Catalina Pérez, presidenta de RD y el manejo político del gobierno frente a la crisis: «Pone en duda nuestra democracia»

Desde que el pasado 18 de octubre estalló la revuelta social en el país, la diputada y presidenta de Revolución Democrática (RD), Catalina Pérez (28), sólo ha visto equivocaciones y mal manejo de parte del presidente Sebastián Piñera.

Se ha percatado de cómo el mandatario ha enfrentado una legítima movilización social con violencia de Estado, decretando toques de queda y sacando a los militares a las calles. Detalles que la colectividad tomó en consideración al rechazar el primer intento de dialogo del mandatario con la oposición. Una decisión que, por su puesto, no fue fácil de concordar en la interna del partido.

Asumió el liderazgo de la colectividad a fines de enero de este año, cuando nadie preveía con certeza la intensa movilización que debería enfrentar el Presidente en su segundo periodo como gobierno. Las responsabilidades de Pérez en RD han sido amplias: sacar adelante su propia agenda como diputada, enfocar al partido en momentos de definición y ahora último, en medio de la crisis social, coordinar esfuerzos dentro de la oposición.

—Como RD se han hecho parte de este estallido social. ¿Cómo ven la respuesta de Piñera a la crisis?
«Es impresionante el nivel de malas decisiones que toma este gobierno. Tienes a ministros como (Gonzalo) Blumel, (Ignacio) Briones o Karla Rubilar desplegados, haciendo esfuerzos por caracterizar al gobierno como dialogante, pero aparece el Presidente de la República reiterando discursos de guerra. Cuando convocas al Cosena es para instancias de seguridad nacional y no para cosas de mero orden público. No comprendo cómo el presidente continúa pensando que escuchando a la UDI va a ofrecerles alguna salida a los chilenos y chilenas. Un conflicto social no se responde con violencia; se responde con las soluciones que no hemos escuchado de parte del presidente. Tenemos un gobierno que no se mueve un milímetro en su necesidad de defender un modelo que evidentemente fracasó y cuando tu modelo fracasa tienes que abrirte a reestructurarlo. Para eso, necesitamos que el Presidente gobierne con las ideas de la calle y, si siguen cerrados a eso, no le veo salida a esta crisis».

—Habla de una diferencia entre Blumel y Chadwick. Sin embargo, no hemos visto grandes muestras diferenciadoras entre estas dos figuras.
«Lamentablemente la gestión política del ministro del Interior ha estado muy al debe en un escenario de evidente vulneración sistémica a los Derechos Humanos en nuestro país. Cuando el gobierno califica de errores el disparo a estudiantes al interior de un liceo, nos parece que pretende eximirse de su responsabilidad política y de buscar sanciones en términos de responsabilidades individuales de mandos medios o bajos. Tampoco se abre a un reforma profunda a Carabineros, que permita garantizar que en Chile los Derechos Humanos no se van a vulnerar nunca más. Veo con mucha preocupación que tanto el ministro Blumel como el gobierno, no estén disponibles a asumir las responsabilidades políticas que les caben. Nosotros no dudamos en interponer una acusación constitucional contra Chadwick por los muertos que le pesan. Todo esto pone en duda nuestra democracia y la calidad de nuestro estado de derecho».

—La calle ha demostrado su descontento con los partidos políticos. ¿Cuál cree que debe ser el rol de estos?
«Entiendo y comparto la desconfianza que la ciudadanía tiene en el funcionamiento de nuestro sistema democrático, donde caben también los partidos. Lo comprendo porque formamos parte de una generación traicionada por los partidos políticos tradicionales. Somos la generación que se movilizó el 2006 y que terminó con un acuerdo del duopolio chileno que administró este modelo fracasado durante los últimos 30 años, pensando que con eso podían representar las legítimas demandas del movimiento estudiantil. Nos pasó lo mismo el 2011. Pero también creo que parte del rol que nos toca jugar a partidos nuevos es justamente la apertura de la democracia para que no solamente entremos nosotros a la institucionalidad, sino también la ciudadanía movilizada».

Pérez es de la idea de que si hoy no se empodera a las grandes masas movilizadas en la toma de decisiones, «lamentablemente la política seguirá secuestrada por el 1% más rico del país. Esa es la gran pelea que debemos dar hoy. La instauración de este discurso, muy a lo Jaime Guzmán, de dividir lo político de lo social, es lo que le ha causado tanto daño a nuestra democracia, que nos tiene hoy con una crisis de representatividad que sólo se puede solucionar incluyendo a las personas en la toma de decisiones y por eso es que hablamos tan fuerte de un plebiscito para una nueva Constitución vía asamblea constituyente».

