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Alberto Mayol: “La derecha se reduce a tres nombres: Ignacio Walker, Gutenberg Martínez y Enrique Correa”

Por: admingrs | Publicado: 14.11.2014

Alberto Mayol, Sociologo

En la línea de su trabajo investigativo de años, desde tiempo antes a la publicación de sus libros, Mayol se pregunta en esta obra por la reacción del sistema político chileno a las demandas de los movimientos sociales de 2011, especialmente en el caso de la Nueva Mayoría, cuya razón de ser, a su juicio, es “administrar los procesos sociales”. ¿Qué quiere decir administrar? Lo conversamos en esta entrevista.

¿Qué es la Nueva Mayoría?

Es un pacto electoral que se sustentó en una figura con el liderazgo de Michelle Bachelet, para poder ganar la elección fácilmente.  Se unen un conjunto de partidos que, si se ven reunidos, uno pensaría que es un Frente Popular, pero al no tener ningún anclaje social no hay nada de eso.

Es simplemente un acuerdo de partidos que, sin mucha arquitectura, sin mucha ingeniería estructural, se da el desafío de hacer reformas estructurales. Por lo tanto, se enfrentan a grandes fuerzas. Es como si frente a un país sísmico como es Chile, se construyera un edificio con escasísimas capacidades técnicas de resistencia. Luego viene el momento en el cual ese “edificio” gana las elecciones. Se gana la licitación, pero después viene el momento en que hay que enfrentar los desafíos  y no se está en condiciones.

La Nueva Mayoría es una orgánica que no tiene organización. La Concertación, que estructuralmente era mucho más un pacto, tenía además un conflicto regulado: los autoflagelantes eran los perdedores y los autocomplacientes los ganadores.

Cuando hubo desequilibrio de fuerzas no hubo problemas…

Claro. Los autoflagelantes se dedicaban a decir que ellos eran más puros, que eran gente más decente y cosas así, pero tenían asumido que habían sido derrotados. Y habían perdido de entrada.

Ahora, básicamente por el cambio que producen los movimientos sociales, los autoflagelantes tenían deseo gubernativo. Tenían deseo de retroexcavadora, no obstante de que quienes hayan usado la palabra no estén en aquello, pero hay un deseo de ciertos grupos y eso induce a un conflicto entre fuerzas que están más equilibradas.

Las fuerzas conservadoras se encontraban muy debilitadas en un comienzo, pero más allá de la disputa política la pregunta que se hace es ¿quién gana con todo esto? Para responder a esa pregunta, Bachelet dijo: gana el programa. Yo no soy nada, el programa es todo. El problema es que el programa es un territorio en disputa, que no es claro. Y al ser un territorio en disputa, entra la facticidad que sabe cómo moverse dentro de la Nueva Mayoría.

Las fuerzas conservadoras se encontraban muy debilitadas en un comienzo, pero más allá de la disputa política la pregunta que se hace es ¿quién gana con todo esto? Para responder a esa pregunta, Bachelet dijo: gana el programa. Yo no soy nada, el programa es todo. El problema es que el programa es un territorio en disputa, que no es claro. Y al ser un territorio en disputa, entra la facticidad que sabe cómo moverse dentro de la Nueva Mayoría.

¿Cuáles son los adversarios de la Nueva Mayoría? Porque tiene la curiosa capacidad de contener en los temas importantes a una posición y a la contraria…

Es un pacto sin enemigos, por eso les cuesta tener sentido. En el libro parto jugando un poco con Shakespeare y Hamlet y termino con Dante, porque son la típica tensión de aquel que vive el dilema. Pero aquí el dilema es adentro, no es hacia afuera. Hoy día no hay derecha, que se subió a la Reforma Tributaria cinco minutos antes, por el acuerdo que hubo entre los empresarios y la Nueva Mayoría. Pero adentro de ésta se internalizó un conflicto. Entonces, tienes al antiguo régimen (fragmentos de la DC y del PS), a los moderados (otra parte de la DC más PPD) y tienes a los que quieren hacer transformaciones más estructurales (parte, no todo, del PC y parte del PS).

