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La pediatra Mariela Muñoz advierte que el desarrollo del síndrome puede ir desde un grado de afectación menor en los niños, hasta un cuadro «muy grave que requiera ventilación mecánica, que tenga problemas de coagulación, que finalmente (un menor) pueda incluso fallecer o quedar con secuelas importantes para el resto de la vida».
Durante el 2020, Europa encendió las alertas respecto de un cuadro asociado al coronavirus que se empezó a observar en menores de edad y que lleva por nombre PIMS, por su sigla en inglés. Específicamente se trata del Síndrome Inflamatorio Multisistémico, una patología que incluso puede llevar a la muerte a los niños y que, sin ir más lejos, en nuestro país ya ha cobrado a lo menos tres vidas, de acuerdo a la última actualización oficializada por el Ministerio de Salud hace unos días.
El desarrollo de esta enfermedad ha alertado a la población y a la comunidad médica. La Dra. Mariela Muñoz, jefa del Servicio de Pediatría del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, entregó antecedentes relevantes a fin de ilustrar acerca de ella, entendiendo que se trata de un diagnóstico de cuidado frente a cuya sintomatología es necesario no bajar la guardia.
Consultada por el rango etario afectado por el PIMS, la especialista aclaró que este «va desde los 0 a 19 años, puede ser en cualquier edad de la infancia, ya sea recién nacido, lactante, adolescente tardío, púber. Los rangos que se han presentado han sido muy diversos, no hay un tema con la edad. Cualquier niño, de cualquier edad podría presentar PIMS asociado al COVID».
Respecto de los síntomas básicos, Muñoz detalla que es «presencia de fiebre, generalmente por tres días o más, síntomas gastrointestinales como vómitos, diarrea o dolor abdominal, presencia en el cuerpo de manchitas rojas en la piel. También puede ser acompañado de conjuntivitis en ambos ojitos, ojos rojos pero sin secreción. Puede haber cefalea, confusión y lo que es importante es el antecedente de infección por COVID las semanas previas, se habla de dos a seis semanas previas antes del inicio de los síntomas», dice antes de advertir respecto de la manera en que los menores de edad muchas veces presentan coronavirus.
«Como los niños suelen ser asintomáticos, puede ser que no se tenga el antecedente de la infección, pero cuando están los síntomas, se le toman exámenes y dentro de esos está la PCR y la serología y si la PCR sale negativa, siempre está la posibilidad de que en la serología aparezca que tuvo COVID las semanas previas».
No obstante todos los antecedentes que entrega la pediatra, aclara que el conocimiento del síndrome no es cabal para la medicina, por lo tanto no es posible detallar qué condiciones, independientemente del coronavirus, propician el desarrollo de PIMS. «Llevamos poquito con este cuadro, hay que caracterizarlo mejor, no hay todavía casos suficientes como para sacar estas conclusiones, así que por ahora es desconocido, lo que sí se sabe es que la mayoría es que la mayoría de los niños que presentan PIMS son niños previamente sanos, eso es algo que es muy importante considerar», destaca.
E insiste en que los afectados por esta patología «son niños que no tienen antecedentes previos, sanos e igual desarrollan PIMS, en base a eso podríamos decir que no hay por ahora un cuadro que propicie su desarrollo, sino que cualquiera lo podría desarrollar. Sin embargo, hay que esperar un poco y puede ser que salgan a la luz en algunos meses, otras conclusiones».
Cuando le consultamos si la actividad escolar presencial representa un riesgo, la especialista asegura que «depende mucho» de cuáles sean las condiciones en que esta se desarrolle. «Si la actividad escolar presencial se desarrolla en un recinto que es adecuado en cuanto al tamaño para mantener los aforos, es muy poco probable que los niños se transmitan el virus, con todas las medidas de prevención. Pero, en la práctica, si no es posible mantener todas estas medidas, igual el riesgo de contagio está y en ese caso, sí sería un riesgo porque finalmente el riesgo es enfermarse de COVID. Hay colegios que tienen la capacidad de tener esta infraestructura y de tener toda esta organización para que los niños mantengan las medidas preventivas de la mejor forma, pero efectivamente hay otros colegios donde no tienen esta posibilidad, en esos colegios podría ser un riesgo», agrega.
¿De qué manera debe un padre o adulto responsable abordar la aparición de un cuadro sospechoso de PIMS considerando la sintomatología base?, le consultamos luego a la doctora Muñoz, quien detalla que el enfoque debe estar puesto en los síntomas respecto de los que hace una relevante advertencia. «Fiebre de generalmente tres o más días, pero puede ser menos de tres, incluso un día asociado al resto de los síntomas igual puede ser (que haga sospechar). Vómitos, diarrea, conjuntivitis, ojos rojos», dice y destaca que es muy importante que los papás, independientemente de que sepan que (el niño) se contagió de COVID, «lo que tienen que consultar con un pediatra que pueda dar orientación al padre en relación a si tiene que ir a un servicio de urgencia o directamente a un servicio de urgencia donde le puedan tomar los exámenes para descartar PIMS».
Sobre la envergadura de este cuadro, la pediatra aclara que «puede llegar a ser muy grave. Va del rango de leve y puede ser que no dé más que fiebre y nunca sepamos que efectivamente fue un PIMS, hasta un paciente muy grave que requiera ventilación mecánica, que tenga problemas de coagulación, que finalmente pueda incluso fallecer o quedar con secuelas importantes para el resto de la vida«, agrega.
Sobre la presencia del PIMS en nuestro país, la doctora Muñoz detalla que «los casos que han habido en Chile en su mayoría no han sido fatales, pero claramente esa es una posibilidad. La idea es que (los niños) no se contagien para evitar 100% el desarrollo de este síndrome, por eso son importantes las medidas de prevención que se puedan tener a nivel personal y a nivel familiar, de distanciamiento, de lavado de manos, de no mezclarse con otras familias, con otros amigos, sobre todo en esta época en que tenemos tanto nivel de contagio, eso es lo más importante. Ahora es el momento para estar encerrados y no juntarnos con nadie, hacer las cuarentenas como corresponde para no contraer la enfermedad. En relación a las preexistencias médicas que podrían afectar más el desarrollo del PIMS, una vez que el paciente ya desarrolló el cuadro, los niños que posean patologías de base, como cardiopatías importantes, como problemas al corazón, malformaciones congénitas, problemas con la coagulación, también pacientes oncológicos con tratamientos importantes, claramente pueden evolucionar peor y tener peor pronóstico que otros pacientes que no tengan esas patologías de base.
