(1), pp. 43-55.

Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas (RAP-AL) (2019). Un año de Monsanto & Bayer en Chile: Inversiones contaminantes. ALAI-AMLATINA.

Disponible en:

https://www.alainet.org/es/articulo/200239

Francisca Fernández, Nicolás Quiroz Sandivari, Lucía Sepúlveda y Camila Zárate