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Giorgio Jackson, diputado de RD: «Desde el 11 de marzo de 2018 no ha habido una oposición. Han habido varias oposiciones»

Por: Meritxell Freixas @MeritxellFr | Publicado: 05.05.2020
Giorgio Jackson, diputado de RD: «Desde el 11 de marzo de 2018 no ha habido una oposición. Han habido varias oposiciones» Giorgio Jackson / Agencia Uno |
El parlamentario frenteamplista conversa con El Desconcierto sobre el recorrido que puede tener el proyecto de Ingreso Familiar de Emergencia, el rol de la oposición en la gestión de esta crisis (y de la legislatura, en general) y los efectos que la pandemia podría llegar a tener en la agenda política programada a partir de octubre.

La aprobación de la idea de legislar del proyecto de Ingreso Familiar de Emergencia se leyó como la oportunidad para recoser el quiebre de la oposición. La ruptura que dejó la votación de la mesa de la Cámara, en la que las fuerzas de centro y centro-izquierda cedieron el control de la agenda legislativa a la derecha, se parcheó luego de lograr –de forma casi insólita– un acuerdo transversal entre todos los partidos para presentar una alternativa a la fórmula del Ejecutivo. Los partidos critican al Gobierno que presente una propuesta “hiper-focalizada” y restringida al 60% más vulnerable (la que ellos proponen beneficiaría a un 90% de las familias), y que los montos sean decrecientes en el tiempo, además de insuficientes. Para el Ejecutivo, el proyecto es una de sus prioridades y ya ha advertirdo un atraso en el pago del bono si el Congreso no lo despacha con celeridad.

Esta semana será clave para el desenlace de la iniciativa, aunque La Moneda ya ha dado señales de que no va a tranzar. Lo que ocurra con su tramitación dará luces sobre si la unidad que la oposición exhibió en la votación puede mantenerse en el tiempo o queda solo en una anécdota. Sobre el recorrido que puede tener el proyecto de Ingreso Familiar de Emergencia, el rol de la oposición y los efectos que la pandemia podría llegar a tener en la agenda política programada a partir de octubre, El Desconcierto conversó con el diputado de Revolución Democrática (RD), Giorgio Jackson.

Diputado Giorgio Jackson en Congreso / Agencia Uno

Esta semana, tras la votación en el Senado, pasará a la Cámara el proyecto de Ingreso Familiar de Emergencia. ¿Desde la oposición se mantendrá la unidad para mantener su propuesta original (lo que mandaría el proyecto a comisión mixta) o podríamos ver como la DC pasa a apoyar la propuesta del Gobierno?

Esta semana tenemos que hacer todos los esfuerzos para que se pueda comulgar una transferencia de fondos para lo que viene de invierno. Desde la oposición, hemos manifestado problemas con la propuesta del Gobierno porque propone montos por debajo de la línea de la pobreza extrema y que van disminuyendo. Nuestra propuesta alternativa fija por encima de la línea de la pobreza los ingresos que van a tener las familias del 90% de vulnerabilidad en el país. El objetivo es que las familias puedan optar por quedarse en sus casas y cuidar su salud en el invierno y, así, contribuir a la medidas de distanciamiento físico. Eso hay muchas familias que hoy no lo pueden hacer porque tienen que salir a buscar su sustento en la calle. Hasta ahora en la oposición estamos unidos, pero a la espera de que el Gobierno ponga una propuesta encima de la mesa desde la que se pueda trabajar.

La votación de esta propuesta se interpretó como un momento de unidad de la oposición. ¿Podría reforzarse esa unidad según como acabe este la tramitación de este proyecto?

En materia presupuestaria y de gasto público, el Congreso no tiene atribuciones. Lo único que podemos hacer es disminuir o rechazar ciertos gastos y la estrategia para presionar al Gobierno y forzarlo a negociar ha sido rechazar los guarismos y un par de artículos. Esperamos que el gobierno se acerque lo máximo posible a nuestra propuesta, pero ya ha dicho que no pondrá ni un peso más sobre la mesa. Esa actitud no colabora mucho porque desde la oposición estamos siendo muy propositivos y el Gobierno no quiere ceder. Y no se trata de cederle a la opsición, se trata de ceder a los 5 millones de personas de nuestro país que dependen de ingresos que son informales o que no alcanzan para llegar a fin de mes y tienen que salir de sus casas a trabajar en este contexto.