Las ambigüedades del programa parecían perfectas en la campaña, pero más adelante iba a convertirse en un problema inevitablemente…

Sí, todo el diseño político para poder llegar a la elección y ganarla sin grandes dificultades pasaba por postergar los problemas estructurales internos. Está el tema del programa, pero no hay que olvidar que mientras éste se redacta, no se le había dado la importancia que se le dio finalmente. La Nueva Mayoría define cuál es el alcance de su proyecto después de ganar la segunda vuelta. Es en enero de 2014 cuando recién se define qué clase de pacto es.

La Concertación, entonces, se cierra sin un diagnóstico de época de ellos mismos, sin un congreso ideológico, sin ningún rito mortuorio. A la principal coalición política de la historia de Chile se le entierra en una fosa común.

¿Eso se debe a la popularidad de Bachelet? Porque de algún modo perdieron sin perder. Perdieron, pero inmediatamente supieron que iban a volver.

Hay dos factores. Uno, es que ellos tenían que cambiar de lado del mesón, pasar del lado del empresariado al lado de los movimientos sociales. Eso ocurrió sin costo porque Bachelet lo hizo posible. Pero además, hay un segundo factor: ella no habla. Y no lo digo en un sentido básico, sino en algo más profundo. Cuando tú vienes a decir que habrá transformaciones, requieres que quien las conduce apele a todo su carisma que, según la sociología política de Max Weber, es la única fuente de transformación. Todo lo demás es conservador.

Por ende, tú requerías un ciclo donde toda la apuesta estuviera puesta en la persona de Michelle Bachelet que, a su vez, necesitaba decirle a la gente que esto iba a doler, que no iba a ser fácil. Que si estabas enfermo de una cosa complicada y grave, el tratamiento no iba a ser menor. Pero aquí se dijo lo contrario: que iba a volver el crecimiento y que todo sería sencillo. Y, además, luego de eso Michelle Bachelet guarda silencio y deja que operen sus ministros, cometiendo un error estructural que a la larga terminará pesando.

libro mayol¿Cuál es la relación que tiene la Nueva Mayoría con el conflicto? Pareciera que no le acomoda…

De esa pregunta se desprenden dos hipótesis. Una, es que la Nueva Mayoría haya sentido que al entrar la dinámica del conflicto el valor de la gobernabilidad se pierde y, claro, los chilenos somos muy sensibles a eso, tenemos una cultura autoritaria de base. En esa lógica, sienten que no quieren pasar por ese riesgo y entonces sería una forma reactiva para evitar caer. También hay otra alternativa probable y que está sumergida desde los años ochenta. ¡Cómo va a haber conflicto, si el objeto del conflicto es «el modelo» con el que la Nueva Mayoría tiene una relación al menos confusa! La Concertación no solo no negoció con la dictadura nada sustantivo, sino que en palabras de Foxley esto se lo debemos a Büchi, y ésa es la herencia que reconocemos. De ahí para adelante, tenemos un continuo en donde básicamente se concentra el conflicto en la figura de Pinochet y los Derechos Humanos. Todo lo demás, toda la herencia no sanguinaria de la dictadura, fue internalizada como una herencia modernizadora. Es la que no quieren impugnar.

Cuando dicen «vamos a hacer reformas estructurales», se refieren básicamente a medidas de mitigación. Hacer reformas tan estructurales como los poderes permitan. Por tanto, no es impensable que el diseño mismo de las reformas haya considerado aceptar las presiones.

 

La derecha, dónde está

 Es interesante que la derecha haya encontrado sujetos sociales para la resistencia, como los sostenedores, que a su vez tienen el poder de movilizar a apoderados y estudiantes ¿En qué sujetos sociales se está apoyando la Nueva Mayoría para empujar las reformas?

