El pasado 31 de marzo, cuando los chilenos ya estaban sufriendo las primeras consecuencias de la pandemia del COVID-19 y se veía un panorama muy complicado en el futuro cercano, la Superintendencia de Salud informó que todas las Isapres reajustarán el valor de sus planes a partir del mes de julio.
La noticia causó un repudio generalizado desde todos los sectores, donde incluso el gobierno tomó parte y se unió al rechazo de esta medida. “Estas alzas son inoportunas, esperamos no sólo gestos, sino acciones concretas”, señaló el ministro Gonzalo Blumel en esa misma jornada.
A su vez, instó al Congreso a darle prioridad a la ley que impediría esas alzas, la cual comenzó a avanzar en junio y se aprobó en general en la comisión de Salud de la Cámara de Diputadas y Diputados.
“Si se despacha la ley van a terminar ese tipo de reajustes o alzas que afectan de manera compleja a gran parte de la población o a lo menos se van a atenuar esas alzas y se van a incorporar otras consideraciones más objetivas y también de mitigación de los riesgos de quienes están en el sistema de Isapres”, añadió.
Y ahora, a casi cuatro meses de la polémica, sólo Nueva Masvida ha anunciado que no procederá al alza de sus planes producto de la pandemia. A través de una carta, anunciaron que atenderán el llamado de La Moneda “respecto a la necesidad que todas las empresas realicemos un esfuerzo ante la situación que como país atravesamos”.
“Isapre Nueva Masvida ha decidido extender la postergación del cobro de la variación del precio base de sus planes de salud correspondientes al proceso de adecuación 2020/2021 que comunicamos al Señor Superintendente mediante carta de 13 de abril del presente año, postergación que se verificará durante todo el tiempo que se encuentre vigente la declaración de Estado de Excepción Constitucional de Catástrofe por Calamidad Pública por Causa del Coronavirus-2 que produce la enfermedad del COVID-19”, dijo la entidad.
Hasta el cierre de esta nota, ninguna otra organización había anunciado que seguiría el mismo camino.