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COVID-19 es la primera causa de muerte en personas mayores del Senama

Por: Meritxell Freixas @MeritxellFr | Publicado: 31.08.2020
COVID-19 es la primera causa de muerte en personas mayores del Senama Imagen referencial | Agencia Uno
Desde el 1 de marzo hasta el 31 de julio, fecha en la que están disponibles los datos en la web del Senama, el coronavirus es el primer motivo de muerte en personas mayores del Senama, seguido de los paro cardio-respiratorios y las insuficiencias respiratorias, muchas veces acompañadas de neumonía, una de las principales enfermedades que provoca el virus. Los subregistros en las estadísticas –de los hogares del Senama y, en mayor medida, del resto de eleam del país que reciben subsidios y de los privados– son una realidad que dificulta la radiografía completa del impacto del virus en la vejez.

25 personas mayores han fallecido por COVID-19 o sospecha bajo la tutela del Estado desde el 1 de marzo hasta el 31 de julio. La cifra equivale al 32% del total de las muertes registradas –76– en este período en los establecimientos de larga estadía para adultos mayores (eleam) del Senama y sitúa al coronavirus como la primera causa de muerte de los y las residentes.

Los fallecidos se concentran en las regiones de Antofagasta, O’Higgins y Metropolitana y en cuatro establecimientos diferentes, pero es en la RM donde se registran dos tercios de las muertes ocurridas en centros del Senama. Según datos del propio Servicio, hasta la fecha, se han identificado brotes en un total de seis hogares, de los 16 con los que cuenta la institución, que acoge a 686 adultos mayores.

“No podemos tener una mirada negativa del balance a nivel global”, valora el doctor Gerardo Fasce, presidente de la Sociedad Chilena de Geriatría y Gerontología de Chile (SGGCh). “La infección no comenzó en nuestra región y el período de preparación que tuvimos se aprovechó para montar un sistema de respuesta que permitió que no llegaramos tan tarde”, agrega el geriatra. Para él, las estrategias diseñadas por el Senama, junto con el Minsal y la propia SGGCh, “han dado sus resultados”, aunque –precisa– “siempre se puede considerar que se podría haber hecho mejor, antes o de otra forma”.

Después de virus, la segunda causa de muerte de los adultos mayores del Senama en el período analizado es el paro cardio-respiratorio, con 19 fallecidos, motivado por otras enfermedades o por si solo y que alcanza el 25%. Con 11 casos, representando el 14%, le sigue la insuficiencia respiratoria, en muchos casos acompañada de neumonía, una de las principales enfermedades que provoca el virus. Y, finalmente, en el ítem otras causas, existen 18 personas fallecidas con un 24%.

Si bien las cifras de los fallecidos en los establecimientos del Senama han sido las únicas oficiales que se han dado a conocer sobre los eleam a lo largo de la pandemia, hay dudas respecto a la exactitud de los datos, sobre todo durante las semanas iniciales, cuando aún no se consideraban las muertes por sospecha de COVID-19. Según la Guía Práctica de Manejo Covid-19 en establecimientos de larga estadía para adultos mayores, publicada en abril, ante el fallecimiento de un residente sospechoso o confirmado COVID-19, el encargado de emitir el certificado de defunción es el médico del eleam, si lo tiene. “En caso de no contar con él, será la red de salud quien provea este servicio”, establece el texto. Hasta principios de junio, solo se contabilizaba una muerte por COVID-19 si se disponía del resultado positivo de un examen PCR, lo que en la mayoría de los casos de domicilios, eleams y cárceles no ocurría. “El médico no certificará una muerte por o relacionada con COVID-19 si al paciente nunca se le tomó el examen o no se sabe si hay test positivo”, apuntaba en un reportaje para El Desconcierto sobre las estadísticas de fallecidos  una trabajadora conocedora de primera mano de los procedimientos de constatación de fallecimientos en domicilio.

Los subregistros son una realidad mundial y la única manera de saber la magnitud de la infección será comparando los muertos esperados con los muertos encontrados en un par de años”, explica el doctor Fasce. Se estima que la mitad de las muertes ocurridas en Europa se han producido en residencias de personas mayores, pese a que en muchos países las muertes de adultos mayores fallecidos con cuadros compatibles con COVID-19 no han sido registradas como tales por no haber sido acreditadas con un test PCR. «Las cifras de España e Italia son mucho mayores porque son países que presentan una mayor concentración de residentes en estos centros y tienen población más longeva y, por lo tanto, más vulnerable que la que teníamos nosotros», asegura el presidente de la SGGCh.

Chile sin datos de los eleam

“Uno de los principales problemas derivados de la crisis del COVID-19 es la falta de información pública, actualizada y confiable, particularmente sobre la situación de los eleam informales en el país”. Es una de las conclusiones que contiene el artículo escrito por el propio Fasce, junto con otros expertos, para la Red International Long-term Care Policy Network ILPN.“El tema se convirtió en un problema transversal para una adecuada respuesta política”, añade el texto, que considera la falta de información como una “barrera” para “alinear a los actores del sector salud y social que deben colaborar en esta agenda”.