La Ley de Protección de Empleo se aprobó por un amplio margen (90 votos a favor, 7 en contra y 7 abstenciones). Ha sido una ley muy polémica por promover una fórmula para que los trabajadores sean quienes, finalmente, acaben pagando la crisis. Estas semanas se ha visto el uso que le dieron las grandes empresas. El Frente Amplio (FA) también se sumó a esos votos. ¿Cómo lo ven ahora?

El proyecto llamado de Protección al Empleo no tuvo ningún voto favorable del FA en su idea de legislar. Todos los parlamentarios y parlamentarias del FA votamos en contra o abstención. Sin embargo, después de la comisión mixta, el proyecto es todo o nada y tienes que aprobarlo o no hay ninguna solución. En esta encrucijada, varios dijimos que hay muchos sindicatos que están solicitando una fórmula para que no hayan despidos y ahí sopesamos las variables de una manera distinta. Pero, en general, no nos parecía que la forma adecuada de solucionar esto fuese echando mando de los ahorros individuales de los trabajadores sin que el Estado se pusiera y sin condiciones para las grandes empresas. Lo mismo hicimos en la discusión del Fondo de Garantías para la Pequeña Empresa (Fogape) [para los «créditos Covid»], donde pusimos una indicación relacionada al no reparto de utilidades, a no aumentar los salarios a los altos ejecutivos y para no disminuir la planilla laboral a menos del 90% de la de febrero. Pero estas indicaciones fueron rechazadas.

Cuando el Gobierno dice que esto son actos de mala fe de los empresarios, hay que decirlo claramente: estas cosas han sido advertidas durante el proceso legislativo para que no se produzcan los abusos que estamos viendo. Se han puesto indicaciones de distinta índole pero el Gobierno ha tratado las posibilidades de mejora como si fuesen estrategias de obstruccionismo o un “capricho ideológico”, como dicen ellos.

¿Por qué si se había rechazado la idea de legislar de forma tan mayoritaria se acaba aprobando el proyecto despachado en la comisión mixta con amplio apoyo?

Cuando sale de la comisión mixta, el proyecto requería 78 votos [para su aprobación] y la votación se dio en un contexto que no teníamos activado el voto telemático para quienes estaban a distancia. Por lo tanto, o se aprobaba o tenían que pasar cinco o seis días más. Ya se estaban anunciando varios despidos y en Estados Unidos los despidos habían aumentado 20 millones esa misma semana. Hoy sabemos que ya van más de 30 millones. Esa incertidumbre, sumado a que nosotros logramos en la comisión mixta aumentar los pisos mínimos de tasas de reemplazo para los sueldos durante los tres meses que venían y otras modificaciones que conseguimos, nos hizo pensar que iba a ser mejor que existiera el proyecto a que no existiera. La semana subsiguiente ya metimos modificaciones que se están tramitando ahora para que no puedan acogerse las empresas que tengan operaciones en paraísos fiscales o una indicación del FA para que impedir el reparto de utilidades de las empresas que se acojan a la llamada ley Protección de Empleo.

La ministra Maria Jose Zaldivar conversa con Juan Pablo Letelier y Giorgio Jackson, durante la comision mixta de Hacienda en el Senado / Agencia Uno

«No hemos estado a la altura»

¿Cómo evalúa la gestión del Gobierno de la crisis sanitaria?

Hasta hace pocos días, los números indicaban que la población chilena se estaba comportando de manera que el virus no se expandía a la velocidad de otros países. Hubo un esfuerzo de la sociedad civil y también del Gobierno, con sus desaciertos comunicacionales, que permitió que las tasas no fueran tan altas. Pero el gobierno empezó a relajar comunicacionalmente las medidas de distanciamiento, las relativizó. Esa señal hizo que toda la gente sintiera menos temor, que creyeran que ya hemos ganado este partido contra el virus. Nosotros dijimos que no debería hablarse de “nueva normalidad” y, rápidamente, el Gobierno comprendió que tenía que cambiar el nombre. Habló de ”retorno seguro” bajo una lógica de retomar las actividades de manera normal. Eso contrajo el aumento más grande de casos en estos últimos días y nos despegamos de la supuesta “meseta”.

El Gobierno ha apurado eso de una manera muy irresponsable y hoy no puede culpar a la población por sus irresponsabilidades –que también se están cometiendo–, pero tenemos una autoridad, tenemos un estado de catástrofe y herramientas para que la gente sepa qué puede y no puede hacer. El Gobierno ha sido sumamente errático y si más personas hoy sienten relajo frente al coronavirus es, en gran parte, por las señales que ha mandado el Gobierno del presidente Piñera.