«Se lo dije al ministro Blumel cuando nos convocó a La Moneda: cuando tienes una crisis de representatividad, no apuestas a que los mismos márgenes sean los que solucionen el problema; apuestas por abrir los márgenes de lo posibles, a revolucionar la democracia y finalmente mediante eso, conseguir que la crisis tenga un cause en la búsqueda de un nuevo modelo de desarrollo para nuestro país, que cambie radicalmente las condiciones materiales en que vive la población», señala la diputada.

AGENCIA UNO

El Frente Amplio «del lado de la gente»

—¿Cree que el FA ha estado a la altura de esta crisis? ¿Cómo evalúa el actuar de RD, que ha sido el último partido en plegarse a las decisiones del conglomerado, tales como la acusación constitucional contra Piñera o la reunión con el gobierno en la Moneda?
«El FA hoy tiene la responsabilidad de abrir el Congreso y de abrir la democracia a las justas demandas de la ciudadanía organizada, no pretendiendo representar o coaptar a esa ciudadanía movilizada, sino que abriendo las puertas para que la ciudadanía sea parte de la búsqueda de soluciones de manera directa. Desde esa perspectiva, siempre va a ser compleja la definición táctica de comprender cuándo se abren procesos de dialogo dentro del mundo político que permitan avanzar en la búsqueda de soluciones. RD tiene una virtud, que a la vez es una dificultad: es un partido muy grande, que toma decisiones de manera democrática al interior de sus filas, lo que nos permite enfrentar con mucha unidad definiciones complejas, como por ejemplo, asistir o no a La Moneda».

Pese a esto, la timonel de RD no está de acuerdo con la visión de que su partido haya sido el último en plegarse a las tácticas del conglomerado: «RD fue el primer partido del FA y toda la oposición en convocar a todos los presidentes de partidos -desde el PPD al PC- a una reunión donde pudiésemos acordar cómo presentar las propuestas que Chile necesita. Creo que en eso no hemos escatimado esfuerzos en entender que en un escenario de crisis, se nos exige aportar en que Chile no vuelva a dormirse sin haber cambiado nada en nuestro país«, indica la parlamentaria.

—¿Sienten en RD el peso de tener que liderar el FA?
«Sentimos más la responsabilidad de buscar coordinar los esfuerzos al interior del FA, de la oposición y del mundo social. Generar esa triada de coordinación política nos pesa más. Sentimos esa responsabilidad. Y hemos jugado un rol importante ahí, pero el escenario requiere que redoblemos esfuerzos. Es indigno renunciar a la posibilidad de dar triunfos concretos a nuestro pueblo y eso requiere generar coordinaciones más allá de nosotros mismos. Creo que eso es una posición compleja. Es mucho más fácil atrincherarse en un sólo sector y quedarse en la jugada de un sólo rol, que satisface mucho a un mundo testimonial, pero que no contribuye a avanzar por la transformación del modelo. Eso me parece de una radicalidad muy profunda.

—¿Cambia la configuración de cómo enfrentar las municipales, luego de esta crisis?
—Esa configuración hasta el día de hoy no ha cambiado.

—¿Qué significa a la interna la renuncia de Javiera Parada a RD?
—Nunca está bien alegrarse por la salida de un compañero o compañera, porque significa que no lograste convencer una voluntad individual para sumarla a un esfuerzo colectivo. También entiendo, pero no comparto, que la voluntad de protagonismo individual pase por sobre la necesidad de construcción colectiva, más aún en un proceso de crisis que debemos enfrentar con tanta responsabilidad. Estoy orgullosa de la manera en RD ha enfrentado como un solo cuerpo cada una de las estrategias que hemos ido siguiendo. El no tener hoy flancos internos abiertos o un partido dividido es lo que nos permite tomar el liderazgo en muchas agendas.

—¿Qué te ha parecido el despliegue de Beatriz Sánchez en esta crisis?
—La Bea ha instalado de una manera muy clara una línea divisoria respecto de dónde debemos estar hoy como FA. Cuando la primera salida pública de la Bea es «nosotros estamos del lado de la gente», es decidor de cómo se estructura el FA para enfrentar este momento. Cuando la Bea dice «nunca más sin la gente», reconfigura también el cómo entendemos la democracia y las salidas a este conflicto. Cuando la Bea interpela al Presidente a que escuche a las organizaciones sociales, marca cuál es nuestro aliado prioritario a la hora de entender desde qué lugar dialogamos con el gobierno. Ese rol ha sido importantísimo para ordenar el FA. Es profundamente revolucionaria la forma en que una candidata presidencial se ha planteado frente a este conflicto.