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Habla concejala que investiga administración de Virginia Reginato: «Hay una mala gestión que tiene nombre y apellido»

Publicado: 18.04.2018

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Hace varias semanas que alguna cosa se mueve en la Municipalidad de Viña del Mar. Desde que a principios de marzo Contraloría regional anunció el inicio de una investigación por la crisis financiera que enfrenta el municipio, los acontecimientos se precipitaron en la Ciudad Jardín.

Tras la emisión de un reportaje que reveló el pago de sobresueldos por falsas horas extra en 2014, este miércoles la alcaldesa, Virginia Reginato, salió a defenderse.

La máxima autoridad local aseguró que el municipio está haciendo «un plan de reestructuración de la gestión» por lo que considera «muy importante y necesario ver cómo reducir los gastos y cómo aumentar los ingresos». Sin embargo, no reconoció responsabilidad alguna en los hechos, y señaló que cada uno de los funcionarios involucrados debe responder por ellos.

Ante los últimos acontecimientos, El Desconcierto conversó con la concejal Marcela Varas (PPD), quien también solicitó este mes de marzo al órgano contralor que investigue antecedentes sobre el déficit y la deuda municipal que mantiene la administración Reginato. Varas, que entró al Concejo Municipal en 2016, ha sido una de las figuras más críticas con la gestión de la alcaldesa y precisamente este jueves se reunirá con la Contraloría para entregar los antecedentes que ella misma ha trabajado.

¿Qué le pareció la justificación de la alcaldesa después de las irregularidades que se hicieron públicas este martes?

Me parece bastante poco afortunada. Aquí lo que sucedió es que había varias cosas que no cuadraban. Uno, con legítimo derecho, plantea varias dudas. Esas dudas no fueron acogidas por la Municipalidad. Lo primero que solicité fue una auditoría externa y no conté con el apoyo municipal. Y eso quedó sólo en una solicitud. Después de eso, tras el estudio de los presupuestos trimestrales que nos llegan, empecé a notar que efectivamente no había posibilidad de que esto cuadrara y además la información se entregaba con mucho desfase. Entonces era imposible hacer un estudio responsable si uno ya iba con la información atrasada. Eso me habló de que no había una colaboración con este tema. Se llegó a diciembre y llegó el momento de aprobar el presupuesto. Ellos hablaron de una deuda flotante inicial de 2.500 millones de pesos que es justamente la que todo el mundo ha visto que se ha ido incrementando y ahora estamos en 13.500 millones. Ahora que ya se reconoce la deuda y se llega a este número, se toman varias decisiones para enfrentar la crisis. Por ejemplo, se anunció con una rueda de prensa que no se nos comunicó a los concejales, es que va a tomar a un par de directores y que los va a cambiar de dirección, que va a reestructurar estas dos direcciones para darle mayor armonía. Yo a estos enroques los llamé «la silla musical». Por eso, lo que espero de parte de la alcaldesa es un golpe de timón. La primera autoridad comunal es el primer responsable de lo que sucede en la comuna, esperaría que ella asumiera esta responsabilidad y que hiciera los gestos que le corresponden, o sea, que se investigue que es lo que está pasando. Y si tiene que doler, que duela una vez.

¿Qué opina del rol del resto del equipo municipal, de los otros concejales en este asunto?

Tienen que ser los propios concejales los que hablen de la forma que han visto todo esto a lo largo del tiempo. Yo prefiero hablar de mis responsabilidades. Soy una concejal nueva -sólo somos cuatro nuevos de los diez que hay en Viña del Mar-. Los otros seis vienen de gestiones anteriores, están en su segundo o tercer período como concejal. Ellos son los más indicados para decir lo que vieron, lo que no vieron, las cifras que les enseñaron y mal interpretaron, o -simplemente- confiaron demasiado. Creo que aquí se confía mucho. Los concejales no tienen asesores, o sea tienen que fiscalizar a quienes le entregan la información. Por eso, el estudio que yo he realizado lo he hecho con amigos profesionales en distintas áreas que gentilmente colaboraron en todo esto. Uno lo que requiere es que alguien te aclare las dudas. Yo busqué las respuestas por afuera.

Y de tu caso particular, ¿qué opinas que una persona recién llegada sea la que remueve el piso?

Todos los que tenemos vocación de servicio público, llegamos con muchas ganas de servir. En el caso de Viña del Mar, que es una de las municipalidades más grandes y ricas del país, donde uno llega con muchas ganas de hacer gestión. Pero siento que durante este año me he dedicado a estudiar y a develar lo que pasa. La gestión pasó un poco a un segundo plano. Todo ha sido transparentar lo que sucede. Si no logramos ordenar la casa, no podemos pensar una ciudad a 20 años, que es lo que deberíamos estar haciendo. Tendríamos que estar conversando con los vecinos el nuevo Viña, el de las próximas generaciones, pero -en realidad- estamos viendo qué hacemos con el Viña que estamos recién conociendo. En Viña no pasa lo mismo que en Valparaíso: no llega un alcalde nuevo que transparenta lo que pasó en la gestión anterior, sino que somos un par de concejales que trabajamos para transparentar una gestión que lleva 14 años instalada. Esta Municipalidad es una máquina que está muy bien engrasada.

¿Qué pasos habría que seguir ahora?

En este minuto, lo que estoy haciendo es, a través de Contraloría regional, entregar los antecedentes que trabajé sobre las dudas y la deuda. Estoy esperando que Contraloría nos dé su respuesta. De hecho, el contralor me recibirá mañana a las 9 para ahondar en la información que tengo. Quiero esperar la respuesta del contralor. Ahora no tiene que quedar en un «vino y dijo», sino que tiene que ser «vino, dijo y se hace». ¿Y qué se hace? Lo que se decida después de todo eso. Yo, en lo personal, estoy disponible y lo que quiero es llegar hasta el final.

¿»Hasta el final» implica incluso una posible destitución?

Implica lo que la Contraloría nos entregue como información. Si esto ha sido un proceso tan largo, lo que esperaría es que la Contraloría haga su trabajo, que escarbe e investigue lo que tenga que investigar. Y en merced de eso, decidamos lo que hay que hacer. Hace un año atrás todos habrían dudado de una mala gestión de la Municipalidad de Viña del Mar. En cambio, ahora a todo el mundo le hace sentido que algo sucede. Aquí hay una mala gestión que tiene nombre y apellido y, además, hay asesores de la alcaldesa que no se han hecho responsables de nada y están quedando en segunda línea, amparados.

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