La semana pasada varios representantes de la derecha y el propio presidente hablaron sobre posponer nuevamente el plebiscito. ¿Cómo va a afectar la crisis sanitaria al proceso constituyente?

En el oficialismo hay quienes quieren postergar el plebiscito y hay quienes quieren suspenderlo. Algunos se arrepienten muy fuertemente de lo que se firmó. Yo creo que el plebiscito tiene que hacerse sí o sí y será a fines de julio o en agosto el momento en que, si las razones sanitarias son demasiado terribles, tendría que haber una reevaluación. No debiese plantearse el debate como lo ha hecho el Gobierno, pretendiendo que todo el calendario electoral se modifique. Están buscando que, una vez más, se mueva el calendario electoral de gobernadores y gobernadoras y eso no ha lugar porque ya se ha esperado mucho tiempo para que se puedan elegir de manera democrática. Aprovecharse de la pandemia para modificar este calendario no corresponde. Al decir que puede volver la economía pero no la democracia, se da una señal bastante nítida de cuales son sus preferencias. Se desnudan sus intenciones cuando dicen que los malls pueden abrir los domingos y el metro se puede llenar en la hora peak, pero no puede haber una votación durante un día. Espero que esta inconsistencia se revierta.

¿Cuál es el estado la salud de la oposición frente a los desafíos que se vienen (la crisis económica, el plebiscito, salir de la pandemia)? Se habló de punto de quiebre por la votación de la presidencia de la Cámara, pero las divisiones profundas venían de mucho antes.

Tengámoslo claro: desde el 11 de marzo de 2018, no ha habido una oposición, menos aún una mayoría de oposición. Han habido varias oposiciones y en la mayoría de los casos ha sido una oposición minoritaria. Han sido pocos los momentos que hemos hecho valer esa mayoría. Eso fue cuestionado cuando fue el momento de elección de mesa de 2019. Es importante que como oposición sepamos la responsabilidad que tenemos sobre nuestros hombros. Hay una mayoría social de oposición que no confía en lo que hace y dice Sebastián Piñera. Representar eso en un momento que no hay elecciones entre medio es también parte de nuestra responsabilidad y creo que no hemos estado a la altura. Pero más vale tarde que nunca, y debemos empezarnos a organizar de una manera más firme. Nosotros hemos intentado tender todos los puentes para coordinar de la mejor manera la oposición, pero no hemos sido eficaces al ejercer esa mayoría. En esta última semana hubo señales de que puede ser distinto, con el Ingreso Familiar Emergencia. Vamos a ver cómo avanza, pero puede que nos volvamos a enrielar en una oposición que es mayoría en la sociedad pero que no se ve representada como una mayoría en el Congreso.

El alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp, dijo en una entrevista a El Mercurio que la oposición actual “no sirve”. ¿Coincide, entonces, con él?

Yo diría que no ha servido para muchos objetivos, pero para otros sí. Han habido algunos –pocos, pero algunos– momentos en que la oposición ha podido hacer frente al Gobierno. Ha servido poco, pero no lo diría como algo categórico o cerrado, porque es dinámico, se tiene que construir. Yo esperaría que todos los sectores de la oposición, a pesar de nuestras diferencias, estuviéramos en una voluntad de entender que nos toca un momento muy particular de la historia de Chile: una etapa destituyente. Nos toca ser parte de una oposición principalmente social, que trasciende con creces los espacios del Congreso.

Hay figuras de la derecha que quieren concurrir a la carrera presidencial y están mostrándose mucho en la gestión de esta pandemia. Sin embargo, la candidata del FA, Beatriz Sánchez, ha estado totalmente ausente estas semanas. Se sabe que no ha decidido aún su repostulación como presidenciable, pero ¿cómo está trabajando la coalición la campaña para las presidenciales?

No hemos estado muy ocupados en el tema electoral, todavía, porque han sido meses muy frenéticos. Hemos estado prácticamente a tiempo completo en nuestras labores del Congreso y el tiempo que queda fuera de eso, en las labores partidarias para tratar de reconstruir cómo se milita en partidos de izquierda en contexto post 18 de octubre y cómo hacer que la militancia social pueda conversar con la militancia de los partidos. Sin duda, [la campaña presidencial] tiene que ser un ámbito de preocupación de los próximos meses, pero en lo inmediato estamos muy enfocados en dar una respuesta a las familias para los meses de inviernos en contexto de coronavirus.

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