En Chile hay 994 eleam que operan con autorización de la Seremi de Salud, pero existen otros muchos, hasta ahora no cuantificados, que funcionan de forma informal. “Durante la pandemia hemos visibilizado esta realidad”, asegura Pablo Pizarro, encargado de la estrategia COVID-19 del Senama. “Pusimos en marcha una plataforma de monitoreo para hacer seguimiento de los casos positivos y hemos llegado a 1.094 eleam, eso significa que hay más centros que los que teníamos registrados con autorización sanitaria”, añade Pizarro.

Según Fasce, los establecimientos del Senama “son los que tienen los datos más confiables y con el tiempo aún van a serlo más”. Hay otro grupo de eleam, continúa, que aumentó hasta aproximadamente unos 500 y que reciben algún tipo de subsidio de Senama, por lo que están bajo su paraguas de control; pero el grueso de los centros son los privados (con y sin autorización): “Hace poco tiempo que un porcentaje de estos [privados] están dentro del sistema de registro de Senama para lograr información, pero la prolijidad de esos datos todavía está en proceso de mejora, las cifras no son confiables aún”, apunta el geriatra. Según él, la calidad de esta información «es heterogénea» y «no es exigible» a un centro privado. “Para un privado es mala propaganda aparecer en la TV con casos y por eso muchos son celosos con las cifras”, detalla.

Para avanzar en el detalle de las cifras del total de adultos mayores que han fallecido en los establecimientos de larga estadía, el Senama ha destinado recursos a “capturar” los RUT de los residentes para cruzarlos con la información obtenida por el Minsal y el Deis: “Los datos se cruzan para saber si la persona está viva o muerta, si se le tomó una PCR y la causa de fallecimiento”, comenta Pizarro.

Después de cinco meses, parece que se comenzarán a conocer los datos oficiales sobre el impacto del virus en sus establecimientos. Según fuentes internas del Senama, el Servicio tiene listo un informe de respuesta a un oficio de Contraloría, que le preguntó por los datos de los adultos mayores fallecidos en los eleam del país: “Se respondió y se elaboraron los informes para responder a eso”, asegura la fuente. Pizarro, por su parte, asevera que en los últimos días se ha reunido con el ministro de Salud, Enrique Paris, para «coordinar» la entrega de datos que, según él, podrían empezar a difundirse desde este fin de semana.

Foto referencial vejez y pandemia / Agencia Uno

Enfoque en testeo preventivo

En el último tiempo, toda la atención de los eleam está puesta en la estrategia de testeo preventivo. “Hemos hecho más de 11.000 test PCR financiados con recursos de emergencia del propio servicio”, sostiene en encargado de estrategia COVID-19. A estas pruebas, se suman las que ha llevado a cabo el Minsal, a través de los equipos de las seremis de Salud. Otra evaluación positiva recae en las llamadas residencia espejo transitorias, que sirven para recibir a las personas contagiadas que no están en condiciones de poder mantenerse en un eleam o para cuando un recinto tiene una tasa de contagio muy alta y hay que desalojar a quienes están sanos. “Han ayudado mucho a descomprimir la residencia original y aislar de forma más efectiva y con más especialización en el cuidado”, sostiene Pizarro.

Hasta la fecha, Senama ha entregado más de 7 millones de elementos de protección personal a los trabajadores de los eleam y se priorizó su capacitación: “El nivel de formación del personal en estos centros es muy heterogéneo; algunos no tenían conocimientos básicos de higienización y aseo para tomar las decisiones correctas”, subraya el doctor Fesce. En mayo la Seremi de Salud de la RM había registrado 112 sumarios sanitarios en contexto de pandemia, una cifra que se tradujo en deficiencias en casi un 60% de los hogares fiscalizados.

La gestión de la pandemia en las residencias de adultos mayores en Chile –y en otras partes del mundo– ha puesto de manifiesto la necesidad de instalar un modelo socio-sanitario y mejorar la coordinación entre residencias y servicios de salud. “Los eleam dependen de un dispositivo social vinculado al Ministerio de Desarrollo Social, no están vinculados a un dispositivo sanitario”, cuenta el doctor Gerardo Fasce. “Uno no quiere que el eleam sea un hospital, sino lo más parecido a su casa, pero sí esperaría que tuviera montado un sistema de respuesta sanitaria para cuando se requiera, vinculado al sistema de APS o al sistema privado que la persona tenga”, opina el geriatra. Una fórmula que empezó a explorarse antes del estallido social de octubre, pero que quedó detenido primero por las movilizaciones y luego por la pandemia. “Tuvimos que dedicarnos a avanzar en medidas de urgencia, más que estructurales”, sostiene Pablo Pizarro.

La pandemia también dejó a un lado los esfuerzos para promover la regularización de los eleam privados sin acreditación: «Habíamos conversado con Senama para no tener un rol tan punitivo porque no tiene mucho sentido sancionarlos y multarlos», precisa Fasce. Desde julio, en el Congreso permanece a la espera un proyecto de ley para fijar la obligatoriedad de registro de los eleam y dar facultades de fiscalización al Senama.

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