Este domingo, el sacerdote Tito Rivera fue encontrado muerto en su domicilio de la comuna de El Bosque. La información fue confirmada por sus cercanos, y desde la PDI, se explicó que todo indica que se trata de un suicidio.
El comisario de la institución policial, Orlando Calderón, sostuvo que «los elementos indican que se trata de una herida autoinferida, al menos tras los primeros trabajos se descartaría la participación de terceros».
En la misma línea, su abogada, María Sandra Pinto, informó que el religioso «estaba sufriendo una fuerte depresión hace varios meses».
Desde el Arzobispado de Santiago en tanto, emitieron un comunicado en el que lamentaron el deceso del sacerdote. «Tito Rivera había presentado su dispensa sacerdotal al Papa Francisco el año 2019, la cual fue aceptada, en el contexto de un proceso penal canónico por delitos en contra del sexto mandamiento del Decálogo, con mayores de edad», dice la declaración, aludiendo a los delitos por los que era perseguido Rivera, y a su salida de las filas de la Iglesia por estos hechos.
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De hecho, en 2019, el fallecido sacerdote fue formalizado por el Ministerio Público luego de que fuera acusado de violación en contra de un hombre de 43 años en la Catedral Metropolitana de Santiago.
En la oportuindad, se le dictó la medida de arresto domiciliario nocturno y arraigo nacional, lo cual derivó también en que fuera «dispensado» de su labor sacerdotal, como menciona el Arzobispado en su declaración.
Rivera por su parte, defendió siempre su inocencia, acusando un «montaje» en su contra, y argumentando un supuesto interés económico del denunciante.