¡En ninguno! Y además está permitiendo la emergencia de los sujetos sociales del otro lado. Aunque algunos son sujetos inexistentes, en rigor, que emergen políticamente en una cosa proyectiva muy interesante de la derecha, porque todos los libros que ese sector escribió fijan en el resto exactamente lo que ellos hacen. Dicen el movimiento estudiantil es una estrategia del Partido Comunista, cuando el PC representaba bastante poco. Ahora ves estas asociaciones que comienzan a salir, como la Asociación de Emprendedores de Chile con la Reforma Tributaria -analizada en el libro-. También está el caso de la Confepa, donde se ve claramente cómo hay una articulación, una construcción con el mismo modus operandi: avisos en el diario pagados, insertos y no mucho más.

¿Cómo ves a la Alianza en esta pasada?

La derecha política (RN, UDI, Amplitud o Evópoli) no vale nada hoy, en términos de acciones y eficacia. Hoy la derecha en Chile se reduce a tres nombres: Gutenberg Martínez, Ignacio Walker e Enrique Correa. Ellos son los tres articuladores eficaces, los que sostienen la presencia de los grandes intereses ¿Cuáles son esos? Los de los grupos empresariales y de la facción más conservadora de la iglesia.

Gutenberg Martínez ha sido tan astuto que logró construir, ahora hace unas semanas, el imaginario dentro de la DC de que están siendo atacados por Peñailillo, por lo tanto todo el partido tiene que estar unido. No pide que se unan detrás de él, pero los suma a una jugada magistral no sólo maquiavélica, sino que demostrando un valor completamente anticristiano como el nietzscheano de la voluntad de poder total.

Gutenberg Martínez ha sido el gran ganador de estos últimos ochos meses. Él ha logrado articular a sectores como los particulares subvencionados, mientras la Nueva Mayoría desarticuló al movimiento estudiantil. Si uno quiere hacer reformas, y tengo a Bachelet, pero además me llevo a Giorgio Jackson y Camila Vallejo, qué más necesito. Pero a ambos los fundió sin usarlos.

Gutenberg Martínez ha sido el gran ganador de estos últimos ochos meses. Él ha logrado articular a sectores como los particulares subvencionados, mientras la Nueva Mayoría desarticuló al movimiento estudiantil. Si uno quiere hacer reformas, y tengo a Bachelet, pero además me llevo a Giorgio Jackson y Camila Vallejo, qué más necesito. Pero a ambos los fundió sin usarlos.

¿Cometió un error estratégico el Gobierno al no apoyarse en el movimiento estudiantil?

Sí. Cometió un error estratégico, pero no por el Movimiento Estudiantil, sino porque no considerarlo significa no incorporar el diagnóstico profundo de los procesos sociales en juego. Significa no entender que estaba pasando algo político, pero además algo por debajo de lo político, que tiene que ver con la ilegitimidad de las instituciones y con los procesos sociales de cambio de sentido.

Tiene que ver, fundamentalmente, con la relación entre los individuos y el sistema financiero, que es el corazón de esta crisis. Los valores del Movimiento Estudiantil se generalizan porque es la crisis de los endeudados. Es lo fundamental, no en términos de los estudiantes, sino de haber llegado a todas las casas.

Pero los endeudados en general no se movilizan…

No, pero el canal que adquirió fue el movimiento estudiantil. Cuando el Gobierno no entiende esto, cuando privatiza el conflicto, corre el peligro de transformar el endeudamiento en morosidad o en otras manifestaciones. Ahora, ¿la solución es ir hoy al Movimiento Estudiantil? Creo que ya no, porque si se hace como un mecanismo de gestión política se está insistiendo en un repertorio inadecuado. Es seguir creyendo que esto se soluciona con cambios en los dormitorios y no en las vigas.

El gobierno de Michelle Bachelet está desaprovechando una ventana de tiempo, una posibilidad de tematizar los problemas relevantes de Chile de aquí a cinco, diez, quince o veinte años. Y no lo está haciendo. Están haciendo reformas que no van a durar.


En otras palabras, se podría concluir que la Nueva Mayoría era la coalición para sostener lo que va quedando del viejo orden y no para dar lugar a lo nuevo.

La Nueva Mayoría fue funcional -y sigue siéndolo- para los que quieren mantener el orden, para el gatopardismo, y no obstante haya un grupo hasta más grande que quiera otra cosa, no se entendió que esto no depende de la voluntad política solamente. Depende de la estructura. La Concertación quiso hacer muchas reformas estructurales, no hizo ninguna y era un pacto mucho más sólido. Ahora se disminuyó la solidez del pacto y se quieren hacer cambios más estructurales. Entonces, es obvio que ese sistema de fuerzas no lo va a resistir.

El gran error estructural de diagnóstico de la Nueva Mayoría es que el estallido ocurrió porque Piñera había sido un mal gestor político y, por tanto, con buena gestión se resolvía. Claro, es efectivo que el problema se le produjo a Piñera por eso, pero después de que se habló el problema todo se profundizó y emergieron demandas sociales que no se resuelven diciendo traigamos a Revolución Democrática, al PC y a la CUT. Eso no se resuelve así.

 

La gobernabilidad y la Nueva Mayoría

Alberto MayolSe ha dicho que lo único capaz de aglutinar a Ignacio Walker y a Camila Vallejo es Michelle Bachelet. Pero en la medida que se acerque la próxima elección presidencial, ese factor de cohesión desaparecerá ¿La Nueva Mayoría entonces está destinada a desaparecer?

Tal vez no, pero en cualquier caso, si logra sobrevivir quedaría en una posición estructural aún más débil de la que tiene hoy día. Quedaría como cuando el Frente Popular sacó al PC, y mucho peor. Era un Frente Popular mucho más sólido que expulsó a los comunistas por presiones norteamericanas en un escenario de Guerra Fría. Hoy estaba la oportunidad de haber hecho un Frente Popular, haber vinculado sectores sociales, haber armado una Asamblea Constituyente, haber transformado Chile para el nuevo periodo democrático. Estamos terminando el mejor ciclo económico de la historia, gracias al cobre, que es directamente un regalo de Dios. Y resulta que estamos terminando con una crisis educativa, en salud, en las pensiones, una crisis constitucional e institucional ¿Quién se explica esto?

Hace algunos meses, Camilo Escalona dijo que la gobernabilidad era el valor más importante en la política, y fue muy criticado. Pero quizás represente muy profundamente a la Nueva Mayoría, más allá de la discursividad del cambio.

Yo tengo la impresión de que el corazón operacional de la Nueva Mayoría sigue estando en el lugar donde la gobernabilidad es un valor supremo y donde se supone la existencia de una especie de ilusión opositora a algo, que en este caso es la Constitución de Pinochet. Es como estar en contra del dictador formalmente, pero en la práctica defenderlo en un juicio.

Pero hoy ni siquiera existe una fantasmagoría a la que apelar. No hay oposición. La Nueva Mayoría no nace como un conflicto frente a nada, sino simplemente como la incorporación de nuevos ingredientes a una carbonada que ya existía.

A propósito de Escalona, él decía que el día más importante de su vida había sido el 11 de Septiembre de 1973. La vocación por la gobernabilidad, ¿viene de ahí?

El Golpe modeló a la elite política.

Es una tremenda victoria de la derecha, más allá de la victoria militar y de haber derrocado a la Unidad Popular…

Las victorias de la derecha son gigantes. Piensa que la derecha, hoy en día, tiene a la coalición que históricamente fue su oposición defendiendo toda su obra y sólo apuntando con el dedo la cosa más brutal, que son las violaciones a los derechos humanos. Entonces las premisas con las que se sostiene el orden son las mismas para uno u otro grupo.

Eso querría decir que la Nueva Mayoría es parte del problema, no de la solución.

No cabe duda de que la Nueva Mayoría es parte del problema a la hora de plantear cuáles son los desafíos del Chile actual, más aún si dice que va a hacer reformas pero no tiene claro el objetivo. Aquí no se ha dicho «nuestro objetivo es democratización e igualdad», que son las deudas pendientes de la Concertación. Por eso no atacó el corazón del sistema tributario y no va a atacar el corazón del sistema educativo, como tampoco lo hará con la reforma laboral.

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